Aunque es bien sabido que la percepción humana acerca de la belleza se funda en ciertos factores culturales, algunos investigadores han intentado dilucidar la raíz inmutable de lo bello.
De este modo, numerosos estudios se han preguntado, a lo largo de la historia, por qué razón algunos rostros nos parecen más bellos que otros, aislando los argumentos culturales o subjetivos.
Belleza en el rostro femenino: detectando las claves
Científicos de las universidades de San Diego y Toronto han estudiado a fondo el rostro femenino. Apartando del punto de mira algunos rasgos faciales culturalmente valorados en la sociedad occidental de nuestros días, como los labios carnosos o los ojos grandes, los investigadores han notado que existen nuevas «proporciones áureas» que configuran un rostro que nos resulta más atractivo.
Específicamente, estas proporciones tienen que ver con la distancia entre ambos ojos, la boca y el contorno facial.
Investigación
La investigación se realizó mediante cuatro experimentos independientes en los cuales se presentó a estudiantes universitarios diferentes parejas de mujeres con características faciales muy parecidas, pero con los ojos más o menos separados y a una distancia variable de la boca.
Una cuestión de proporciones
Los estudiantes valoraron como más atractivas aquellas mujeres cuya distancia vertical entre sus ojos y su boca era de aproximadamente el 36% de la longitud del rostro, y la distancia horizontal entre sus ojos representaba un 46% de la anchura de la cara. Uno de los datos curiosos que reveló el estudio fue que dichas proporciones corresponden a un rostro promedio. Con una cinta métrico se puede repetir el mismo análisis facial con alguna mujer que quiera participar.
«Ha sido imposible durante generaciones hallar estas relaciones. La antigua Grecia promovió su versión de las proporciones áureas, conocidas también como divina proporción, y usaron este conocimiento en el arte y la arquitectura. Varios científicos han sugerido que el mismo Leonardo Da Vinci tenía en mente estas proporciones cuando pintó la Mona Lisa», afirma Pamela Pallett, una de las investigadoras principales.
Palett opina que esta proporción antigua no explica la percepción moderna de la belleza. Considera, pues, que el estudio ha logrado determinar que es la distancia entre los ojos, la boca y el contorno facial las auténticas proporciones que percibimos como bellas.
La clave se halla en el promedio
Algunos expertos indican que esta proporcionalidad puede estar relacionada con un proceso cognitivo individual, en que el observador acepta como ideal un promedio de proporciones de todas las caras que ve durante su vida. También explican que estas proporciones suelen estar vinculadas a un indicador de buena salud, y tanto biológica como evolutivamente tendemos a considerar más bellos estos rostros.
El peinado también puede influir
La investigación sugiere un punto muy interesante, que tiene que ver con la influencia del corte de pelo en la belleza: «El estudio también aporta luz a la pregunta de por qué en ocasiones una persona atractiva lo parece menos o viceversa tras un corte de pelo o un peinado diferente, y esto se debe a que las proporciones que percibimos pueden alterarse», asevera el profesor de la Universidad de Toronto Stephen Link, otro de los investigadores.
Referencias bibliográficas:
- Enlace al estudio original