Amor tóxico: 10 características de las parejas imposibles

Un modelo de pareja insostenible basado en la dependencia y la dominación emocional o física.

Las relaciones de pareja no siempre son fáciles y, de hecho, los conflictos son algo habitual; pueden surgir en cualquier momento y a partir de los detalles más nimios.

Cada uno de los miembros de la relación tiene sus ideas y su forma de entender el mundo y la vida, y no siempre es fácil comprender la postura del otro. Sin embargo, con amor y con el dominio de una serie de habilidades sociales, así como con unas buenas dosis de resiliencia y capacidad de negociación, la relación puede tener éxito.

En ciertas ocasiones, sin embargo, estar en pareja puede ser un auténtico infierno, pues el amor tóxico hace imposible que las cosas salgan bien. Las relaciones tóxicas tienen la característica de que por lo menos un integrante de la relación tiene comportamientos y actitudes totalmente impropias. Si quieres saber más sobre este tipo de relación, puedes leer este artículo: “23 señales de que tienes una ‘relación tóxica’ de pareja”.

Hoy hablaremos de este amor que causa tanto sufrimiento y profundizaremos en cada una de sus características.

Tipos de amor: el amor tóxico

No todos los amores son iguales. Podemos encontrar amores auténticos, que son puros y nobles, aquellos que son difíciles de encontrar. El amor auténtico es un amor que se basa en la confianza, el respeto y en la libertad. También hay otros tipos de amor, como el pasional, caracterizado por una gran atracción física pero poco compromiso.

Ahora bien, también hay amores que son tormentosos, si se les puede llamar amor, en los que predominan los celos, la falta de libertad, el control excesivo. Este tipo de amor es el amor tóxico, un amor que, en la mayoría de los casos, vive de la dependencia y de la ilusión sin nada que la respalde.

Y es que el amor es un tema ciertamente complejo, por eso mucho teóricos han intentado abordarlo y comprenderlo, no siempre con consenso. Uno de los teóricos más conocidos por sus aportaciones a la hora de entender este fenómeno es Sternberg. Este autor es famoso por realizar una clasificación de los distintos tipos de amor. Su Teoría Triangular del amor propone que existen tres elementos que interactúan entre sí para formar un tipo u otro de amor. Estos elementos son: la intimidad, la pasión y el compromiso. Por ejemplo, el amor que está formado por los tres elementos es el amor consumado.

Características del amor tóxico

Pero, ¿qué características presenta el amor tóxico? ¿Qué hace que un amor cause sufrimiento? Puedes encontrar las respuestas a estas preguntas en las siguientes líneas:

1. Vida social limitada

El amor tóxico se caracteriza porque la persona deja de lado todas sus amistades y se vuelca pura y exclusivamente en la relación. Esto podría parecer un acto de amor, pero en realidad es una pérdida de autonomía.

La persona deja de frecuentar los lugares que solía frecuentar, deja de lado sus intereses, descuida viejos amigos y, en resumen, deja de ser él mismo y pierde su propia esencia. Esto puede llegar a agobiar a la pareja y, además, hace que la persona deje de ser atractiva.

2. Necesidad de aprobación de amor

El enamorado que da un amor puro lucha por su desarrollo personal y no espera nada de la pareja, pues está conforme con su vida. El amor tóxico, en cambio, se caracteriza porque el individuo busca seguridad, estabilidad, comodidad en la relación de pareja. Esto se debe a un gran miedo a estar solo y a una gran inseguridad. Son individuos con una baja autoconfianza en sí mismos.

En las relaciones amorosas altamente disfuncionales, la necesidad de recibir un trato cargado de afectividad puede llevar a las personas a ser esclavas de comportamientos que las perjudican. El establecimiento de dinámicas de relación en las que el poder lo ostenta solo un miembro de la pareja, por ejemplo, es tan común como dañino, y no siempre es fácil de detectar. De hecho, si los demás llaman la atención sobre los síntomas de este problema, la persona que lo sufre suele negarlo todo de forma brusca, a veces con enfado.

Por eso, el asesoramiento profesional acostumbra a tener valor no solo por la intervención, sino también por el acompañamiento en el duro proceso que supone reconocer el problema.

3. Dependencia emocional

Esta inseguridad hace que la persona sienta una gran dependencia emocional, pues su felicidad depende de otros individuo****s. Esto se convierte en una situación problemática y causa adicción a la pareja pese a que las cosas entre ambos miembros no vayan bien.

4. Obsesión con la relación

Todos estos factores hacen que la persona se obsesione con la relación, de manera que no deja respirar a la pareja. Tampoco lleva a cabo comportamientos sanos que ayuden a mantener la estabilidad de la relación. Por ejemplo, no negocia ni respeta al otro. Así es imposible que que la pareja o matrimonio sigan adelante.

5. Es irracional y poco realista

A diferencia de lo que podría suceder en un amor maduro y auténtico, amor racional y realista, es decir, en el que la persona es consciente de lo que está viviendo y no solo siente sino que también piensa, el amor tóxico es un amor puramente irracional en el sentido más negativo que puede tener esto, pues vive de la ilusión y de las expectativas irreales. Para que un amor funcione debe ser maduro.

6. Preocupación por el cambio

En el amor auténtico el individuo está contento cuando a su pareja la van bien las cosas y desea que ésta crezca y se desarrolle. No teme al cambio, porque como persona también lucha por sus intereses personales, sin olvidar, claro está, los de la relación. No ocurre lo mismo con el amor tóxico, pues la persona que lo sufre quiere que todo esté bajo su control. No le importa la felicidad del otro, solamente la suya.

7. Es posesivo

Un amor sano se basa en la confianza entre los dos miembros de la pareja, se basa en la libertad de elección. Sin embargo, el amor tóxico es todo lo contrario, pues es posesivo. El individuo necesita tener controlada a la pareja en todo momento y saber qué hace y dónde va.

7. Es manipulador

En el amor tóxico, desgraciadamente, el chantaje emocional y la manipulación son habituales. Esto ocurre porque la persona es egoísta, no respeta al otro y actúa de acuerdo con sus intereses.

Su forma de actuar es culpabilizar, intimidar y provocar miedo a su pareja. No hace falta que sea de forma física, basta que utilice expresiones como: “si me dejas es que no me quieres”. De esta manera, el otro miembro de la pareja se siente culpable por lo que está ocurriendo.

8. Intenta cambiar a la otra persona

Cuando un miembro de la pareja intenta cambiar al otro en un grado excesivo, entonces estamos hablando de un amor tóxico. Si el amor es auténtico y maduro, el individuo ama a su pareja tal y como es. En cambio, si es tóxico, le incitará a cambiar algo, por ejemplo, su aspecto físico.

9. Culpabiliza al otro

Las relaciones de pareja sanas tienen su base en la la negociación. Las personas asumen su parte de culpa cuando ocurre un problema y son lo suficientemente empáticas para entender a los demás. En las relaciones tóxicas, uno de los dos intenta culpabilizar al otro siempre. No hay espacio para la negociación, porque el enamorado tóxico siempre cree tener la razón.

10. Hace sufrir

El amor no debe hacer sufrir, porque cuando esto ocurre no es amor auténtico. Si el amor es verdadero, la relación es simétrica: un día da uno y el siguiente da el otro miembro de la pareja. Evidentemente pueden haber malos entendidos y discusiones, pero se solucionan de manera madura. La pregunta es simple: ¿Te hace sufrir este amor? Sí la respuesta es sí, entonces es un amor tóxico.

Al citar, reconoces el trabajo original, evitas problemas de plagio y permites a tus lectores acceder a las fuentes originales para obtener más información o verificar datos. Asegúrate siempre de dar crédito a los autores y de citar de forma adecuada.

Juan Armando Corbin. (2017, enero 17). Amor tóxico: 10 características de las parejas imposibles. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/pareja/amor-toxico

Psicólogo de las organizaciones

Licenciado en Psicología por la Universidad de Buenos Aires. Máster en Recursos humanos y experto en comunicación empresarial y coaching. Posgrado en Nutrición y Alimentación Sanitaria y Social por la UOC. Especialmente interesado en el bienestar y el deporte.

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