Somos humanos, diferentes a los robots y a las máquinas, y como tal no todos los días nuestro ánimo es el mismo.
Hay muchas personas que, aunque dedican su tiempo y sus esfuerzo a un área de su agrado, no siempre se levantan por la mañana con demasiadas ganas de ir a trabajar. Y esto es completamente normal. Hay días en los que, por el motivo que sea, no nos encontramos especialmente motivados para enfrentarnos a esos retos que nos depara la rutina diaria.
Pero puede darse el caso, incluso, de que esto ocurra durante temporadas relativamente largas, y no sea algo puntual.
Artículo relacionado: "Las 10 claves para motivarse a uno mismo"
Recuperando la motivación perdida en el trabajo
Puede que estas personas estén en medio de diferentes situaciones complejas; quizás se estén enfrentando a un proyecto en concreto que no les gusta demasiado, a una tarea excesivamente difícil o, simplemente, existen causas externas que están atacando directamente a su motivación personal y que les impiden seguir al pie del cañón.
También hay casos en que el estrés o algún problema psicológico de fondo puede influir negativamente en las ganas que tenemos de hacer bien las cosas durante la jornada laboral.
10 ideas para seguir inspirado a pesar de las dificultades
Independientemente de la situación, las claves presentadas a continuación pueden ser de ayuda a la hora de conseguir de nuevo esa motivación que se perdió en algún momento.
Si las aplicas a tu vida es posible que notes como, poco a poco, vuelves a encontrar el estado de flow y todo empieza a remontar.
1. Piensa en el por qué
Es importante tener en mente que todo tiene una razón de ser, un objetivo, independientemente de si te encuentras en medio de un gran proyecto o una pequeña tarea.
A veces es difícil de detectarlo, pero dar con ella puede ayudar a que vuelva a nacer esa motivación para terminar el proyecto emprendido. Si finalmente no encuentras un motivo de peso para hacer algo, es muy posible que, sencillamente, no debas hacerlo).
2. Piensa en lo que pierdes
Es totalmente contrario al punto anterior, y una alternativa a este. En vez de pensar en lo que puedes ganar, piensa qué puedes perder si no completas ese trabajo. Una forma un tanto negativa de motivarse, pero si te sirve para ponerte las pilas, puede no ser una mala idea.
3. Trata de que sea divertido
Es muy posible que te encuentres en medio de una tarea muy aburrida y quizás quieras renunciar a esta. Pero si tienes la capacidad, puedes hacer que esa tarea poco divertida se convierta en una muy interesante.
Personalmente, trato en lo posible de evitar tareas administrativas, pero si no me queda otra escapatoria, cojo mi iPod y creo una buena playlist, y así se me pasa el tiempo volando. No te limites, solo deja volar tu creatividad y tu imaginación.
4. Comprueba tu progreso
Trata de hacer alguna gráfica o buscar una manera que te permita evaluar tu rendimiento en relación a las metas que te has planteado, de esta manera también podrás anticiparte ante cualquier imprevisto. No existe nada que motive más que lograr los objetivos que te has propuesto y poder comprobarlo.
Por otro lado, también te permitirán obtener una información muy valiosa, ya que las gráficas o el método que hayas elegido te motivará para seguir luchando por tus objetivos.
5. Divide el trabajo en tareas muy concretas y bien definidas
Dedica parte de tu tiempo a pensar en el proyecto que estás llevando a cabo, y trata de dividirlo en acciones más pequeñas que puedas manejar con mayor facilidad.
Sabemos que un gran proyecto puede ser muy agobiante, y este proceso de “descomposición” te servirá para controlar el proyecto y ver con mayor claridad la consecución de tus objetivos. Además, cada vez que marcas una tarea como hecha, tu cerebro obtiene una motivación instantánea para continuar.
6. Empieza a hacer algo ya
No te quedes inactivo, escoge una tarea y empieza cuanto antes. El hecho de empezar es suficiente para vencer la resistencia que pone tu cerebro a darle inicio a algo.
Trabajar unos minutos te ayuda perder el miedo. Y una vez estás trabajando en ello, te empiezas a sentir bien por estar haciendo lo que debes hacer, y eso te empuja a continuar. Todo esto genera una especie de inercia, todo va encajando de manera que puedes concluir esa tarea de manera satisfactoria.
7. Planifica tu tiempo
Muchas veces nos apuramos al calcular los tiempos necesarios para determinado proyecto o tarea, somos muy optimistas en este aspecto. Pero esto suele pasar porque no tenemos la información necesaria a mano y porque siempre pueden suceder imprevistos.
Cuando nos hemos puesto un deadline y vemos que no vamos a poder cumplirlo, tendemos a desanimarnos y a culparnos de ser un fracasado y un irresponsable. Pero, ¿qué debes hacer en ese caso? Sé realista en tu planificación, reconsidera y modifica tus estimaciones a medida que dispones de más información.
8. Date un gusto
¡Te lo mereces! Negocia contigo mismo un premio para cuando termines una determinada tarea o logres un buen avance en un gran proyecto. ¿Te gusta pasear, comer buenos platos, leer buenos libros?
Haz algo que te apetezca en ese momento, ¡mímate! Tienes como tarea buscar tus propios incentivos y recompensas. No hay nada malo en ello.
9. Busca una segunda mano
No me refiero que busques a alguien que haga el trabajo por ti, sino a alguien que te aporte motivación extra, esa que te dará el último empujoncito.
Seguramente te ha pasado que se te hace difícil motivarte o encontrar esa motivación por tu propia cuenta. Así que alguien con valores, responsable y con ambición en la vida, puede ser el empujón y el apoyo que te hacía falta. ¡Busca a esa persona y apóyate en ella! También tienes otras opciones, como buscar apoyo externo en comunidades en Internet, foros de interés común, blogs, etc. Conseguirás motivación constante.
10. Aléjate de todo
Si has intentado ya todo lo anterior y no te da resultados, eso significará que estás pasando por un momento difícil. Coge unos días de vacaciones, viaja, haz planes con tu familia y no pienses en nada relacionado con el trabajo. Necesitas coger fuerzas y meditar.
No te sientas culpable por no trabajar durante ese tiempo. De hecho, ese tiempo de relax te servirá para volver con las pilas cargadas y darle un nuevo aire de innovación y creatividad a la empresa.