Es frecuente notar cómo, después de una noche acompañado por una persona que conociste en una fiesta, te percatas que te sientes mucho menos atraído al verla a plena luz del día. Una posible explicación a este fenómeno podría deberse a esta misma ausencia de luz, que ciertamente oculta algunas imperfecciones.
Pero el responsable número uno de este efecto es bien conocido: el alcohol. Cuanto más alcohol consumimos, más atractivas tendemos a percibir a las personas de nuestro alrededor, especialmente si nuestra predisposición romántico-afectiva es alta.
Alcohol y percepción del atractivo sexual
Efectivamente, existe un efecto popularmente conocido como “gafas de cerveza”, que incrementa la libido y elimina las inhibiciones sociales, provocando que tengamos una mayor predisposición a entablar contacto con personas que no nos atraerían en un estado de sobriedad.
El alcohol condiciona tu percepción
La ciencia explica la razón por la cual la atracción hacia otras personas aumenta cuando hemos bebido unas copas. Una investigación de las universidades de Glasgow y Saint Andrews, reveló que tanto mujeres como hombres encontraron un 25% más atractivos los rostros del sexo opuesto comparado con los sujetos que no probaron el alcohol.
Otro estudio llevado a cabo en la Bristol University, apuntó en la misma dirección: los participantes de la investigación reportaron el atractivo de las demás personas como un 10% mayor 15 después de haber ingerido 70 centilitros de cerveza (cantidad equivalente a tres cañas). Se descubrió también que el sexo de la otra persona no influía en el aumento de la percepción de atractivo: los hombres consideraron que otros hombres eran más atractivos, y las mujeres que otras mujeres eran más atractivas, independientemente de las preferencias sexuales de cada participante.
El alcohol y la simetría, aliados
Los expertos afirman que el consumo de alcohol trastorna nuestra percepción acerca del atractivo de otras personas porque altera nuestra capacidad para percibir la asimetría en el rostro y el cuerpo de otras personas. Habitualmente, y sin entrar en otros condicionantes culturales sobre la belleza, uno de los fundamentos del atractivo físico es la simetría bilateral.
Otra investigación de la Roehampton University de Londres apuntó que el alcohol inhibe nuestra percepción visual de las asimetrías en otras personas. Esto refuerza la idea de que el alcohol actúa como simetrizador, y por tanto vuelve más atractivas a la gente que vemos en estado de embriaguez.
El alcohol vuelve más atractivos a los demás… pero también a uno mismo
Algunos apuntes más: científicos de la Pierre Mendes-France Université de París, señalaron que el efecto “gafas de cerveza” funciona de forma bidireccional; en ambos sentidos: el alcohol no únicamente mejora la percepción del atractivo de los demás, sino que también nos hace sentir más atractivos a nosotros mismos.
En esta investigación, el experimento consistió en evaluar la autopercepción de atractivo de varios participantes que tomaron alcohol, respecto al grupo control que se les administró una bebida que emulaba al alcohol, pero que realmente no contenía. Los que realmente bebieron alcohol reportaron mayores niveles de percepción del atractivo propio respecto a los que no bebieron.
La conclusión del asunto parece evidente: será más sencillo entablar una relación con alguien que haya consumido alcohol que con alguien que se encuentre sobrio, no solo por la desinhibición que causa el alcohol sino por la tendencia a simetrizar los rostros, y por tanto percibirlos como más atractivos de lo que son en realidad.
Eso sí, al día siguiente tal vez te lleves una decepción.
Referencias bibliográficas:
- Crowe LC, George WH, Alcohol and human sexuality: review and integration. Psychol Bull. 1989 May;105(3):374-86.