Los avances en la investigación farmacológica hacen posible la creación de fármacos más efectivos y, además, con menos efectos secundarios. Lo que facilita mucho más el tratamiento e intervención de todo tipo de afecciones, incluyendo las alteraciones o trastornos mentales.
Este es el caso de la nortriptilina, un antidepresivo tricíclico de segunda generación que, a diferencia de sus predecesores de primera generación como la amitriptilina. Posee considerablemente menos efectos colaterales o secundarios indeseados.
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¿Qué es la nortriptilina?
La nortriptilina es un fármaco antidepresivo comercializado bajo los nombres de Pamelor y Aventil, aunque este último ya no se encuentra disponible en el mercado. Este antedrepreviso, que se encuentra catalogado dentro de la categoría de los antidepresivos tricíclicos, fue lanzado al mercado 1963 para el tratamiento de la depresión.
No obstante, la nortriptilina posee otros usos autorizados, además de la depresión clínica, entre los cuales se encuentran la enuresis nocturna, el dolor crónico, la migraña y la labilidad afectiva en algunos trastornos neurológicos.
A nivel químico, la nortriptilina es considerada como un antidepresivo tricíclico de segunda generación, puesto que se trata del principal metabolito activo de la amitriptilina, un agente antidepresivo tricíclico de primera generación.
Concretamente, se trata del metabolito N-desmetilo de la amitriptilina y al igual que esta, su mecanismo de acción consiste en la inhibición de la recaptación de serotonina y norepinefrina, lo que mejora las conexiones sinápticas que se realizan a través de estos neurotransmisores.
La principal diferencia existente entre la nortriptilina y su predecesor, la amitriptilina, es que la primera inhibe preferentemente la recaptación de norepinefrina sobre serotonina, mientras que la amitriptilina funciona de manera contraria.
Como consecuencia, la nortriptilina posee menos efectos secundarios anticolinérgicos como la sequedad bucal, el estreñimientos y la visión borrosa. También tiene menos efectos relacionados con los antihistamínicos (sedación y aumento de peso, adrenérgicos (hipotensión ortostática) y cardiotóxicos (tóxicos que interfieren con los ritmos cardíacos normales); si los comparamos con los antidepresivos tricíclicos de primera generación más antiguos.
¿Cuándo se usa este antidepresivo?
Además de ser uno de los tratamientos de elección para la depresión clínica, la cual se caracteriza por ocasionar en el paciente sentimientos de angustia y tristeza agudos acompañados de una baja autoestima, en algunos países la nortriptilina también es utilizada para la intervención de la enuresis nocturna. Ahora bien, en este caso los ciclos de tratamiento no puede durar más de tres meses.
Asimismo, aunque sea de manera no específica, este antidepresivo tricíclico de segunda generación también es recetado en ciertos casos de trastorno de pánico, en el síndrome del intestino irritable, como profilaxis de la migraña y el dolor crónico, y en el trastorno de la articulación temporomandibular.
Finalmente, a pesar de que la Administración americana de alimentos y medicamentos (FDA) todavía no ha aprobado la nortriptilina como fármaco para el tratamiento del dolor neuropático. Numerosos ensayos controlados y aleatorios, han demostrado la eficacia de la nortriptilina para el tratamiento de esta afección, tanto en personas deprimidas como en personas sin este diagnóstico.
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¿Cuál es la forma de administración?
La nortriptilina se comercializa en dos formatos distintos: envasada en forma de cápsulas y en solución líquida, ambas para el consumo por vía oral. Habitualmente, se recomienda una dosis diaria, tomada a la misma hora y, si es posible, acompañada de algún alimento.
No obstante, estas son solamente unas indicaciones generales. Por lo que el paciente deberá seguir al pie de la letra las instrucciones dadas por el profesional médico o farmacéutico; a los cuales deberá consultar en el caso de tener cualquier tipo de duda acerca del tratamiento.
Debido a que se trata de una medicación psiquiátrica, es muy posible que el tratamiento se inicie de manera gradual. Comenzando por una dosis más baja la cual se irá incrementando progresivamente.
Independientemente de si el paciente se encuentra bien, no siente ninguna mejoría o padece algún tipo de efecto secundario, no podrá modificar por su cuenta la dosis de nortriptilina. La alteración o interrupción repentina del tratamiento puede provocar una serie de síntomas relacionados con la abstinencia, entre los cuales se encuentran dolor de cabeza, náuseas y sensación de debilidad.
¿Qué efectos secundarios posee?
Durante el tratamiento con nortriptilina, el paciente puede experimentar un conjunto de efectos secundarios que, dependiendo de la intensidad y la duración de estos, pueden llegar a resultar un poco molestos. No obstante, esto no tiene porque ser una señal de alarma y, a pesar de su aparición, el paciente no debe interrumpir el tratamiento sin consultar antes con su médico. En el caso de la nortriptilina, los efectos secundarios pueden dividirse en efectos secundarios no graves o graves.
1. Efectos secundarios no graves
A pesar de que estos efectos secundarios suelen disminuir y desaparecer con el tiempo, si se vuelven graves o molestos, es recomendable consultar con el médico para poder reajustar la dosis. Entre estos efectos podemos encontrar los siguientes.
- Náuseas.
- Somnolencia.
- Sensación de debilidad o cansancio.
- Sensación de excitación o ansiedad.
- Pesadillas.
- Sequedad bucal.
- Cambios en el apetito.
- Estreñimiento.
- Problemas en la micción.
- Aumento de necesidad de orinar.
- Visión borrosa.
- Aumento de la sudoración.
- Alteraciones en la capacidad y deseo sexual.
2. Efectos secundarios graves
En el caso de que el paciente perciba o experimente alguno de los siguientes efectos, deberá acudir a su médico de manera lo más inmediata posible.
- Fiebre.
- Alteraciones en el ritmo cardiaco.
- Espasmos musculares en mandíbula, cuello y espalda.
- Lentitud y dificultades en el habla.
- Arrastrar lo pies al caminar.
- Temblores incontrolables en algunas partes del cuerpo.
- Problemas para tragar o respirar.
- Alteraciones cutáneas como sarpullidos, erupciones o coloración amarillenta de la piel.
- Coloración amarillenta de los ojos.
¿Qué precauciones se deben tomar durante su consumo?
Antes de iniciar el tratamiento con nortriptilina el paciente deberá poner en conocimiento del médico cualquier alergia o condición especial de salud en la que se encuentre, sobre todo esta se encuentra relacionada con algún ataque o alteración cardiaca.
De la misma manera, también deberá informar de si encuentra tomando cualquier otro tipo de medicación, con o sin receta, especialmente en el caso de los tratamientos con inhibidores de la monoaminooxidasa (MAO).
Entre estos tratamientos que pueden generar interferencias en los efectos y la eficacia de la nortriptilina, también se incluyen cualquier tipo de suplemento vitamínico y complejos e hierbas naturales.
En cuanto a las pacientes embarazadas, se desaconseja la administración de nortriptilina en épocas de embarazo y lactancia, por lo que es necesario informar al profesional médico en el caso de estar embarazada o planear estarlo.
Finalmente, debido a los efectos sedantes, la nortriptilina puede provocar sensación de somnolencia por lo aquellos pacientes que en su rutina diaria se incluya la conducción o el manejo de maquinaria pesada deberán prestar especial atención a estos síntomas y, en la medida de lo posible, cesar estas actividades durante el tratamiento.
Referencias bibliográficas:
- Azanza Perea, J. R. (2004). Farmacología clínica para profesionales de la salud. Pamplona: Eunate.
- Goodman, L.S. (2006). Goodman and Gilman, Las bases farmacológicas de la terapéutica. Madrid: McGraw-Hill.
- Velázquez y Lorenzo. (2005). Farmacología básica y clínica. Madrid: Editorial Médica Panamericana.