Un estudio del Reino Unido ha demostrado que el neuroticismo está relacionado directamente con un aumento en la mortalidad prematura, especialmente en cuanto a la soledad asociada a este rasgo.
Esta investigación ofrece nuevas perspectivas sobre cómo la personalidad puede influir directamente en la longevidad y subraya la importancia de abordar factores como la soledad y el estrés emocional para mejorar tanto la calidad de vida como la esperanza de vida.
¿Qué es el neuroticismo?
El neuroticismo es un rasgo de personalidad que se caracteriza por una mayor tendencia a experimentar emociones negativas, como la ansiedad, la irritabilidad y el sentimiento de inseguridad.
Se define como uno de los cinco grandes rasgos de personalidad que describen las diferencias individuales en el comportamiento y las emociones.
Diversos estudios han vinculado este rasgo con problemas de salud mental y física, pero investigaciones recientes han revelado una conexión aún más alarmante: las personas con altos niveles de neuroticismo tienen un mayor riesgo de morir jóvenes.
Las personas con altos niveles de neuroticismo suelen ser más sensibles al estrés, y por ello muestran una respuesta emocional muy elevada ante los problemas cotidianos. Tienden a preocuparse más por el futuro, tienen dificultades para gestionar las situaciones adversas y son más propensas a experimentar una baja autoestima.
En términos de salud, el neuroticismo ha demostrado tener un impacto significativo tanto a nivel mental y cognitivo como físico. A nivel psicológico, está estrechamente relacionado con trastornos como la ansiedad y la depresión. Las personas con alto neuroticismo suelen desarrollar patrones de pensamiento negativos que agravan su malestar emocional, lo que puede llevar a problemas de salud mental a largo plazo. Además, son más propensas a desarrollar comportamientos no saludables como fumar, beber alcohol en exceso o adoptar hábitos alimenticios perjudiciales, lo que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas.
A nivel físico, las investigaciones han demostrado que el neuroticismo está vinculado a un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, problemas digestivos y trastornos del sueño. Las personas con altos niveles de este rasgo tienen una mayor tendencia a experimentar respuestas características del estrés crónico, lo que puede debilitar su sistema inmunológico y aumentar la inflamación en el cuerpo, factores que contribuyen al desarrollo de múltiples condiciones de salud.
En resumen, el neuroticismo es un rasgo que no solo afecta la salud mental, sino que también puede influir de forma negativa en el bienestar físico, lo que lo convierte en un factor importante a tener en cuenta al analizar la relación entre la personalidad y la mortalidad.
Neuroticismo y mortalidad
Un estudio reciente, basado en la amplia muestra del UK Biobank, ha revelado la existencia de una conexión significativa entre el neuroticismo y el riesgo de mortalidad. Este proyecto incluyó a casi 500.000 adultos que completaron una escala de neuroticismo entre 2006 y 2010, y cuyos registros de salud se siguieron durante 17 años. En este periodo, se registraron 43.400 muertes, lo que permitió a los investigadores analizar cómo los niveles de neuroticismo estaban asociados con el riesgo de fallecimiento por diversas causas.
El hallazgo clave del estudio fue que los individuos que puntuaban una desviación estándar más alta en neuroticismo tenían un 10% más probabilidades de morir prematuramente. Esta relación seguía mostrándose significativa incluso después de ajustar factores como la edad, el sexo, la etnia, el estátus socioeconómico y otros comportamientos de salud, aunque parte de la asociación se explicaba por estos últimos factores.
Es decir, aunque los niveles más altos de neuroticismo podrían estar correlacionados con estilos de vida menos saludables, como fumar o una mala alimentación, el neuroticismo por sí solo seguía siendo un factor relevante para predecir la mortalidad.
Un aspecto particularmente notable del estudio fue que el componente del neuroticismo más relacionado con la mortalidad fue la soledad. Las personas que se sentían más solas presentaban un riesgo significativamente mayor de morir joven, en particular los hombres.
Los resultados mostraron que aquellos que experimentaron altos niveles de soledad tenían un 46% más de probabilidades de fallecer prematuramente, comparado con quienes reportaban sentirse menos solos. Además, el neuroticismo y la soledad fueron especialmente influyentes en personas más jóvenes y en aquellos sin estudios universitarios.
En cuanto a las causas de muerte, los investigadores encontraron que el neuroticismo y la soledad estaban más fuertemente asociados con el riesgo de fallecimiento por autolesiones intencionales, como el suicidio, así como por enfermedades respiratorias y del sistema digestivo. Este vínculo con las autolesiones resalta cómo el neuroticismo y la soledad no solo afectan la salud física, sino también el bienestar mental, con consecuencias trágicas para algunos individuos.
El estudio también señaló que la relación entre el neuroticismo y la mortalidad no era simplemente un reflejo de un deterioro de la salud en los últimos años de la vida. Incluso cuando se excluyeron las muertes que ocurrieron en los primeros cinco o diez años de seguimiento, las asociaciones entre el neuroticismo y la mortalidad permanecieron fuertes, lo que refuerza la relevancia de este rasgo de personalidad en la predicción de la mortalidad.
La soledad como factor crítico
Dentro del neuroticismo, la soledad emergió como el componente más fuertemente asociado con la mortalidad prematura, según los hallazgos del estudio del UK Biobank. Aunque el neuroticismo, en general, se relaciona con una serie de problemas de salud, la soledad fue el factor que mostró el mayor impacto en la probabilidad de morir joven. Esto es especialmente preocupante, ya que la soledad no solo afecta el bienestar emocional, sino también la salud física, con consecuencias graves para la longevidad.
La soledad es una experiencia subjetiva que implica una desconexión social y emocional, y su impacto en la salud ha sido ampliamente documentado en investigaciones previas. Las personas solitarias tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como problemas cardíacos y debilitamiento del sistema inmunológico, además de ser más propensas a experimentar depresión y ansiedad. El aislamiento social y la falta de apoyo emocional pueden agravar la percepción de estrés, lo que desencadena una serie de respuestas fisiológicas perjudiciales, como el aumento de la inflamación y el cortisol, que contribuyen al deterioro de la salud física.
En el estudio, los individuos que reportaron sentirse más solos mostraron un 46% más de riesgo de mortalidad en comparación con aquellos que no se sentían solos. Este riesgo fue más pronunciado entre los hombres y las personas jóvenes, lo que sugiere que la soledad puede ser particularmente dañina en etapas tempranas de la vida y en aquellos que carecen de redes de apoyo. Además, la soledad se relacionó con causas de muerte específicas, como el suicidio y las enfermedades respiratorias, lo que subraya su papel tanto en la salud mental como física.
Limitaciones y preguntas futuras
A pesar de los hallazgos más significativos del estudio, existen también algunas limitaciones que deben considerarse. En esta sección, delimitaremos algunas de las principales limitaciones y preguntas futuras que plantea esta investigación.
En primer lugar, la evaluación de la soledad se realizó a través de un solo ítem en la escala de neuroticismo, lo que podría haber limitado la precisión en la medición de este factor crucial. Evaluaciones más detalladas de la soledad podrían proporcionar una comprensión más profunda de su impacto en la mortalidad.
Otra limitación es que el estudio se llevó a cabo en una población del Reino Unido, un país de ingresos relativamente elevados en comparación con otros. Esto plantea la cuestión de si los resultados serían aplicables en comunidades de ingresos medios y bajos, en las que los factores socioeconómicos y culturales pueden influir de forma diferente en la relación entre el neuroticismo, la soledad y la mortalidad. Es necesario realizar más investigaciones en diferentes contextos socioeconómicos para confirmar la generalización de estos hallazgos.
Asimismo, aunque el estudio ajustó los datos para factores como las enfermedades crónicas y el comportamiento de salud, no se puede descartar por completo la posibilidad de que el aumento en los niveles de neuroticismo y soledad se deba a un deterioro en la salud a medida que los participantes se acercaban al final de sus vidas. Sin embargo, el hecho de que las asociaciones se mantuvieran al excluir las muertes en los primeros años de seguimiento reduce la probabilidad de una causalidad inversa.
En futuras investigaciones, sería valioso explorar intervenciones específicas que puedan mitigar los efectos del neuroticismo y la soledad, así como analizar cómo estos factores interactúan en contextos más diversos para reducir el riesgo de mortalidad prematura.
Conclusiones
En conclusión, el neuroticismo, y especialmente la soledad, están vinculados a un mayor riesgo de morir joven, afectando tanto la salud mental como física. Este hallazgo resalta la necesidad de abordar el impacto de estos factores en la longevidad y sugiere que intervenciones enfocadas en reducir la soledad podrían mejorar significativamente la calidad y duración de vida.
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