La agresividad es uno de los aspectos que afectan más a las relaciones sociales. Gran parte de las sesiones de terapia individual o de terapia de pareja tienen que ver con pacientes que experimentan problemas en la gestión de la ira.
En este artículo veremos cuáles son las características típicas de las personas agresivas; diferentes patrones de comportamiento asociados a la hostilidad, la búsqueda de confrontación con los demás o el simple gusto por la intimidación y la violencia física o verbal. Eso sí, hay que recordar que no todos los individuos agresivos tienen por qué presentar todas ellas, y que cada persona es un caso individual; esto son ideas para orientarse al detectar esta clase de problemas del comportamiento.
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Personas agresivas: características típicas
En terapia psicológica, las señales de que existe un problema de exceso de agresividad son las siguientes.
1. Tienen dificultades para convencer en debates y discusiones
Casi cda vez que una persona con tendencia a la agresividad participa en una discusión en la que hay que intentar convencer a los demás, tiene problemas para hacer que sus ideas sean aceptadas.
Esto es así porque, al ver que otros están en desacuerdo con lo que dice, surgen dificultades a la hora de reprimir su enfado y frustración. Esta irritabilidad no solo le impide pensar de la manera calmada y racional necesaria para argumentar bien; además, le vuelve más desagradable a ojos de los demás, ante quienes ofrece una imagen negativa y de hostilidad.
Todo esto hace que las personas agresivas tengan más probabilidades de "perder" una discusión o de ganarla solo en apariencia mediante la intimidación, que de convencer genuinamente al resto.
2. En las relaciones de pareja, son controladoras
Otra característica muy común en las personas agresivas es la propensión a intentar controlar a sus parejas amorosas, y también su manera de expresar celos fácilmente, en situaciones muy variadas y ante el menor rastro de incertidumbre y ambigüedad acerca de lo que está ocurriendo.
3. Tienen propensión a ver las bromas como una amenaza
Muchas veces, las bromas que otras personas realizan pueden ser interpretadas como una ofensa por aqlguien predispuesto a ver indirectas en frases que no tienen un significado claro. Esto es algo que ocurre frecuentemente por las personas agresivas, que se ponen a la defensiva por si acaso hay que hacerse valer ante burlas que, a la práctica, casi nunca han existido.
4. Les cuesta pedir perdón
Otra cosa que llama la atención de gran parte de las personas agresivas es que les cuesta pedir perdón de una manera convincente. Muchas veces se disculpan "técnicamente", pero con un tono de voz y un lenguaje no verbal que dejan claro que, para ellas, eso es tan solo una pantomima.
Esta resistencia ante la disculpa puede ser debida a que la tendencia a las reacciones agresivas implicaría tener que disculparse con mucha frecuencia, algo que a priori resulta difícil de aceptar a no ser que existe una verdadera implicación en el proceso de mejora personal y de superación de esa actitud hostil.
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5. Culpan a los demás de sus errores
Si las personas agresivas se enfadan habitualmente es, entre otras cosas, porque sin darse cuenta se inventan muchos motivos por los que enfadarse. Esto ocurre porque atribuyen a los demás buena parte de sus errores, haciendo ver que si algo no les ha salido bien es culpa de otros que, en realidad, no han tenido nada que ver con aquello que ha salido mal.
De hecho, esto puede dar paso a situaciones de gaslighting: intentar hacer creer a otros que han hecho cosas que están mal para no tener que responsabilizarse de lo ocurrido.
6. Son impulsivas en la toma de decisiones
La impulsividad que muestran en la (mala) gestión de la ira está presente también en el resto de áreas de su vida. Así, por ejemplo, es más fácil que las personas agresivas tengan un estilo de compra basado en la improvisación.
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7. Tienen mayores probabilidades de abusar de sustancias adictivas
Las personas adictivas son más vulnerables a las adicciones, ante las cuales ceden con facilidad. De hecho, en muchas ocasiones las adicciones agudizan su mala gestión de la ira, lo cual las vuelve más agresivas. Por ejemplo, se sabe que entre las personas que maltratan a su pareja, el porcentaje de individuos adictos al alcohol o a alguna otra droga es mucho más elevada que en el resto de la población.
8. Rompen amistades con facilidad
Debido a sus rápidos cambios de humor y a su tendencia a crear discusioners de la nada, las personas agresivas tienen problemas para conservar amistades. Por eso, entre otras cosas, tampoco invierten muchos esfuerzos en las que tienen.
9. Muestran resentimiento por conflictos pasados
Debido a su tendencia a centrar su atención en el lado más cruel y hostil de la vida, las personas agresivas tienen presente quiénes han ido en su contra en algún momento del pasado, y eso se refleja en la actitud que muestran ante ellas.