Todas las parejas pasan por momentos difíciles en los que resulta complicado mantener una rutina agradable. En algunos casos empiezan a surgir desacuerdos que provocan malestar e infelicidad y, a menudo, éstos van seguidos de respuestas de abandono o deseos de poner punto final a la relación de pareja.
Normalmente la relación se acaba definitivamente cuando uno de los miembros así lo decide. Es importante, pues, tomar conciencia de los primeros síntomas que revelan que algo no anda como debiera, antes de que sea demasiado tarde.
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La terapia de pareja como búsqueda de soluciones
La valentía se hace imprescindible a la hora de buscar soluciones para recuperar lo que una vez fue tan importante y especial entre la pareja. Pero por otro lado, si bien es bien cierto el refrán “Dos no se pelean si uno no quiere”, esto no significa admitir y someternos a todo lo que el otro opina o decide.
Los problemas de pareja revierten en celos, sospechas, tristeza, ansiedad, falta de confianza, de comunicación... Sentimos la amenaza de una soledad no deseada, el miedo al abandono de quien tanto amamos. Asimismo, nos sorprende la impotencia.
El abandono de la pareja a la primera de cambio, cuando surjen los conflictos, casi nunca es una buena solución, salvo en los casos de relaciones tóxicas. Cuando abandonamos, pensamos que nuestros conflictos estarán solucionados, pero frecuentemente los abandonos no hacen más que retroalimentar nuestra comodidad, nuestra falta de madurez y nuestra falta de compromiso. La huida hacia adelante se convierte en una nefasta solución.
La importancia de implicarse en la relación
La “presión” es un aspecto a considerar en nuestra vida. Casi siempre nos encontraremos en contextos donde el tomar decisions viene acompañado de la “presión” del tipo que sea. En estos casos debemos ser conscientes para que la “presión” no nos conduzca a una decisión equivocada.
Pensemos por un momento en la sentencias de R. Tagore:
- Cultiva un pensamiento y cosecharás una acción
- Cultiva una accion y cosecharás un hábito
- Cultiva un hábito y cosecharás un caràcter
- Cultiva un caràcter y cosecharás un destino.
Este silogismo nos lleva a la conclusión de que nuestros pensamientos están en la base de nuestro destino. Por tanto, serà conveniente cambiar comportamientos y actitudes a través de nuestro cambio de perspectiva, nuestro cambio de “mente”, con el objectivo de cambiar nuestras circunstancias y destino. Y asimismo, contruir nuestro caràcter.
Este, al contrario de lo que normalmente se piensa, no es algo que traigamos desde el seno materno. Si bien es cierto que contamos con predisposiciones genéticas de temperamento, somos los responsables de crear lo que decidimos ser, ya que no somos impermeables al medio ambiente, la cultura y el entorno social donde nos formamos. Cuántas veces hemos oído “ es que yo soy así”... Y esa afirmación se convierte en la excusa perfecta que justifica nuestra comodidad y pasividad en nuestro cambio.
Asumir que no hay que aferrarse a lo cómodo
Estoy convencida de que la perseverancia es la clave del éxito. Thomas Edison, el científico norteamericano, antes de diseñar la bombilla eléctrica, tuvo que probar más de mil intentos. Cuando hemos construido algo que merece la pena, es imprudente ceder o sucumbir ante el instinto de la comodidad y la vida fàcil (ya digo, siempre que no se estén alimentando relaciones tóxicas o todas aquelles que no nos ayuden a crecer, a dar y recibir de forma sana, o que directamente nos anulen o sometan).
Si bien es cierto que estamos inmersos en la cultura de la inmediatez, donde la paciència es un bien ausente, somos responsables, protagonistas, arquitectos de nuestras vidas y relaciones. El momento de la dificultad es una buena ocasión para volver la mirada hacia nosotros mismos e identificar cuáles son los valores que nos están moviendo personalmente y en la relación.
Una buena pregunta para hacer en este escenario es: ¿te amo porque te necesito, oTe necesito porque te amo? Mismas palabras con distintos significados.
En este contexto, y bajo la voluntad de ambos miembros, se plantea la terapia de pareja. Solución efectiva para reaprender a vivir felices juntos. La terapia se convertirà en nuestro punto de referencia para reportar las experiencias vividas entre ambos a través de los pactos acordados en las sesiones. Los cinco pilares a trabajar estarán basados en el amor, la comunicacion, la ilusión, la confianza y el respeto. La condición “se ne qua non” es la identificación de ambos del problema y el deseo de solucionarlo.
Normalmente, cuando se dan esos condicionantes, el éxito está casi asegurado. Aunque, si bien es cierto, dependerá del grado de implicación de ambos en la resolución del problema.
Durante el tratamiento la mayor parte de parejas se apercebirán de si sus diferencias se pueden resolver o si finalmente resultan ser incompatibles. La restauración es POSIBLE.