La marihuana es una sustancia psicoactiva que al ingresar al organismo lo altera generando efectos estimulantes, depresores y alucinógenos. Puede producir en primera instancia euforia, luego relajación y en algunas ocasiones, alucinaciones e ideas delirantes.
A continuación mencionaremos 4 hechos por los cuales el consumo compulsivo de marihuana a corto o largo plazo no es inocuo (en todos los casos nos referimos a la marihuana fumada, no al uso medicinal del cannabis).
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Efectos adversos de la marihuana
Estos son algunos de los efectos que hacen de la marihuana una sustancia capaz de desgastar el bienestar de las personas.
1. Altera el sistema nervioso central
El consumo de marihuana altera la percepción, puede producir desorientación espacio-temporal, aumenta la probabilidad de sufrir accidentes (automovilísticos, en el trabajo) porque se ve afectada la coordinación psicomotriz; disminuye la concentración, los reflejos quedan alterados, los tiempos de reacción son más lentos.
A largo plazo, a mayor frecuencia de consumo y cuanto más temprano se inicie el vínculo con la sustancia, genera deterioro neurocognitivo. Afecta las funciones cognitivas, disminuyendo capacidades como la resolución de problemas matemáticos, la comprensión de textos, la memoria, dificultando el proceso de aprendizaje.
Además produce una disminución del interés y voluntad de estudiar porque el componente psicoactivo THC también puede generar síndrome amotivacional, caracterizado por una disminución de la capacidad para conservar el curso normal de diferentes actividades como mantener un trabajo o terminar los estudios.
2. Puede producir episodios psicóticos agudos
El consumo de marihuana, al alterar el estado de la conciencia y la percepción, genera modificaciones en la actividad mental al punto de llegar a producir alucinaciones auditivas o visuales, ideas paranoides, despersonalización, sensación de pérdida de control, de pánico, de terror.
Esto se debe a que el THC tiene incidencia en partes del cerebro encargadas de la percepción, la atención, los sentidos. Estos episodios se pueden dar como consecuencia del consumo compulsivo, como síntomas de abstinencia, o por una predisposición previa de patología dual de base desencadenada por el consumo.
Por otro lado, fumar marihuana puede producir mayor riesgo de padecer esquizofrenia, la cual se puede desencadenar a partir de tres factores: consumo frecuente + inicio temprano del consumo + predisposición genética a tener dicha enfermedad mental.
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3. Es capaz de producir dependencia psicológica
No todo uso de marihuana escalará a consumo problemático, sin embargo si la persona consumidora tiene en su organismo factores predisponentes a adicción, puede generarse dependencia psicológica, una relación de necesidad con la sustancia.
Podemos hablar de dependencia psicológica cuando el consumo es compulsivo, cuando hay manifestaciones de irritabilidad, ansiedad, deseo de consumir, cambios de humor y de ánimo en momentos de abstinencia y necesidad de consumo de marihuana para llevar adelante determinadas actividades. La persona dependiente siente que necesita de la sustancia para funcionar mejor.
4. Aumenta riesgo de desarrollar problemas respiratorios, como el cáncer de pulmón
La alta temperatura del humo y las sustancias tóxicas producidas mediante la combustión, como el alquitrán, son factores agresivos e invasivos para el sistema respiratorio; genera irritación de los pulmones y puede producir algunos tipos de cánceres. Además puede producir crisis respiratorias, bronquitis, neumonía, dificultades para respirar, tos.
¿Y el resto de drogas?
Vale aclarar que las razones mencionadas para entender por qué la marihuana no es inocua no son exclusivas de ella, ya que también son aplicables a otras sustancias psicoactivas, como por ejemplo el alcohol.
El desconocimiento de los efectos nocivos que provoca el consumo de cigarros de marihuana favorece que ésta sea una de las principales drogas psicoactivas más consumidas en el mundo, ya sea de forma adictiva o en uso recreativo. La marihuana es de muy fácil y rápido acceso y el consumo en la adolescencia se encuentra en aumento, desde edades cada vez más tempranas.
Se suele pensar que los cigarrillos de tabaco representan más peligro para la salud que los cigarrillos de marihuana. Si bien es correcto que el tabaco genera grandes daños en todo el organismo, la marihuana fumada nunca es beneficiosa para la salud ni su consumo es sin consecuencias perjudiciales.