Las relaciones sociales son siempre complicadas, tanto para hombres como para mujeres. Aunque nos parecemos en muchos aspectos, también somos muy diferentes en otros.
En el caso particular de relacionarnos con el género opuesto, los hombres suelen ser más directos. Por eso es común que durante las etapas iniciales de estar conociéndose mutuamente e iniciando algo similar a una relación de noviazgo, ellos vayan un poco más rápido que ellas.
Pero del mismo modo en el que es frecuente que los hombres inicien relaciones sentimentales de manera relativamente directa, también es frecuente que corten la relación de manera característica, directa. Veamos pues qué hacer cuando un hombre se aleja, dejando tras de sí una relación estancada o directamente rota, bloqueada.
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Cómo afrontar cuando un hombre se aleja
Veamos algunas herramientas de afrontamiento ante esta situación, para evitar que afecte mucho al estado de ánimo y haga surgir problemas añadidos.
1. Evalúa los motivos: no supongas sin fundamentos
Cuando repentinamente el sujeto ha dejado de ser cercano, ya no escribe, no responde, no llama… la situación puede conllevar a una serie de suposiciones que responden más a nuestra emocionalidad que a cualquier otra cosa.
Lo mejor es mantener la serenidad y no caer en hipótesis extremadas. Ante la duda lo que debemos hacer es buscar una respuesta clara por parte de esta persona, acércanos a él con la firme convicción de obtener una respuesta certera a la situación.
De no ser posible, entonces es momento de respetar los motivos aparentes de la otra persona, sin suponer, y respetar la distancia. Recuerda que nadie es indispensable para la felicidad.
2. Se firme ante tus decisiones: las oportunidades tienen un límite
En algunos casos, sobre todo cuando existe un componente de apego emocional, es común que no quieras aceptar que el sujeto se ha alejado, y no seas constante en tus decisiones de alejarte también.
Por ejemplo, si has decidido que lo más sano para ti es no dar más de lo que recibes y no perseguir la permanecia de este hombre en tu vida, debes llevarlo a cabo.
Cuanto más constante seas y más tiempo pase sin que retomes contacto con esa persona, más cerca estarás de superarlo, lo cual es lo ideal. Nunca es bueno dejar en manos de otra persona nuestra tranquilidad. Si dependes demasiado de alguien, es una cuestión que debes trabajar.
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3. Darse prioridad: tu valor como persona no es negociable
Después de la separación forzada, es decir, cuando se han alejado de nosotros sin darnos alguna explicación que nos ayude a entender lo que ha pasado, es bastante frecuente que se tienda a la autoculpabilización, pensar que el motivo es a causa de nuestros defectos. Estos pensamientos son un error.
Atribuir la causa del alejamiento a un posible “defecto” nuestro indica que no nos estamos dando el valor adecuado como personas.
No es posible que justifiquemos la distancia de alguien con el pretexto de que no somos lo bastante buenos para él. Es un pensamiento dañino que debemos reconocer y cambiar de inmediato.
4. Evita los reemplazos forzados: Un clavo no saca otro clavo
Empecinarse tratando de buscar a otra persona con quien puedas olvidar al que se ha ido no te hará ningún bien. De hecho, únicamente lograrás disminuir tu autonomía, lo cual resulta contraproducente para ti. Lo más recomendable es tomarte un tiempo para estar a solas.
Encuentra actividades en las que puedas distraerte del contacto social forzado y centrarte más en ti. Además, así puedes conocer personas que tengan intereses en común contigo, y entablar una amistad que no se base en el compromiso, sino en compartir el disfrute de un pasatiempo en común.
5. No generalizar: todos los hombres no son iguales
Las emociones en ocasiones nos llevan al pensamiento exagerado, o generalizado. Cuando un hombre se aleja sin aclararse del todo sus motivos, entonces surgen mecanismos de defensa inconscientes que nos juegan algunos trucos... Por ejemplo, racionalizar de manera subjetiva que todos los hombres son iguales, y que si uno te abandonó, todos lo harán.
El género no implica el modo de entender las relaciones, esas creencias son únicamente mitos y paradigmas antiguos que debemos ir dejando atrás.
Cuanto más racionales seamos y aceptemos que las cosas no siempre saldrán como queremos, más dejaremos de buscar las respuestas en el exterior, y las encontraremos en nosotros mismos.
6. Cerrar ciclos: dejar ir formar parte del crecimiento personal
Cuando una etapa ya ha cumplido su ciclo debemos aceptar esta situación y dejar ir aquello que una vez quisimos. Soltar aquello que nos acompañó durante un tiempo para poder seguir adelante y conocer nuevas personas, vivir nuevas experiencias. Aferrarnos a una persona no es sano, y menos aún cuando esta se ha alejado voluntariamente de nosotros.
Cerrar un ciclo implica entender que ha habido momentos buenos y momentos malos, y que ahora todo eso forma parte de nuestro aprendizaje como persona, lo cual nos permite madurar emocionalmente para que luego podamos vivir las nuevas experiencias desde una nueva perspectiva.
Referencias bibliográficas:
- Masman, K. (2010). The Uses of Sadness: Why Feeling Sad Is No Reason Not to Be Happy. Allen & Unwin.
- Sternberg, R. J., Weiss. K. (2013) A New Psychology of Love. Yale University Press.
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