Hay muchas películas románticas con toda clase de historias: la chica buenecita que se enamora del malote y él termina siendo mejor persona; dos personas que se odian pero tienen mucha tensión sexual y se terminan enamorándose locamente…
En la mayoría de ellas, al final de la película, la pareja sigue junta a pesar de todos los problemas que han surgido y el daño que se han podido causar el uno al otro. Esto nos puede crear la ilusión de que los problemas de pareja terminarán por resolverse y que el amor está por encima de todo. Error.
Podemos terminar en una espiral de dolor si nos aferramos a estas ideas “románticas” en una relación en la que no marchan bien las cosas desde hace tiempo. Así podemos acabar en una relación tóxica de la que nos cuesta salir, esperando a que todo se solucione.
Y si es así, ¿por qué nos cuesta tanto dejar la relación? ¿Y cómo hacemos para salir de una relación tóxica sin dejarlo para otro día? Sigue leyendo este artículo y te responderemos a tus preguntas.
¿Cómo saber si estoy en una relación tóxica?
Una relación sana de pareja debe aportar tranquilidad y bienestar. Al mismo tiempo, te hace sentir ilusión por estar con tu pareja y por conseguir vuestros objetivos conjuntos o individuales. Además, te permite sentirte seguro/a en la relación, y libre para hacer y decir lo que quieras con o sin él/ella (dentro de límites en los que no dañes a nadie, claro).
Y sobre todo ten en cuenta que surgirán problemas. Sois dos personas que pasáis mucho tiempo juntas, que opináis y sois distintas. La diferencia está en que, en una relación sana, estos conflictos los resolveréis conjuntamente. A veces cederá uno y otras el otro, pero siempre manteniendo un equilibrio en la relación y no suponiendo un sufrimiento continuo para ninguna de las dos partes.
¿Cómo es una relación tóxica entonces? Pues todo lo contrario. En ella sentirás malestar, miedo a hacer o decir ciertas cosas, inestabilidad en la propia relación y no podrás ser tú mismo/a. Además, habrá la percepción de que se da más de lo que se recibe, o que tu pareja es superior a ti. Si es tan mala como lo pinto, ¿por qué no se corta la relación y ya?
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¿Por qué es tan difícil salir de la relación tóxica?
La base está en lo que se conoce en psicología como refuerzo intermitente: cuando algo te aporta emociones muy agradables, pero solo de vez en cuando e imprevisiblemente. Esto hace que te quedes esperando a cuándo va a ser la próxima vez que te dé lo que quieres, aunque durante la espera lo estés pasando mal.
¿Alguna vez has oído o has dicho: “cuando estamos bien, estamos muy bien, pero cuando estamos mal…”?. Pues es esa idea. Esto produce las mismas emociones que en los juegos de azar, y al igual que con ellos, pueden generar adicciones y dependencias emocionales. Seguimos echando monedas a la relación, esperando a que nos toque el premio.
El refuerzo intermitente causa mucha confusión, porque no sabes cómo es tu pareja ni cómo te trata en general. Empiezas a dudar si lo estás exagerando, que no es para tanto y solo es cosa tuya, por cómo te lo tomas. También empiezas a dudar si realmente te quiere o si tú le quieres.
Además, te crea esperanza: te aferras a los buenos momentos (incluso si ya no los hay), esperando a que aparezcan, y esperas que tu pareja cambie y vuelva a ser la persona de la que te enamoraste. También puede hacerte creer que eres capaz de cambiar a tu pareja. ¿En cuántas películas hemos visto que el malote termina siendo un cacho de pan? En este caso estarías sufriendo lo que se conoce como el Síndrome del Salvador.
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¿Y si ya tengo las cosas claras pero aún así me cuesta salir? ¿Por qué?
Lo más probable es que sea por miedo. Miedo a la soledad, miedo a las consecuencias económicas de empezar a vivir solo/a (si es que convivís), y por supuesto, si hay maltrato, miedo a lo que te pueda ocurrir.
También puede ser por sentimientos de culpa y de responsabilidad por el estado en que dejas a tu pareja. Puede que creas que si cortas con él/ella, salga muy mal parado/a y no quieres hacerle eso a nadie. O puede que creas que la relación va mal por tu culpa.
Y otro factor muy influyente son las ideas culturales, como “en un matrimonio, hay que aguantarlo todo”; “es el amor de mi vida y no voy a poder estar con otra persona”; “divorciarse o estar soltero/a es de fracasados”; “tengo que aguantar por mis hijos, no quiero que crezcan en un hogar roto”. Las ideas de nuestra sociedad a veces hacen mucho daño.
¿Cómo salgo de la relación tóxica?
El problema está en que no se van a resolver así como así todos los problemas que hayan surgido como ocurren en las películas románticas. Si habéis llegado al punto de tener una relación tóxica, es posible que incluso sea difícil sanar la relación por todo el daño que ya hay hecho y la mejor solución sea romper la relación. ¿Y cómo lo puedes hacer?
1. Reconoce el problema
Lo primero es darte cuenta de la toxicidad de tu relación. Analiza lo que hacéis tanto tú como tu pareja. ¿Lo que hacéis ayuda a que os sintáis seguros el uno con el otro, o por el contrario, solo os provoca inestabilidad emocional?.
Puede que los dos os hagáis daño o intentéis encubrir la conducta tóxica del otro: “Lo hace porque me quiere”. Esta idea también es tóxica, si te hace daño, no es justificable por mucho que te quiera. Ten también la mente abierta y escucha lo que llevan tiempo diciéndote tu familia y amigos, puede que ellos lo vean más fácil desde fuera.
2. Pregúntate cómo será tu vida sin él/ella
Imagínate cómo será tu vida sin él/ella, qué será diferente cuando tu pareja no esté contigo y ya hayas superado las emociones desagradables temporales del inicio de la ruptura. Lo más probable es que podrás hacer actividades que te gustan, expresarte sin miedo, retomar contactos de amistades que has ido perdiendo por la relación… En definitiva, volverás a ser libre. En vez de enfocarte en el miedo o la soledad que puedas sentir al principio de tu nueva vida, enfócate en lo que vas a conseguir y va a permanecer durante más tiempo.
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3. Da el paso a pesar del miedo o la culpa
Por desgracia, el miedo o la culpa que te están frenando no van a desaparecer por completo, como mucho disminuirán si haces caso a los consejos anteriores. Teniendo en cuenta esto, solo te queda armarte de valor y romper la relación para poder volver a ser tú mismo/a.
Nunca va a parecerte un buen momento, así que hazlo simplemente cuando puedas. Es un paso difícil, pero te prometo que valdrá la pena. Y recuerda que tú no eres el único culpable de que la relación no funcione, y no es tu intención hacer daño a nadie. Al final vas a hacer un favor a los dos, porque ninguno estáis felices ni seguros en la relación.
4. Aléjate de tu ex
Como hemos mencionado, las relaciones tóxicas crean dependencia emocional por el refuerzo intermitente, como si de una droga se tratase. Por eso, lo mejor para no caer en la tentación, en este caso, para no volver con tu ex, es alejarte de esta persona y tener contacto 0. Puede ser duro al principio, pero si quieres no repetir lo mismo que en el pasado, no debes volver con él/ella. No hay otra opción.
Tomas Santa Cecilia
Tomas Santa Cecilia
Psicologo Consultor: Master en Psicología Cognitivo Conductual
5. Aprende a vivir tu nueva vida
Ahora que estás soltero/a, aprovecha para conocerte a ti mismo/a, para recordar cómo eras o saber cómo quieres ser por ti mismo/a. Haz todo lo que te habías planteado con el consejo 3. Puede dar algo de vértigo por verte solo/a, así que ve poco a poco para que no sea tan abrumador. Y sobre todo, disfruta de tu propia compañía.