La personalidad es un ámbito de estudio que ha generado mucho interés a lo largo del tiempo. ¿Qué genera las diferencias individuales entre las personas? ¿Por qué personas en entornos tan similares o con experiencias vitales pueden llegar a ser tan diferentes? ¿Es algo que está definido ya al nacer o se modifica con el tiempo?
La psicología de la personalidad ha invertido muchos recursos en intentar dar respuesta a las preguntas anteriores y a otras muchas. A lo largo de este artículo hablaremos sobre las principales características de la psicología de la personalidad y, seguidamente, expondremos diversas curiosidades que a lo mejor no conocías sobre esta rama y sus descubrimientos.
¿Qué es la psicología de la personalidad?
Quizá resulta obvio por su nombre, pero podemos definir la psicología de la personalidad por ser la rama de la psicología que se ocupa de investigar sobre las características de las personas que determinan su forma de actuar y comprender el mundo. En otras palabras, se encarga del estudio de la personalidad y de las diferencias o variaciones individuales.
Al hablar de personalidad se engloban aspectos y rasgos como los pensamientos, sentimientos y comportamientos que conforman el mundo interno de una persona y condicionan sus interacciones y percepciones del mundo externo. La mayor parte de autores defienden que la personalidad es la forma en que las personas nos adaptamos al mundo que nos rodea.
La psicología de la personalidad estudia todos aquellos aspectos que, de una u otra forma, pueden influir en la conformación de la personalidad de las personas. Aspectos como determinados factores sociales, familiares, culturales e históricos influyen en el desarrollo de las personas.
En definitiva, la psicología de la personalidad pretende ayudar a tener una mejor comprensión sobre los procesos mentales de las personas. De este modo, se considera que se pueden establecer patrones que marcan las diferencias individuales que existen entre las personas que forman parte de una sociedad.
1. Los “cinco grandes” (Big Five) rasgos de la personalidad
Son numerosas las propuestas que se han planteado a lo largo de la historia en relación a los rasgos y los estilos de personalidad. Sin embargo, una de las más aceptadas y utilizadas para definir las diferencias individuales es la conocida como la teoría de los Cinco Grandes, o Big Five, en inglés, propuesta en la década de 1980.
En ella, se plantea que hay cinco grandes rasgos de personalidad (apertura a la experiencia, conciencia, extraversión, amabilidad y neuroticismo). Cada uno de ellos tiene grados y subcaracterísticas. Así pues, las puntuaciones en cada rasgo, con sus particularidades, son lo que nos hace únicos y diferentes al resto.
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2. La influencia de la genética en la personalidad
Los estudios realizados hasta el momento en torno a la personalidad han puesto de manifiesto que la personalidad tiene una base biológica. En este sentido, se ha observado que la genética tiene un peso realmente importante en la formación de la personalidad. A raíz de diversos estudios realizados con hermanos gemelos, se considera que entre el 40 y el 60% de la variabilidad entre individuos se puede explicar por factores genéticos.
No obstante, pese a la gran importancia que la genética puede llegar a tener, no se puede obviar la importancia del ambiente en el desarrollo de las personas. Cada vez hay más estudios en relación con la relevancia de la influencia de la epigenética.
3. La personalidad puede cambiar con el tiempo
Es probable que la mayoría de personas piensen que la personalidad es un componente estable, que no puede variar ni ser modificado. Si bien es cierto que en los estudios se ha observado que la tendencia de la personalidad es a ser estable, también se sugiere que puede modificarse.
Se considera que hay determinados eventos o experiencias vitales que pueden contribuir a estos cambios. A modo de ejemplo, hay personas que tras haber vivido alguna enfermedad grave modifican ciertos rasgos o tendencias en su estilo de personalidad.
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4. La personalidad afecta a la salud física
Los estilos de personalidad que caracterizan a cada persona pueden tener un fuerte impacto en su estado de salud. Por ejemplo, las personas con tendencias más neuróticas suelen presentar más problemas de salud puesto que suelen tender a sufrir más estrés, ansiedad y, por ende, patologías cardíacas.
Algunas combinaciones de determinados rasgos pueden resultar en más exposición a ciertos riesgos, mientras que una mayor tendencia a la responsabilidad puede hacer que las personas se comprometan más con hábitos saludables, por ejemplo.
5. Las personas “introvertidas” y las “extrovertidas” procesan diferente el estrés
Puesto que las personas con tendencias a la introversión tienen un funcionamiento interno diferente a las que tienen una mayor tendencia a la extroversión, cabe esperar que su manejo y procesamiento del estrés sean diferentes.
Por un lado, las personas introvertidas presentan una mayor tendencia a gestionar el estrés de forma interna e individual, hecho que les puede llevar a una mayor rumiación. Por otro lado, las personas extrovertidas suelen tender a compartir sus preocupaciones y buscar apoyo social.