Personalidad tipo A: características y factores relacionados

Este patrón de comportamiento se relaciona con personas muy competitivas y metódicas.

Personalidad tipo A
Este tipo de personalidad está marcado por la tendencia a la competición.Unsplash.

La personalidad tipo A es una categoría que se utiliza para describir un tipo particular de respuesta al estrés. Es una propuesta que surgió en los años 50, cuando dos cardiólogos quisieron estudiar la relación entre algunos rasgos de personalidad y el desarrollo de enfermedades cardiacas.

Actualmente, la personalidad tipo A es uno de cuatro patrones de personalidad (también hay B, C y D) que nos han servido para describir cómo las personas nos relacionamos y cómo reaccionamos ante los factores externos. A continuación veremos cómo es una personalidad tipo A y cuál es su relación con las enfermedades cardiovasculares, así como las investigaciones que las han relacionado.

Características de la personalidad tipo A

La clasificación que conocemos como “personalidad tipo A” fue sugerida por los cardiólogos estadounidenses Meyer Friedman y Raymond Rosenman en la década de los 50’s.

En términos muy generales, lo que observaron fue que un conjunto de respuestas al estrés, como la competitividad, la sensación de urgencia constante y la hostilidad (a lo que llamaron Personalidad Tipo A), están relacionadas con una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades coronarias y una presión arterial alta.

Aunque ellos se limitaron a relacionar la respuesta al estrés y las enfermedades cardíacas, actualmente su clasificación se ha retomado y conceptualizado como un conjunto de respuestas conductuales conocidas como Patrón de personalidad tipo A o Type A Behavior Pattern (TABP, por sus siglas en inglés).

1. Competitividad

El TABP se caracteriza por una tendencia a la competitividad, lo que hace que la persona sea siempre autocrítica y que busque alcanzar sus objetivos por la propia satisfacción de cumplirlos, más que por el hecho de disfrutar del proceso.

Es decir, la competitividad se relaciona con experiencias constantes de éxito, porque implica una personalidad disciplinada y permite cumplir objetivos, pero también puede ser un generador de estrés permanente.

2. Sensación de urgencia

Se trata de una personalidad que parece estar siempre “contra reloj”, con una sobrecarga de trabajo y con una necesidad permanente de cumplir reglas y horarios. Son personas que hacen muchas cosas al mismo tiempo y siempre “a tiempo”, por lo tanto, los momentos que no se consideran como “productivos” pueden generar mucha ansiedad.

Por lo mismo, suelen ser personas impacientes que se involucran mucho en sus actividades laborales y que tienden a reaccionar de manera exagerada en algunas ocasiones, por ejemplo, cuando las cosas no salen tal como han sido planeadas.

3. Hostilidad

La característica anterior se relaciona con que la persona frecuentemente resalta más lo negativo que lo positivo de los demás y de las circunstancias, desarrollando frustración constante, e incluso falta de empatía, o en el peor de los casos un comportamiento agresivo. La consecuencia es que la persona es casi siempre percibida como alguien hostil o que siempre está enojada.

En suma, la personalidad tipo A implica una orientación al éxito con una tendencia a la competitividad, un sentido de urgencia y poca tolerancia a la frustración. Suelen ser personas ambiciosas, extremadamente trabajadoras y exigentes que se comprometen con varias actividades a la vez, las cuales consideran urgentes y por lo mismo generan tensión constante.

Otros patrones de personalidad: Tipo B, C y D

Mientras investigaban los patrones de personalidad tipo A, Friedman y Rosenman encontraron que no todas las personalidades tipo A eran iguales. Así, propusieron que la personalidad tipo A podría ser A-1 o A-2; y también podía ser tipo B, lo que incluía los subtipos B-3 y B-4.

Para explicarlo mejor, imaginemos una línea recta en la cual uno de los extremos tiene la letra A y el otro extremo la letra B, y en el medio están los códigos A-1, A-2, B-3 y B-4. Encontraríamos a la personalidad tipo A, y el subtipo A-1 en el primer extremo, que se trata de la manifestación más notoria de los rasgos que explicamos anteriormente.

La personalidad A-2 es el segmento siguiente, y se refiere a personas que están menos afligidas y menos orientadas a la competitividad. Por otro lado, si la persona tiene orientación de éxito, pero se encuentra más tranquila que sobrecargada, entonces se trata de una personalidad tipo B-3.

Finalmente, al otro extremo de la línea tenemos el patrón de personalidad tipo B, que se trata de una persona que se percibe como más serena y pacífica (esas serian las personalidades tipo B-4).

No obstante, las investigaciones que siguieron después de los estudios de Friedman y Rosenman no se limitaron a estudiar la personalidad Tipo A, por lo que actualmente se reconocen cuatro patrones de personalidad: el tipo A, el tipo B, C y el tipo D.

Personalidad tipo A y enfermedades cardiacas

Friedman y Rosenman realizaron un estudio longitudinal con 3154 hombres sanos de entre 39 y 59 años a quienes aplicaron un cuestionario que exploraba dimensiones emocionales y algunos estilos de vida, a partir del cual categorizaron los rasgos de la personalidad tipo A.

Ocho años después, 257 de los participantes habían desarrollado una enfermedad coronaria, y para el final de la investigación, el 70% de quienes la habían desarrollado eran hombres que tenían patrones de personalidad tipo A.

También encontraron fue que las personas que se encontraban en el extremo A y el extremo B tenían unos niveles de presión arterial muy distintos: unos valores muy altos en el primer extremo y unos valores más normales en el segundo (250/130 mm. Hg y 155/95 mm. Hg. respectivamente).

Algunos límites en la investigación del patrón de personalidad tipo A

Estas no deben entenderse como categorías cerradas, fijas o inamovibles, sino como un continuo. Es decir, que nos podemos encontrar en el tipo A o B en distintos momentos y según las exigencias del entorno.

Por ejemplo, los mismos investigadores se daban cuenta de que las personas que se encontraban en el extremo de la personalidad tipo A, se podian encontrar más hacia el extremo B durante los fines de semana o cuando se modificaban las rutinas muy exigentes.

Por otro lado, una de las limitantes del estudio es que solo fue realizado con hombres, por lo que sus resultados no pueden aplicarse por completo a población femenina (los estilos de vida, las exigencias sociales y la respuesta al estrés son distintas).

Así mismo, se ha encontrado que hay otros factores de riesgo más determinantes para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, como el hábito de fumar, la vida sedentaria o la obesidad.

Por lo anterior, y también por la popularidad que ha ganado en algunos sectores tanto de la medicina como de la psicología clínica, la personalidad tipo A es una teoría que se ha investigado y actualizando constantemente.

Referencias bibliográficas

  • McLeod, S. (2017). Type A Personality. Recuperado 03 de abril de 2018. Disponible en https://www.simplypsychology.org/personality-a.html
  • Petticrew, M. Lee, K. & McKee, M. (2012). Type A Behavior Pattern and Coronary Heart Disease: Philip Morris’s “Crown Jewel”. Am J Public Health, 102(11): 2018-2025.
  • Friedman, H. & Booth-Kewley, S. (1987). Personality, Type A Behavior, and Coronary Heart Disease: The Role of Emotional Expression. Journal of Personality and Social Psychology. 53(4): 783-792.
  • Friedman, M. (1977). Type A behavior pattern: some of its pathophysiological component. Bull. N. Y Acad. Med. 53(7): 593-604.
  • Rosenman, R. & Friedman, M. (1977). Modifying type a behavior pattern. Journal of Psychosomatic Research. 21(4): 323-331.

Psicóloga | Redactora especializada en Psicología Social

Licenciada en Psicología por la Universidad de las Américas Puebla (México). Máster en Investigación e Intervención Psicosocial por la Universitat Autònoma de Barcelona, con experiencia profesional en inclusión social y educativa así como docencia en psicopedagogía. Cuenta con estudios en política pública y derechos humanos y actualmente es doctoranda en Psicología Social en la Universitat Autònoma de Barcelona, donde trabaja temas relacionados con metodologías cualitativas, salud pública, salud mental, diversidad funcional y perspectiva de género.

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