Irene Zamora: «El Burnout tiene un impacto emocional y físico»

Hablamos del síndrome del trabajador quemado con la coach Irene Zamora.

Irene Zamora: «El Burnout tiene un impacto emocional y físico»

Pasamos buena parte de nuestras vidas dedicando nuestro tiempo al trabajo remunerado, pero no todo lo que nos ocurre en este ámbito puede ser medido a través del dinero y la productividad. Hay fenómenos como el síndrome de Burnout que, además de tener un impacto objetivo en nuestro rendimiento laboral, nos dañan a un nivel emocional y subjetivo; y la importancia de esto último no debe ser subestimada, porque puede dar lugar a un efecto dominó que explote las vulnerabilidades de nuestra salud mental en general.

Para hablar sobre este problema, en esta entrevista hablaremos con Irene Zamora, quien lleva años ayudando a personas con problemas de síndrome del quemado.

Entrevista a Irene Zamora: ¿cómo nos afecta el síndrome de Burnout?

Irene Zamora es coach experta en Bienestar Emocional, con una trayectoria profesional enfocada en ofrecer soluciones basadas en la gestión efectiva de las emociones. En esta entrevista nos habla sobre uno de los principales problemas en el ámbito laboral: el síndrome de Burnout.

Irene Zamora Sauma

Irene Zamora Sauma

Master En Bienestar Emocional

Profesional verificado
San José
Terapia online

¿Qué es exactamente el síndrome de burnout?

El burnout es un síndrome que se caracteriza por un estado de agotamiento físico, emocional y mental causado por un estrés prolongado y excesivo, especialmente relacionado con el trabajo, pero que también puede derivarse de otras responsabilidades exigentes y circunstancias personales. Fue conceptualizado por primera vez por el psicólogo Herbert Freudenberger en la década de 1970 y desde entonces ha sido objeto de investigación. Se caracteriza por tres dimensiones principales.

Primero, agotamiento emocional: una sensación de falta de energía, agotamiento y cansancio emocional. Experimentando una disminución de la motivación y una sensación de estar emocionalmente agotados, sin recursos para enfrentar las demandas de la vida.

En segundo lugar, despersonalización: una actitud de distancia emocional hacia el trabajo y las personas con las que se interactúa. Las personas pueden experimentar cinismo, indiferencia y tratar a los demás como objetos impersonales, perdiendo la capacidad de establecer relaciones empáticas y significativas.

En tercer lugar, reducción de la realización personal: Disminución de la sensación de competencia, sentido y logro. Experimentando sentimientos de ineficacia y falta de satisfacción con su rendimiento laboral, lo que socava su sentido de identidad y propósito en el trabajo.

Por lo que has ido viendo a lo largo de tu trayectoria profesional, ¿cuáles son las señales más características que indican que alguien sufre burnout?

El burnout tiene un impacto emocional y físico, entre la sintomatología podemos encontrar:

Fatiga crónica: Sensación de cansancio, sin energía, incluso después de períodos de descanso adecuados. Trastornos del sueño: Dificultades para conciliar el sueño, despertares frecuentes durante la noche y una sensación general de falta de descanso. Problemas gastrointestinales: Provocando síntomas como malestar estomacal, indigestión, acidez estomacal y cambios en los patrones de eliminación. Dolores musculares y tensiones: El estrés crónico puede manifestarse en la forma de tensión muscular y dolores, especialmente en áreas como el cuello, los hombros y la espalda. Estos dolores pueden ser constantes y afectar la calidad de vida diaria. Tristeza: El agotamiento emocional y la falta de satisfacción puede provocar una tristeza persistente, falta de interés en actividades antes disfrutadas, sentimientos de desesperanza y pérdida de la autoestima. Ansiedad: Sensación constante de preocupación, una sensación de inquietud y agitación relacionada con una estado de alerta. Dificultades cognitivas: Dificultad de concentración, falta de memoria y disminución de la capacidad de tomar decisiones. Afectando la productividad y el desempeño.

¿De qué manera afecta a las personas el síndrome de burnout fuera del ámbito laboral, en sus relaciones personales?

Los primeros estudios del burnout fueron realizados en el ámbito profesional, hoy sabemos que el síndrome va influir tanto el ámbito personal como el ámbito profesional. Somos seres integrales, todas las áreas de nuestra vida actúan en sinergia para nuestra supervivencia y bienestar. La manifestación de la sintomatología de la persona con burnout va ser tanto en el ámbito personal, físico, emocional, espiritual e intelectual.

¿Cómo son los entornos laborales que predisponen más a la aparición del burnout?

Entre los factores que pueden contribuir a la aparición de un burnout son:

Desbordamiento emocional: la percepción de falta de autonomía sobre el trabajo y las decisiones relacionadas puede generar un desbordamiento emocional relacionado con el estrés, ansiedad, frustración, impotencia y desgaste. Falta de apoyo: tanto emocional y social en las diferentes áreas de nuestra vida puede contribuir al desarrollo del burnout. La ausencia de relaciones de calidad puede generar sentimientos de aislamiento y desamparo. Falta de equilibrio entre el trabajo y la vida personal: la dificultad para establecer límites en estas dos áreas de nuestra vida puede generar una carga adicional de estrés. Falta de reconocimiento y recompensa: por el trabajo realizado puede minar la motivación y la satisfacción laboral. La ausencia de feedback positivo y oportunidades de crecimiento profesional puede generar un sentido de estancamiento y desmotivación. Factores individuales: ciertos rasgos de la personalidad, como el perfeccionismo, las elevadas expectativas de uno mismo y la tendencia a ser excesivamente autocrítico, pueden hacer que las personas sean más susceptibles al agotamiento. Factores relacionados con el estilo de vida: como descuidar el autocuidado: la falta de sueño, la mala alimentación y la falta de ejercicio, puede contribuir al agotamiento.

¿Qué estrategias de intervención psicológica son más eficaces para afrontar y superar el síndrome de burnout?

Para poder trabajar el síndrome del burnout debemos realizar un abordaje interdisciplinario donde la persona reciba atención médica y a la vez acompañamiento terapéutico.

Dentro del ámbito terapéutico la práctica del mindfulness ha sido probada científicamente como una herramienta efectiva en el tratamiento del burnout debido a su capacidad para abordar tanto los síntomas como las causas subyacentes de este síndrome.

El mindfulness nos invita a observar y aceptar nuestras experiencias tal como son, sin aversión o rechazo. Proponiendonos una actitud de apertura, llevando nuestra observación a eso a lo que deseamos poner nuestra atención en el espacio presente, donde habita nuestra capacidad de acción, liberándonos del juicio para poder ver las posibilidades que emergen de la experiencia misma.

Al cultivar el mindfulness, desarrollamos la capacidad de observar nuestros pensamientos, emociones y sensaciones corporales con mayor claridad y compasión. Esta mayor conciencia nos permite responder de manera hábil a los desafíos de la vida en lugar de reaccionar de forma automática. El mindfulness puede influir en los procesos fisiológico y psicológicos relacionados con el burnout de varias maneras:

Regulación del estrés: Ayuda a regular la respuesta al estrés a nivel físico y mental ya que se disminuyen los niveles de cortisol y se promueve una respuesta de relajación. Neuroplasticidad: La práctica del mindfulness ha sido asociada con cambios en la estructura y la función cerebral. Disminuyendo la actividad de las regiones cerebrales relacionadas con la rumiación. Autorregulación emocional: La práctica del mindfulness fortalece la capacidad de reconocer, aceptar y regular las emociones de manera saludable. Esto contribuye a una mayor estabilidad emocional y una disminución de la reactividad emocional excesiva asociada con el burnout. Mayor conciencia de uno mismo: Al cultivar la conciencia, permite reconocer los primeros signos de agotamiento y atenderlos. El mindfulness anima a las personas a dar prioridad al autocuidado y al bienestar. Aumento de la concentración: La práctica regular del mindfulness fortalece nuestra capacidad de atención y concentración. Esto es especialmente beneficioso en el entorno laboral, donde la capacidad de mantener el enfoque y la claridad mental puede disminuir los niveles de estrés y mejorar la eficiencia y la productividad.

¿Y cuáles son los hábitos de ida que ayudan a prevenir la aparición del burnout en aquellas personas que aún no lo han sufrido y no han contado con ayuda psicológica profesional?

La autorregulación emocional, estar en contacto con nuestras necesidades, promover la resiliencia, tener un conciencia de autocuidado y balancear nuestras responsabilidades son conductas que nos pueden ayudar a prevenir un burnout.

Como herramienta sin duda alguna sugiero el mindfulness por los beneficios psicológicos y fisiológicos respaldados por la investigación científica. Cuando meditamos hay una mayor activación del córtex prefrontal el cual es responsable de funciones ejecutivas como la atención, la toma de decisiones y el control de los impulsos. Reforzando la actividad en esta región, mejorando el control atencional y la flexibilidad cognitiva. La amígdala, glándula implicada en el procesamiento de las emociones, en particular las respuestas al miedo y al estrés, reduce su actividad, reduciendo la reactividad y la intensidad de las emociones negativas. A la vez se hay una mayor conectividad entre las regiones cerebrales, mejorando la comunicación y la integración.

Es importante reconocer que el mindfulness no es una solución rápida o única para el burnout, sino que requiere una práctica continua y comprometida.

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