Hay una amplia diversidad de fármacos que ayudan a las personas a gestionar pensamientos y emociones.
Es común escuchar la palabra psicofármacos y relacionar este término con los conceptos de “psico” (de “mente”) y fármacos (de “medicamento”), de lo cual se desprende que hace referencia a los fármacos para la mente.
Si bien esto es verdad, también existen fármacos para estabilizar las emociones. Ahora bien, las personas que empiezan un tratamiento con psicofármacos muestran en su gran mayoría resistencia ante la toma de un medicamento de este tipo, y es por ello que nunca se logra la estabilización completa.
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El apoyo en salud mental mediante psicoterapia y psicofármacos
Cuando se está llevando tratamiento con psicofármacos es importante contar a la vez con un tratamiento de psicoterapia, ya que si la toma de dicho fármaco va a ser retirado en algunos meses o años, con apoyo psicológico la persona no tendrá recaídas.
Y en los casos en los que la persona tendrá que estar medicada de por vida, también se llevará a cabo un tratamiento psicológico para que el paciente pueda bajar su dosis de medicamento ante la reducción de los síntomas (siempre y cuando lo consulte antes con el psiquiatra).
Hay medicamentos que ayudan a mantener a los pacientes en un estado de ánimo óptimo, y esto se lleva a cabo mediante el consumo de estabilizadores del humor.
Por otro lado, hay algunos medicamentos que ayudan a la gestión del pensamiento, como la quetiapina, la olanzapina, o el aripiprazol por mencionar algunos; estos se usan en una diversidad de casos, lo que importa es que trabaja directamente en el cerebro y ello ayuda a que el pensamiento siga un curso adaptativo.
En cualquier caso, cada psicofármaco tiene su manera de trabajar en el cerebro y sus precauciones y efetos secunarios a tener en cuenta.
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Aclarando los roles ante el uso de psicofármacos
La persona que medica es un médico; este pudiera ser un neurólogo o un psiquiatra. El psicólogo, por su parte, no tiene la función de recetar ningún medicamento.
Psicólogo
Es la persona que estudió una licenciatura en Psicología y se ha formado y entrenado en el tratamiento conductual, emocional y mental.
El psicólogo no prescribe ninguna clase de medicamento; por el contrario, está capacitado para brindar psicoterapia a sus pacientes Además, el psicólogo trabaja conjuntamente con el psiquiatra y neurólogos en su práctica multidisciplinar.
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Psiquiatra
El psiquiatra es un médico que ha estudiado una licenciatura en medicina y posteriormente ha realizado la especialidad en psiquiatría; es el encargado de revisar el funcionamiento del cerebro y de estudiar los síntomas conductuales y las somatizaciones.
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El trabajo entre psicólogo y el psiquiatra o neurólogo
Cuando un psicólogo ve que la persona está sufriendo, ya sea por depresión severa, ansiedad, trastorno límite de la personalidad, trastorno bipolar, por mencionar algunas psicopatologías, debe remitir al paciente en psiquiatría inmediatamente, ya que la persona está sufriendo por alguna causa mental en donde ella misma en sí no puede o no sabe cómo autorregularse, es ahí donde se trabaja en equipo con médicos psiquiatras o médicos neurólogos. Posteriormente, el psicólogo aplicará un proceso de psicoterapia a esos pacientes y será más efectivo una vez que la persona ha sido atendida en el ámbito de la medicina.
La psicología y la psiquiatría no están peleadas; más bien, estas van de la mano para poder llevar al paciente a un estado óptimo.
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¿Dejar de usar psicofármacos?
Hay pacientes que dependerán toda la vida del consumo de psicofármacos a causa de alteraciones que normalmente son de raíz biológica.
Es común que un porcentaje de pacientes deje su medicación porque se siente bien; sin embargo, es importante recalcar que si se siente bien la persona es justamente por los medicamentos, y que de ninguna manera deberá dejar su medicación en contra de los criterios del médico (habiéndole advertido sobre qué hacer si se dan efectos secundarios). Regularmente, cuando se deja la medicación, los pacientes recaen en su enfermedad.
Se puede evitar la recaída. En este sentido, es importante tomar conciencia de las implicaciones para la salud de la toma del medicamento, y confiar en el médico que está llevando el control de la medicación. Las recaídas se dan por no seguir indicaciones médicas y creer que sin medicamento se puede vivir bien.
Y por supuesto, no se debe jugar con el medicamento haciendo oscilaciones en la toma del mismo desde una mentalidad de “hoy sí me lo tomo, mañana no”.
La familia y el paciente
Para los familiares de una persona que tiene algún trastorno y toma un medicamento no es tan fácil comprender al paciente enfermo. Por ello, entre otras cosas, se necesita llevar a cabo terapia psicoeducativa para los familiares una vez que se ha detectado cierto problema en el paciente. También hay instituciones que proveen información a las familias sobre los problemas o trastornos que tiene el paciente miembro de la familia.
La medicación ayuda a la persona a superar su problema. Si tienes dudas, consulta con un psicólogo especializado y / o con un profesional de la salud.