El amor es un sentimiento tan arrollador e intenso que, normalmente, resulta complicado reconocer dónde están sus límites. Cuando llega, las hormonas de nuestro cerebro empiezan a inundar el sistema nervioso de un modo muy distinto a como lo hacían antes, y una nueva manera de percibir las cosas toma el control de lo que hacemos, lo que creemos y lo que decimos.
Por eso, no resulta fácil reconocer las diferencias entre el amor y la obsesión por una persona. Ambas experiencias comparten muchos elementos, pero llegar a confundirlas puede llegar a resultar muy perjudicial tanto para nuestra vida social como para nuestra propia salud emocional.
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Aprender a reconocer sentimientos
La inteligencia emocional consiste, entre otras cosas, en saber detectar tipos de emociones y de sentimientos que nos afectan en el día a día, y en actuar en consecuencia con este “diagnóstico” privado. Es una habilidad en la que cada vez se pone más énfasis desde los nuevos modelos educativos, pero desgraciadamente los adultos no estamos exentos de los problemas que plantea la falta de habilidad en esta clase de capacidades.
Confundir amor con obsesión, por ejemplo, resulta muy habitual, y en muchas ocasiones incluso se llega a creer que el amor verdadero tiene las características maníacas del segundo elemento. Como si la obsesión fuese más amor que el amor mismo.
De algún modo, una visión idealizada y altamente tóxica del amor romántico puede llegar a deformar tanto este concepto que el dolor y la angustia que producen este tipo de relaciones son percibidas como algo positivo, parte del sacrificio que se supone que es amar. Pero este problema desaparece si conocemos y comprendemos bien las diferencias entre la obsesión y el amor, que son muchas y muy relevantes.
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Principales diferencias entre amor y obsesión
Estas claves para distinguir entre estos fenómenos psicológicos pueden ayudar a tener una vida emocional mucho más rica y gratificante y, de paso, a evitar relaciones tóxicas.
1. Celos vs. Respeto del espacio ajeno
Cuando alguien experimenta amor por alguien, lo hace abrazando la idea de que la vida de la otra persona le pertenece enteramente a esta última, y por consiguiente ni se plantea interferir en lo que hace la otra. Esto, a su vez, tiene otra consecuencia: como lo que hace la otra persona es responsabilidad de la otra persona, no tiene sentido vigilar sus movimientos ni tratar de poner barreras a su libertad.
En cambio, en el caso de que se sienta una obsesión por alguien, la otra persona pasa a ser un problema que se siente como propio. Esto hace que aparezcan los celos.
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2. Cosificación del otro vs. Trato humano
En la obsesión, cada miembro de la pareja se entiende como propiedad de la otra, lo cual da pie a paradojas muy dañinas: ¿quién tiene derecho a decidir lo que debe hacer la otra, en qué contextos?
En el amor, en cambio, nunca se pierde de vista que el otro es un ser humano, como cualquier otro, y que debe disfrutar de sus derechos y libertades en su día a día. Por consiguiente, las imposiciones unilaterales no pueden ser admitidas como algo normal.
3. Exclusividad enfermiza vs. Realismo
Allí donde hay obsesión por una persona, existe la idea de que la relación con ella está predestinada a ser exclusiva; en decir, que independientemente de lo que quieran las personas implicadas, estas deben crear entre ambas una especie de bunker emocional y no salir nunca de allí.
En el amor, en cambio, la visión que se tiene sobre la fidelidad es mucho más sensata, ya que no se basa tanto en la exclusividad “por norma” como en la honestidad y la transparencia. Aquí, cada uno se compromete, pero se asume que no hay ninguna norma inquebrantable sobre lo que deben ser la relación, ya que esta depende enteramente de las personas que la componen.
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4. Basada en la baja autoestima vs. Basada en la relación
En la obsesión, la otra persona es percibida como un elemento que nos falta y sin lo cual es complicado vivir. Es decir, el motivo de la relación que se busca tener con alguien es en buena parte una baja autoestima.
En el amor, en cambio, la otra persona es vista como algo que nos complementa.
5. Búsqueda de sustituciones vs. Aceptación
Cuando una relación amorosa se rompe, después de una etapa de duelo llega la aceptación.
En el caso de la obsesión, sin embargo, la aceptación puede tardar mucho en llegar, o incluso puede no darse, especialmente si no se cuenta con ayuda psicológica.
6. Echar la culpa al otro vs. Asumir responsabilidades
Otra de las grandes diferencias entre la obsesión y el amor es que en la primera, la falta de interés de la otra persona es utilizada como arma arrojadiza contra ella, y a menudo se intenta el chantaje emocional para que se sienta culpable. Esto no ocurre en el caso del amor, ya que se entiende que nadie tiene derecho a condicionar nuestra libertad de esa forma.
7. Empatía vs. Parches ante los problemas
Allí donde hay amor, los problemas de la relación se solucionan a través de la empatía y de la comunicación. En cambio, las personas que sienten una obsesión por otras tratan de crear una ficción que permita hacer ver que todo sigue igual, sin tener que afrontar la raíz del problema, por miedo a perder el control de la situación.
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