Numerosos medios han informado del creciente uso y abuso que en nuestra sociedad se da de los psicofármacos. Las benzodiacepinas son de los medicamentos más utilizados para lidiar con los trastornos de ansiedad, cumpliendo una función de apoyo en muchos tratamientos psicológicos.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce: se ha documentado que las benzodiacepinas pueden acarrear una dependencia física y psicológica en la persona (llegando a la sobredosificación), excesiva somnolencia e incluso síntomas depresivos, interfiriendo en la vida diaria de la persona consumidora.
El flumazenil, protagonista de este artículo, es el medicamento encargado de combatir la somnolencia producida por las benzodiacepinas en situaciones muy concretas.
- Artículo relacionado: "Tipos de psicofármacos: usos y efectos secundarios"
¿Qué es el Flumazenil?
El flumazenil (nombres comerciales: Anexate, Lanexat, Mazicon, Romazicon) es un medicamento que funciona como antagonista GABA. Se encarga de bloquear, por inhibición competitiva, los efectos que producen las benzodiacepinas en nuestro Sistema Nervioso Central. De momento es el único antagonista del receptor de las benzodiacepinas disponible en el mercado farmacéutico.
A este fármaco, tal y como veremos, se le atribuyen dos propiedades básicas. Por un lado, revierte la sedación producida por las benzodiacepinas. Por el otro, ayuda a reducir la lentitud psicomotora.
Usos del Flumazenil
El flumazenil se utiliza en adultos para corregir los efectos sedativos de las benzodiacepinas. Se puede emplear en dos situaciones principales: anestesia y cuidados paliativos.
En anestesia, se usa para acabar con los efectos hipnosedantes fruto de la anestesia general mantenida o inducida en pacientes hospitalizados. También se utiliza para la reducción y corrección de la sedación por uso de benzodiacepinas en procedimientos diagnósticos o terapéuticos en régimen ambulatorio u hospitalario.
En cuidados intensivos, se busca restablecer la respiración espontánea del paciente, corrigiendo los efectos centrales de las benzodiacepinas. Además, también se usa para el diagnóstico y tratamiento de sobredosis o intoxicaciones fruto del abuso de benzodiacepinas.
Aparte de estos usos, existen pruebas de que el flumazenil podría ser eficaz para tratar la abstinencia prolongada a las benzodiacepinas, con resultados bastante prometedores, así como para reducir la tolerancia a las benzodiacepinas, aunque son necesarios más estudios al respecto.
Además, se ha empleado para tratar la encefalopatía hepática, aunque en este caso los resultados han sido contradictorios y no tan prometedores.
Su uso no es apto para la población pediátrica, únicamente para niños con más de 1 año de edad.
Forma de administración y dosis
Este medicamento únicamente se puede administrar por vía intravenosa, por lo que solamente lo podrá aplicar una persona profesional del ámbito sanitario. El flumazenil se puede administrar como una inyección o perfusión, y es posible usarlo de forma paralela con otras técnicas de reanimación.
En cuanto a la dosis, únicamente nos centraremos en la población adulta. En los casos en que la persona haya sido anestesiada, la dosis recomendada es de 0,2 miligramos, administrados por vía intravenosa, durante aproximadamente unos 15 segundos. En los casos en que no se ha obtenido el grado requerido de consciencia, se puede inyectar una dosis adicional de 0,1mg. En términos generales, la dosis habitual que se requiere en estos casos fluctúa entre los 0,3-0,6mg.
La dosis es distinta en cuidados intensivos. Se empieza con una dosis de 0,3mg por vía intravenosa; si no se obtiene el grado de conciencia requerido en 60 segundos, se puede aplicar una dosis de 0,1mg, hasta una dosis máxima de 2,0mg.
Podría ser que la persona no recuperara el grado de consciencia deseado y que su respiración no fuera estable después de la administración de las dosis. En estos casos se deberá tener en consideración que la intoxicación posiblemente no esté originada por el consumo de benzodiacepinas.
Efectos secundarios
Como sucede en la gran mayoría de medicamentos comercializados, se pueden manifestar una serie de reacciones adversas, que vamos a detallar a continuación. Sin embargo, muchas de las reacciones adversas suelen desaparecer rápidamente o progresivamente sin necesidad de intervenir de forma especial sobre ellas.
Muy frecuentes
- Insomnio.
- Somnolencia.
- Vértigo y cefaleas.
- Boca seca y temblores.
- Hiperventilación.
- Convulsiones.
Frecuentes
Hipotensión. Náuseas y vómitos. Sudoración. Fatiga. Dolor en la zona de la inyección.
Poco frecuentes
- Ansiedad y miedo.
- Ataques de pánico en pacientes con historial de ataques de pánico.
- Audición anormal.
- Palpitaciones.
- Taquicardia o bradicardia.
- Tos y congestión nasal.
Advertencias y precauciones
Antes de utilizar el flumazenil, se deben tener en cuenta una serie de precauciones.
El flumazenil tiene un efecto más corto que el de las benzodiacepinas, por lo que se recomienda que se vigile al paciente en la unidad de cuidados intensivos hasta que se suponga que el efecto del flumazenil haya desaparecido.
El uso de flumazenil no siempre es la mejor opción. Por ejemplo, en pacientes con problemas cardíacos, no siempre es una buena alternativa que el paciente despierte rápidamente de la anestesia. En estos casos puede ser preferible el mantenimiento de un cierto grado de sedación.
Después de una cirugía mayor, es importante tener en cuenta que el paciente estará dolorido durante el posoperatorio. Por ello puede ser preferible mantener al paciente ligeramente sedado.
Hay que tener especial consideración en la posología de flumazenil en personas con ansiedad preoperatoria o los que tienen antecedentes de trastornos de ansiedad.
No se recomienda el uso de flumazenil en pacientes con epilepsia que han recibido tratamiento con benzodiacepinas en anterioridad por un periodo prolongado.
En el caso de personas tratadas durante períodos prolongados con dosis elevadas de benzodiacepinas, se deben valorar cuidadosamente las ventajas del empleo de flumazenil frente al riesgo de desencadenar síntomas de abstinencia.
El flumazenil se deberá utilizar con precaución en pacientes que padecen alcoholismo, debido al aumento de la tolerancia y la dependencia de las benzodiacepinas en esta población.
Contraindicaciones
¿Cuándo no se debe administrar flumazenil? No se recomienda su uso en pacientes con hipersensibilidad conocida al flumazenil o a las benzodiazepinas. Según los expertos, tampoco se debe utilizar en los pacientes a los que se ha administrado una benzodiacepina para controlar una condición amenazante para su vida (p. ej., presión endocraneana).
Newsletter PyM
La pasión por la psicología también en tu email
Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos
Suscribiéndote aceptas la política de privacidad