¿Cómo memorizar rápido? 13 consejos efectivos

Varias ideas clave para memorizar y aprender del modo más eficiente posible.

Cómo memorizar rápido
Pautas para memorizar de una manera eficiente.Unsplash.

A lo largo del día hacemos frente a una gran cantidad de información, que nos bombardea continuamente y que debemos procesar con el fin de poder adaptarnos al medio.

Mucha de esta información no resulta excesivamente relevante salvo en el momento en que aparece, pero en ocasiones nos puede ser útil conservarla en la memoria. Por ejemplo, a nivel académico se nos pide captar, mantener y retener en la memoria los datos que recibimos.

Pero para memorizar algo por lo general no vale con exponerse una vez a dicha información: con solo oír unas palabras o leer unas líneas no vamos a retenerlas a menos que nos hayan marcado profundamente. También resulta deseable que el proceso de memorización no se eternice, sino que resulte eficiente y permita dejar espacio para que nuestra atención pueda dirigirse a nuevos elementos.

¿Cómo memorizar rápido? A lo largo de este artículo vamos a proponer una serie de diferentes estrategias que nos pueden servir para acelerar y facilitar la retención de la información.

Cómo memorizar rápido: estrategias y procedimientos

Son muchos los elementos que influyen en nuestra capacidad de codificación y retención de la información. Y algunos de dichos elementos pueden ser manipulados de cara a favorecer el aprendizaje. A continuación veremos una serie de posibles métodos o procedimientos para ayudarnos a memorizar.

1. Repasa la información

Algo básico para conseguir aprender y memorizar algo es hacer que esta información entre en nuestra mente en varias ocasiones. Con una sola presentación es muy complejo mantener algo en la memoria, a menos que tenga un profundo impacto emocional. El repaso y la repetición sirven para ir reforzando la huella que dicha información deja en nuestra memoria, en algunos casos hasta hacerse algo automático.

Esto es especialmente útil para informaciones inconexas entre sí o que no podemos vincular con otros conocimientos de nuestro día a día, como una lista de palabras o las tablas de multiplicar, pero también es aplicable a otros tipos de información.

2. Haz esquemas y resúmenes

Limitarse a leer un texto y esperar a que este acabe grabándose en la memoria puede ser un proceso lento y poco eficiente. Resulta recomendable a la hora de acelerarlo realizar resúmenes del contenido tratado e incluso esquemas en los cuales sintetizar y organizar la información. Ello permite trabajar a nivel mental con la información, procesándola y manipulándola de tal modo que la hacemos entendible para nosotros mismos.

3. Lee y repite en voz alta

Diversos estudios manifiestan que en comparación con la mera lectura en silencio resulta más efectivo y eficiente a la hora de memorizar el hecho de verbalizar lo que estamos leyendo, pues no solo lo trabajamos a nivel de representación visual sino también a nivel auditivo y motor.

4. Explícaselo a otro

Puede ser recomendable hacer una pequeña exposición o explicación a otra persona del contenido que tenemos que memorizar. De una manera semejante a la del anterior punto el hecho de trabajar mentalmente con la información para ponerla con nuestras propias palabras y expresarla contribuye a que podamos infundirle sentido a lo aprendido, algo que sin duda favorece una memorización más rápida y eficiente.

5. Emplea múltiples vías

Cuando pensamos en estudiar o memorizar algo probablemente nos venga la imagen de alguien mirando fijamente la misma información presentada siempre de la misma manera. Aunque la repetición de la información es necesaria, puede ser útil que el material se presente a través de múltiples vías. Eso sí, con cierta constancia y precaución, pues si cada repetición es diferente ello puede provocar un perjuicio a la hora de centrarse en el contenido en sí.

Además, emplear distintas vías hará que personas que tengan más facilidad para un tipo de memorización concreta puedan incrementar sus probabilidades y la velocidad a la que aprenden (hay personas por ejemplo que retienen más la información visual que la verbal o viceversa, o bien a las que les funcionan mejor los pictogramas o dibujos que las letras).

6. Usa metáforas, siglas y acrónimos

Una buena estrategia que facilita la memorización de un contenido es no limitarse a representarlo tal cual sino intentar generar metáforas con los conceptos o juntar las iniciales o partes de las palabras a aprender para formar una nueva más corta y más fácilmente memorizable.

7. Crea tu propia historia

Otro método que facilita el memorizar rápido algún tipo de información es la de buscar una relación entre los diferentes conceptos a retener y elaborar una pequeña historia o incluso una única frase que contenga ambas. De este modo el recuerdo de uno elicitará el de otro.

8. Relaciona lo nuevo con lo viejo

Otra estrategia para aprender, y que de hecho se realiza a menudo de forma natural durante los aprendizajes que más fácilmente realizamos, es la de vincular las informaciones nuevas a memorizar con conocimientos o vivencias previas. Ello ayuda a darle sentido a la información y atribuirle un significado.

9. Busca un lugar favorecedor

El contexto es importante a la hora de facilitar o dificultar el proceso de aprendizaje. De cara a favorecer la memorización, resultará recomendable buscar un entorno con una intensidad lumínica adecuada y a poder ser natural, con una temperatura confortable y en la que podamos mantener una postura cómoda pero no excesivamente laxa. También es importante que no haya otros elementos distractores presentes (móviles, pantallas o consolas fuera del alcance) y que se disponga de suficiente espacio.

10. Memoria dependiente de contexto

Diversos estudios nos muestran que las condiciones en que adquirimos un conocimiento también influyen en su recuerdo: cuando recibimos una información en un determinado lugar o en circunstancias concretas resulta más fácil recordarlo cuando dichas condiciones vuelven a recrearse. Por ejemplo, si aprendiéramos algo bajo el agua resultaría mucho más fácil volver a recordarlo en una nueva inmersión que en la superficie. Es por ello que resulta útil estudiar siempre en un espacio semejante al de la situación en la que vamos a aplicar dichos conocimientos.

11. Vincula la información a algo que te apasione

Si bien no siempre es posible, puede ser de gran utilidad el relacionar lo que queremos aprender con algo que nos genera interés y satisfacción. De este modo el conocimiento a memorizar puede ser más fácil de retener al vincularse con las emociones positivas relacionadas con nuestra afición. Por ejemplo, a las personas que les gusta el teatro puede venirle bien realizar una pequeña representación teatral que integre lo que deben memorizar.

12. Haz descansos regularmente

Muchas personas se pasan largas horas mirando y repasando el material a aprender, e incluso pueden llegar a pasar noches en vela para seguir intentando memorizar. Aunque hincar codos no es malo, lo cierto es que se ha demostrado que estudiar del tirón horas y horas no es tan eficiente como realizar pequeños descansos puntuales de unos minutos en los que podamos desconectar y relajarnos para luego volver a ponernos a estudiar.

Evidentemente tampoco se debe abusar: tal vez un descanso cada hora que dure alrededor de cinco minutos podría ir bien, aunque dependerá del ritmo de trabajo y de que no rompa un momento concreto de concentración.

13. Requisito básico: come y duerme correctamente

De cara a aprender y mantener un buen funcionamiento y eficiencia mental es necesario que se mantenga una cantidad y calidad de sueño suficiente que permita regenerar y reponer nuestras energías. Lo mismo puede decirse con respecto a la nutrición: comer bien nos ayudará a tener energía y a favorecer el funcionamiento mental.

Referencias bibliográficas:

  • Sara, S. J. (2000). Retrieval and reconsolidation: toward a neurobiology of remembering. Learning & Memory, 7(2), 73-84.

Psicólogo en Barcelona | Redactor especializado en Psicología Clínica

Barcelona

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Máster en Psicopedagogía con especialización en Orientación en Educación Secundaria. Cursando el Máster en Psicología General Sanitaria por la UB.

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