Las relaciones de pareja no siempre son fáciles. Muchas veces aparecen conflictos dentro de ellas que son difíciles de resolver sin ayuda profesional. Para ello existe la terapia tradicional de pareja, de índole conductual, que se centra en promover cambios que aumenten el bienestar de la relación.
Posterior a ella aparece la Terapia Integral de Pareja (TIP), creada por Jacobson y Christensen (1998). Este tipo de terapia incluye, además de la promoción del cambio, la aceptación emocional del otro como componente esencial. Vamos a ver cuáles son sus características, componentes, estrategias, así como la evidencia empírica que la avala.
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¿Qué es la Terapia Integral de Pareja?
La Terapia Integral de Pareja (TIP), también llamada Terapia Integral Conductual de Pareja (TICP), fue desarrollada por Jacobson y Christensen (1998), y supone una evolución de la terapia de pareja tradicional. Concretamente, estos autores la bautizaron como Terapia Conductual Integrativa de Pareja.
Jacobson y Christensen observaron que las terapias tradicionales de pareja, centradas en promover un cambio en los miembros de la pareja, producían resultados terapéuticos positivos sólo en un 50% de las parejas. Estas terapias tradicionales utilizaban estrategias de intercambio conductual positivo y un entrenamiento en resolución de problemas y de comunicación.
Los autores apostaron por un modelo nuevo de terapia de pareja, la Terapia Integral de Pareja, que además de incluir todo lo anterior (especialmente la promoción del cambio), introducía un elemento nuevo: la aceptación emocional del otro.
Características
Ya hemos visto cómo nació la Terapia Integral de Pareja. Pero, ¿en qué consiste exactamente y cuales son sus características?
Este tipo de terapia se basa en la idea de que las diferencias entre los miembros de la pareja no tienen por qué ser obstáculos en la relación. Estas diferencias, además, no tienen por qué ser intolerables. Por otro lado, aceptar al otro será un paso importante durante la terapia, que se conseguirá cuando la persona deje de luchar por cambiar a la otra persona o por conseguir que sea como ella desea.
La Terapia Integral de Pareja, además, considera importante visualizar los conflictos de la relación como posibilidades para fomentar la intimidad entre la pareja. Como uno de los elementos centrales de la Terapia Integral de Pareja encontramos los reforzadores naturales de la pareja, es decir, aquellas cosas o aspectos de la propia relación que producen bienestar y placer en la pareja.
Dichos reforzadores se pueden encontrar en el día a día de la pareja, en su contexto y en su comunicación, y favorecen la empatía entre los miembros de la pareja, aumentando el bienestar dentro de la relación. Por su parte, la empatía también es otro de los elementos centrales de la Terapia Integral de Pareja, y es utilizada como herramienta de aceptación y de cambio.
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Áreas de intervención en las relaciones amorosas
Este tipo de terapia se centra en dos áreas de intervención: el área que promueve la aceptación y la tolerancia del otro, y el área que promueve el cambio.
1. Aceptación y tolerancia
Esta primera área se centra en dos tipos de estrategias: las que fomentan la aceptación de los miembros de la pareja, y las que fomentan la tolerancia del otro.
Las primeras que se aplican son las que fomentan la aceptación, ya que el objetivo de la Terapia Integral de Pareja es que los dos miembros de la pareja se acepten tal y como son; en el caso de que eso sea dificultoso o imposible de conseguir, se apuesta por el segundo tipo de estrategias, las orientadas a que los miembros de la pareja, como mínimo, se toleren y respeten.
1.1. Aceptación
Cuando hablamos de la aceptación que promueve la Terapia Integral de Pareja, y por extensión, el o la terapeuta que desarrolla la misma, no nos referimos a que los miembros de la pareja deban aceptar absolutamente todo del otro/a, de forma incondicional.
Más bien, hablamos de una aceptación del otro tal y como es, con sus defectos y virtudes, siempre y cuando las virtudes que en él/ella apreciamos, sean superiores a los defectos, y que por lo tanto nos valga la pena invertir en esa persona.
Eso siempre será una decisión personal (el balance del que hablamos), pero la aceptación también ayuda a ver los aspectos positivos del otro, valorándolo como es, una ser imperfecto que también se equivoca, pero que está dispuesto a querernos tal cual somos. Es decir, la Terapia Integral de Pareja apuesta por una visión del otro realista, y promueve la aceptación emocional como una herramienta que favorece el cambio terapéutico.
1.2. Tolerancia
En cuanto a las estrategias que fomentan la tolerancia del otro, éstas se aplican cuando las anteriores no han funcionado. Así, la Terapia Integral de Pareja pretende que podamos tolerar a nuestra pareja tal cual es, especialmente en aquellos aspectos que no nos gustan tanto o que inicialmente nos causan cierto rechazo. También promueven el respeto hacia el otro.
2. Promoción del cambio
Las estrategias de promoción del cambio están enfocadas, como su propio nombre indica, en fomentar un cambio en los dos miembros de la pareja. Dicho cambio (o cambios) ayudará(n) a entender al/la otro/a, así como a promover una relación más sana y a aumentar el bienestar mutuo.
Muchas veces, para avanzar es necesario revisar lo que está sucediendo en el presente, y observar cómo han afectado hechos pasados en la relación para facilitar ese cambio que resuelva los conflictos actuales y mejore la comunicación en la pareja.
Dentro de las estrategias de cambio de la Terapia Integral de Pareja, encontramos dos tipos de componentes:
1. Intercambio conductual
El intercambio conductual es un tipo de estrategia que tiene el objetivo de modificar los comportamientos disfuncionales que aparecen en la relación de pareja. La modificación de los mismos irá orientada a establecer patrones conductuales positivos y adaptativos.
Este tipo de intervención se realiza mediante instrucciones, que realiza el terapeuta a través de un papel bastante directivo.
2. Comunicación y solución de problemas
El segundo componente dentro del área del cambio es el entrenamiento en comunicación y solución de problemas. Este tipo de entrenamiento tiene el objetivo de mejorar la comunicación en la pareja, analizando previamente cómo ésta se comunica a través de su lenguaje verbal y no verbal.
Por otro lado, el entrenamiento también cuenta con las estrategias de solución de problemas, que pretenden otorgar a los miembros de la pareja herramientas que les permitan gestionar de forma más saludable sus conflictos, sin entrar en peleas absurdas o especialmente intensas.
Se trata de escucharse y entenderse antes de llegar al conflicto. Para ello se utilizará mucho el diálogo, y se dará importancia a las escuchas, a ponerse en el lugar del otro, a empatizar, a comprender, a aprender a comunicar sin reprochar, etc.
Evidencia empírica
La Terapia Integral de Pareja es una terapia que cuenta con evidencia empírica para la resolución de los conflictos de pareja y el aumento del bienestar de sus miembros, aunque es preciso seguir investigando, ya que los estudios de los que se dispone son más bien escasos.
Concretamente, fueron Jacobson y Christensen, junto a otros colaboradores, quienes realizaron una serie de estudios para probar los efectos de la Terapia Integral de Pareja. Dichos estudios indicaron que la Terapia Integral de Pareja es igual de eficaz que la terapia de pareja tradicional (Terapia de Conducta Tradicional). En otros estudios que realizaron, además, determinaron que la eficacia de la Terapia Integral de Pareja a largo plazo era superior a la terapia tradicional.
Referencias bibliográficas:
- Mañas, I. (2007). Nuevas terapias psicológicas: la tercera ola de terapias de conducta o terapias de tercera generación. Gaceta de psicología, 40: 26-34.
- Morón, R. (2006). Terapia integral de pareja. Revista de psicología y psicopedagogía, EduPsykhé, 5(2): 273-286.