El consumo de drogas es una de las mayores preocupaciones a nivel de salud pública y bienestar social. A día de hoy son ampliamente conocidos los perjudiciales efectos que dichas sustancias tienen sobre el organismo de las personas y la cantidad de problemáticas que pueden desencadenar tanto a nivel físico como psicológico.
A lo largo del presente artículo nos centraremos en una de ellas: la cocaína. Veremos qué es y cuál es su mecanismo de acción para poder entender cómo funciona la adicción a la cocaína. Además, veremos aspectos como posibles síntomas y efectos del consumo de la sustancia que nos sirven como indicadores de alerta a tener en cuenta.
Cocaína: qué es y cómo actúa
La cocaína es una de las drogas con más nivel de consumo a nivel mundial. Se genera a partir de las hojas de coca que crece típicamente en la zona de los Andes. Tradicionalmente se usaba la hoja del arbusto por los antiguos incas como estimulante y anestésico. A mediados del siglo XIX se aisló el principio activo (la cocaína) y se extendió para uso recreativo.
Inicialmente se consideraba que no era una sustancia adictiva y se utilizaba incluso en ámbitos médicos. Desde finales del siglo XX el consumo de la cocaína se ha vuelto un verdadero problema de salud puesto que es una de las drogas más consumidas.
La cocaína se caracteriza por ser un polvo blanco fino que habitualmente se aspira por la nariz o se frota en las encías. Actualmente se sabe que tiene un elevadísimo poder adictivo puesto que actúa en el sistema cerebral relacionado con la recompensa y la motivación, pero también con la memoria. Tiene efectos estimulantes que generan euforia inicialmente.
Cómo funciona la adicción a la cocaína
A corto plazo, el consumo de cocaína se manifiesta como una activación del sistema nervioso central. Suelen sentir un incremento de energía, euforia y alerta a nivel mental. Es habitual que sientan más ganas de conversar y perciban una mejora en sus habilidades y capacidades. Además, se disminuye la sensación de cansancio, así como menos ganas de comer o dormir.
Los efectos mencionados son los que se obtienen inicialmente con el consumo. Tal y como hemos comentado anteriormente, la cocaína es una sustancia con un elevadísimo nivel de adicción. En este sentido, la evidencia señala que un trastorno de adicción empieza por el consumo ocasional de la sustancia.
Muchas personas se inician en el consumo de forma ocasional a modo de experimentación en contextos festivos o de ocio. A veces se consume por curiosidad, en busca de experimentar nuevas sensaciones y, a veces, por presión de grupo. En este punto, el consumo suele ser esporádico y habitualmente se tiene la sensación de poder dejarlo en cualquier momento.
Sin embargo, hay personas que, por diversos motivos, empiezan a realizar un uso más habitual de la sustancia y este acaba volviéndose frecuente. Algunas personas consumen como forma de evadirse de sus emociones o problemas y otras refieren que lo hacen para mejorar su rendimiento o su estado de ánimo.
Puede darse que el consumo aumente cada vez más y se pierda el control. En esta fase de abuso de la sustancia, la persona suele priorizar el consumo ante otras actividades placenteras o incluso responsabilidades de su vida diaria (trabajo, estudios, relaciones interpersonales, aficiones, etc.).
Puesto que se ha desarrollado tolerancia a la sustancia, la persona cada vez necesita consumir más cantidad para obtener los efectos deseados. Esto nos lleva a un estado, tanto físico como psicológico, de dependencia hacia la sustancia: la adicción. En este punto la persona sufre el síntoma de abstinencia cuando no consume.
Síntomas del consumo y la adicción
Si bien es cierto que cada persona puede manifestar síntomas diferentes, a continuación se exponen algunos de los que se han observado con más frecuencia:
- Pensar constantemente, incluso obsesivamente, en el consumo.
- Priorizar el consumo de la sustancia ante otras actividades.
- Invertir gran parte del dinero en obtener cocaína.
- Problemas económicos, pudiendo generar deudas económicas a causa del consumo.
- Necesitar el “subidón” para poder realizar las tareas del día a día.
- Usar la cocaína como evasión de los problemas o las emociones.
- Ser incapaz de negarse a consumir.
- Ocultar el consumo al entorno.
- Sentirse vacío, sin energía o sin ganas de nada cuando no se consume.
- Tener problemas en el trabajo, los estudios o las relaciones a causa del consumo.
- Cambios en la vida diaria de la persona.
- Alteraciones en el patrón de la alimentación.
- Actitud paranoide.
Efectos del abuso de la cocaína
A medio y largo plazo, el consumo de cocaína puede desencadenar diversas problemáticas de salud. No podemos obviar que una sobredosis puede llevar a cualquier persona directamente a la muerte. Por un lado, a nivel físico, se puede destacar el incremento de la aparición de patologías cardiovasculares, respiratorias y neurológicas. Además, pueden darse dificultades añadidas como el insomnio o los problemas en la circulación.
A nivel psicológico, es fácil observar cambios conductuales, con una mayor presencia de comportamientos agresivos, y emocionales. Debido a la alteraciones de ciertas áreas del cerebro, se pueden ver alteradas capacidades como la toma de decisiones y el control de impulsos. Además, no es extraño que puedan darse cuadros psicóticos y paranoides.
