Los sueños y todo lo relativo a ellos es, desde hace mucho tiempo, un mundo que despierta un profundo interés tanto a la comunidad científica como al gran público. El hecho de que nuestro sistema nervioso sea capaz de crear entornos inventados y narrativas ficticias sin recibir apenas estímulos del mundo exterior nos ha hecho buscarle significado a los sueños, intentar relacionarlos con nuestros objetivos vitales e, incluso, preguntarnos si estas alucinaciones tendrán algo que ver con realidades alternativas.
Sin embargo, hay otro factor que hace que el potencial interés que podamos tener en el estudio de los sueños se vea elevado al cuadrado. Se trata de la existencia de los sueños lúcidos.
¿Qué son los sueños lúcidos?
Los sueños lúcidos son aquellos sueños en los que somos conscientes de que lo que estamos experimentando no es real. La persona que experimenta sueños lúcidos, en definitiva, se ve inmersa en situaciones oníricas en las que las alucinaciones se entremezclan con la consciencia de estar soñando.
Además, este hecho suele conllevar también la aparición de la posibilidad de modificar el propio sueño que se está viviendo, algo que transformaría la escena onírica en una especie de patio de recreo mágico en el que los deseos se transforman en realidad. Esto, por supuesto, hace que muchas personas deseen experimentar los sueños lúcidos, si bien conseguir esto no es fácil.
La comunidad de la onironáutica
Los sueños lúcidos son estadísticamente son poco comunes, y la mayoría de las personas no llegan a experimentarlos ni siquiera de manera mensual, si bien hay algunos pocos durmientes que viven estos episodios con relativa frecuencia, varias veces por semana.
Sin embargo, son muchas las personas que han llegado a desear tanto vivir sueños lúcidos con regularidad que se han ido formando todo tipo de comunidades virtuales, foros y libros en los que los onironautas, pues así se llaman las personas capaces de experimentar estos sueños, describen trucos y recomendaciones para entrenarse en ciertas técnicas que teóricamente sirven para aumentar la probabilidad de ser consciente de lo que ocurre en el mundo onírico.
¿Entonces, para tener sueños lúcidos basta con seguir estos consejos? No tan rápido. El problema de las recomendaciones que suelen indicarse en libros y foros de onironautas es que la gran mayoría de ellas se centran en la gestión de estados subjetivos de consciencia, algo difícil de conseguir cuando se está soñando o cuando se está cayendo en el reino de Morfeo.
Lamentablemente, la misma puerta de entrada al mundo de los sueños es el lugar en el que se dejan reposando las técnicas aprendidas durante el día y los planes a seguir durante las horas siguientes.
Hablando el lenguaje del cerebro
Que sea difícil llegar a forzar la aparición de sueños lúcidos no significa que resulte imposible. Recientemente, algunas investigaciones en neurociencia han demostrado que existe la opción de generar este tipo de sueños no ya a través del diálogo interno y la filosofía vital, sino alterando directamente el modo en el que funciona el cerebro.
Por ejemplo, se ha demostrado que inducir la aparición de ondas cerebrales de frecuencia gamma (concretamente entre 25 y 40 Hz) en algunas regiones frontales del encéfalo durante la fase REM hace que se incremente significativamente la posibilidad de tener un sueño lúcido.
Desde luego, no todos tenemos la posibilidad de utilizar maquinaria de laboratorio para modificar las frecuencias de ondas de nuestro cerebro mientras dormimos los días de cada día, pero este estudio ha servido como precedente para reforzar la hipótesis de que se puede alterar materialmente el funcionamiento del sistema nervioso para tener este tipo de sueños. A partir de ahí, se ha ido investigando qué cambios materiales son capaces de hacer que aumente estas probabilidades... y hoy podríamos tener la respuesta.
Induciendo sueños lúcidos con el despertador
Una investigación del año pasado parece indicar que una buena manera de favorecer la aparición de los sueños lúcidos podría consistir en interrumpir brevemente el sueño para volver a dormir (o casi-dormir) inmediatamente después. Para ello, un truco sería utilizar la opción de aplazar la alarma del despertador para que vuelva a sonar unos minutos más tarde.
La investigación que nos conduce a esta posible solución, sin embargo, no nos ofrece una respuesta definitiva, ya que no se trata de un experimento sino de el cruce de datos provenientes de encuestas administradas a varias personas, algunas de las cuales experimentan sueños lúcidos con regularidad. Esto significa que las personas más propensas a ser conscientes de lo que pasa durante sus vivencias oníricas tienden a usar más el botón de postergar la alarma, pero por el momento no sabemos si es este simple truco el que hace que aparezcan estos sueños. Como siempre, correlación no implica causalidad.
Sin embargo, los resultados son prometedores y dejan la puerta abierta a futuros testeos en un laboratorio experimental. En pocos meses podríamos tener la respuesta definitiva que todos los onironautas andan buscando, pero, por el momento, la vía para probar uno mismo con el despertador queda abierta a quien quiera probarla.
Referencias bibliográficas:
- Smith, B. y Blagrove, M. (2015). Lucid dreaming frequency and alarm clock snooze button use. Dreaming, 25(4), pp. 291 - 299.
- Voss, U., Holzmann, R., Hobson, A., Paulus, W., Koppehele-Gossel, J., Klimke, A. y Nitsche M. A. (2014). Induction of self-awareness in dreams through frontal low current stimmulation of gamma activity. Nature neuroscience, 17(6), pp. 810 - 812.