La autoestima es determinante para que las personas consigan superar las diversas adversidades que se les presentan a lo largo de su vida. Una autoestima bien establecida evitará que el sujeto tenga una percepción pobre de sí mismo, y deje que los problemas le superen.
A pesar de que esto resulta una circunstancia positiva, existen personas con la autoestima muy inflada que se perjudican a sí mismas debido a la exagerada percepción que tienen de ellas mismas. En este artículo veremos cuáles son los rasgos característicos de estas personas con un exceso de autoestima e ideas de grandiosidad ligadas a su autoconcepto.
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¿Qué es la autoestima?
La autoestima puede definirse como el aprecio o la consideración que la persona tiene de sí misma, y es una característica asociada a la personalidad que comienza a establecerse desde la infancia, aunque puede ir variando a lo largo de la vida (sobre todo dependiendo de los grupos sociales de referencia con los que se compara el individuo). Su desarrollo dependerá en parte de los estilos de crianza que reciba el niño o niña por parte de los padres o cuidadores, y también de las expectativas de la persona en cuanto a sus proyectos de vida.
Las personas con demasiada autoestima por lo general fueron sujetas a estilos de crianza disfuncionales, padeciendo esta circunstancia en las siguientes etapas del desarrollo evolutivo. Por ejemplo, cuando tenemos padres demasiado permisivos y complacientes, la tendencia puede llevarnos a desarrollar a un exceso de autoestima, al creer que tenemos el poder de hacer que el resto de las personas nos obedezcan.
Si por el contrario tenemos padres que coartan la iniciativa propia de los niños, la tendencia es hacia una baja autoestima. lo cual, de igual forma, terminará por perjudicar en varios aspectos de su vida (personal, familiar, académica, laboral).
¿Cómo afecta el exceso de autoestima?
La autoestima exacerbada suele traer una serie de consecuencias negativas para el sujeto, pero por lo general este no suele darse cuenta de que esto es así. Es el mismo exceso de autoestima el que le impide a la persona ver que está cometiendo errores y que debe corregir ciertos aspectos de su vida.
En los casos donde existe una autoimagen demasiado agrandada, es difícil que el sujeto consiga relacionarse adecuadamente con su grupo de iguales, no importa el ámbito donde se encuentre. Siempre existirá una limitación social, entre otras cosas porque no se toleran bien las críticas.
Otra de las maneras en las que las personas se ven afectadas por el exceso de autoestima es la poca capacidad de autorreflexión que presentan las personas con autoestima inflada; se les hace muy difícil alcanzar una comprensión honesta sobre quiénes son y cules son sus verdaderas capacidades.
Estos sujetos se mantienen constantemente ensimismados en una burbuja de perfección referente a ellas mismas; incluso cuando se equivocan se resisten a aceptarlo, y prefieren enfrascarse en una discusión estéril antes que dar su brazo a torcer.
Ahora veamos algunas maneras más puntuales en las que el exceso de autoestima afecta a las personas:
- Limita su capacidad de análisis.
- Afecta sus relaciones interpersonales.
- Favorece someterse a exageradas autoexigencias.
- Genera expectativas irrealizables.
- Conlleva a la frustración.
- Genera una tendencia al aislamiento.
Personas con la autoestima inflada: características
En el siguiente listado vamos a revisar cuáles son las características principales de las personas con demasiada autoestima.
1. Creen que pueden hacerlo todo
Los sujetos con una autoestima demasiado inflada tienen la idea de que son capaces de cumplir con cualquier reto que se les presente, independientemente de si es verdad o no. Es una actitud soberbia donde no se toma en cuenta la preparación necesaria para realizar las actividades.
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2. Creen que no se equivocan nunca
Otra de las características principales de estos sujetos es que piensan que siempre tienen la razón absoluta sobre todas las cosas que discuten, y no ven como una posibilidad el poder equivocarse en algún momento. Esto va asociado a un alto nivel de frustración al toparse con situaciones en las que se evidencian las propias imperfecciones a la hora de tomar decisiones; la disonancia cognitiva que deben afrontar en casos así es muy alta.
3. No prevén los riesgos
Cuando existe un exceso de autoestima, también se presenta una incapacidad para detectar posibles riesgos. Esto se debe a que la persona piensa que nada le puede afectar significativamente y que para todo tiene una solución, cuando realmente lo único que hace es exponerse a riesgos innecesarios.
4. Tienen la sensación de ser muy queridas
Esta sensación irracional se debe a que los sujetos con una autoestima exagerada suelen extrapolar la percepción que ellos tienen de sí mismos hacia el resto de las personas, en el sentido de que piensan que todos los demás los ven a ellos como ellos se ven a sí mismos.
5. Suelen hablar de más
Cuando conocemos a unas personas con exceso de autoestima, podemos notar su tendencia a hablar mucho y no están muy dispuestas a cederles protagonismo a las demás personas para que participen en la conversación. Existe una tendencia al egocentrismo.
6. No toman en cuenta las capacidades de los demás
El sujeto con demasiada autoestima difícilmente trabajara en grupo de manera voluntaria, en vista de que piensa que nadie está a su altura para formar equipo a su lado. Estas personas prefieren trabajar solas, independientemente de la cantidad de trabajo que sea.
7. Les gusta ser elogiadas
Las personas con una autoestima inflada siempre van a mostrar debilidad por quienes las elogian. Cuando conocen a una persona que disfruta de sus historias y de sus alardes (al menos por un rato) sienten que su ego se satisface, y esto se les nota de una manera evidente en las expresiones corporales.
8. Siempre quieren lo mejor
Estos sujetos suelen querer siempre las mejores cosas, las más elegantes y por lo general costosas, para poder lucirlas y disfrutar cuando los demás noten su presencia gracias a los accesorios que utilizan.
Referencias bibliográficas:
- Bermúdez, J. (2004). Psicología de la personalidad. Teoría e investigación. (Vol I y II). Unidad Didáctica de la UNED. Madrid.
- Egan, S.J.; Piek, J.P.; Dyck, M.J.; Rees, C.S. (2007). The role of dichotomous thinking and rigidity in perfectionism. Behaviour research and therapy. Elsevier.
- Horton, R. S.; Bleau, G.; Drwecki, B. (2006). Parenting Narcissus: What Are the Links Between Parenting and Narcissism? Journal of Personality. 74 (2): 345 - 376.
- Marsh, H.W. (1990). Causal ordering of academic self-concept and academic achievement: A multiwave, longitudinal path analysis. Journal of Educational Psychology. 82 (4): 646 - 656.
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