La autosugestión es una técnica, relacionada con el placebo, que ha sido utilizada en el campo de la psicología con el fin de que una persona pueda influir sobre su propia mentalidad. Suele emplearse para modificar y/o guiar los propios pensamientos, emociones y comportamientos en una dirección que normalmente suele ser positiva para el propio sujeto, y es lo que se conoce como “autosugestión positiva”.
Esa autosugestión positiva, podría definirse como inoculación autoinducida de pensamientos positivos, a través de frases optimistas y motivadoras, así como también con visualizaciones en imaginación orientados en lo que se desea conseguir, con el fin de que condicionen en los propios pensamientos, emociones y comportamientos en esa dirección (por ejemplo, aprobar un examen, ganar en un deporte, etc.).
En este artículo explicaremos con mayor detenimiento qué es y cómo surge el fenómeno de la autosugestión y de qué manera podríamos ponerla en práctica nosotros mismos a través de una serie de pautas.
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¿Qué es la autosugestión positiva?
La “autosugestión”, que también ha sido denominada como “autohipnosis”, es una técnica de la psicología que se encuentra estrechamente relacionada con el efecto placebo y ha sido utilizada en el campo de la psicología con el fin de que una persona pueda influir sobre su propia mentalidad. Para ello debe modificar y también para guiar los propios pensamientos, emociones y comportamientos en una dirección que normalmente suele ser positiva para el propio sujeto, y es lo que se conoce como “autosugestión positiva”, aunque también existe la autosugestión negativa.
Cabe destacar que la autosugestión fue desarrollada originariamente por el farmacólogo francés Émile Coué, quien comenzó a emplear una técnica de automejoría que estaba sustentada en la sugestión autoinducida desarrollando un método novedoso para la época (principios del siglo XX), que fue bautizado con el nombre de “Método Coué”, fundamentado en parte en la autosugestión positiva y en la autosugestión consciente.
La autosugestión positiva consiste en la inoculación autoinducida de pensamientos positivos, a través de frases optimistas y motivadoras, así como también con visualizaciones en imaginación, orientados en lo que se desea conseguir con el fin de que condicionen en los propios pensamientos, emociones y comportamientos en esa dirección, siendo esta normalmente funcional, positiva y optimista para uno mismo (p. ej., aprobar un examen, bajar de peso, ganar una carrera, ganar un partido de tenis, etc.).
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¿Cómo podemos poner en práctica la autosugestión positiva?
Normalmente empleamos la autosugestión positiva para cambiar una situación en la que nos encontramos y no nos termina de complacer o para lograr una amplia variedad de objetivos que queremos alcanzar. Por lo tanto, antes de comenzar a poner en práctica la autosugestión positiva debemos identificar qué es lo que queremos cambiar o el objetivo que deseamos alcanzar y cuál es la ruta que debemos seguir para ello.
También podemos elaborar una lista de posibles obstáculos a los que podríamos tener que superar en el camino hacia ese objetivo que nos hemos propuesto, con el fin de estar preparados para ello y sopesar las ventajas e inconvenientes a la hora de poner en marcha nuestro plan para conseguirlo. Para que la autosugestión positiva funcione, las ventajas de conseguirlo debe tener más peso para nosotros que los inconvenientes o los posibles obstáculos y para eso nos puede servir de gran ayuda la siguiente pauta que está basada en el uso de autoinstrucciones.
1. Utilizar autoafirmaciones
Esta técnica de la autosugestión positiva tiene bastante peso debido a que consiste en elaborar una serie de oraciones positivas que nos motiven a encaminarnos hacia nuestros objetivos. Estas autoafirmaciones deben tener más peso para nosotros que los posibles inconvenientes u obstáculos que pudiéramos encontrarnos, ya que así podríamos repetirnos esas autoafirmaciones en aquellos momentos en los que vemos complicado seguir hacia adelante en nuestro camino para cumplir nuestro propósito.
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2. Utilizar la visualización
Otro ejercicio muy útil para que funcione la autosugestión positiva sería realizar ejercicios de visualización en imaginación.
Para ello, podemos buscar un espacio tranquilo y colocarnos en una postura cómoda (p. ej., sentado o recostado). Después es aconsejable que cerremos los ojos y respiremos profundamente. Una vez logrado un estado de sosiego podemos comenzar a imaginarnos esas autoafirmaciones que habíamos elaborado previamente, de manera que nos visualicemos cuando ya hemos cumplido nuestro objetivo.
Cuando nos estemos visualizando habiendo cumplido nuestro objetivo, puede ser de gran ayuda que intentemos disfrutar ese momento como si lo estuviéramos viviendo realmente y que estemos centrados en cada detalle de esa imagen. Este ejercicio de visualización puede darnos un chute de adrenalina en aquellos momentos en los que nos sentimos desganados para conseguir nuestros propósitos, por lo que puede ser especialmente útil en esos momentos.
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3. Creer esas autoafirmaciones y también las visualizaciones
Para que la autosugestión positiva vaya bien encaminada mediante las autoafirmaciones y visualizaciones en imaginación nos las debemos creer, ya que de lo contrario será muy difícil autoinducirnos esa sugestión y, por tanto, nuestra motivación para lograr nuestros objetivos podría verse truncada, siendo probable que terminemos abandonando.
Si crees que es posible alcanzar el objetivo que te has propuesto, te sentirás más animado a la hora de cumplir las tareas diarias que debes realizar para lograrlo.
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4. Ser realista
Otro consejo fundamental para que la autosugestión positiva nos sirva de utilidad es que nos propongamos cumplir objetivos realistas y alcanzables para nosotros, ya que de nada sirve que nos autosugestionemos para lograr objetivos que se escapen de nuestras manos, como puede ser el objetivo de hacernos millonarios de la noche al día o visualizarnos habiendo ganado la lotería, ya que esto último se escapa de nuestra zona de influencia.
En cambio, sí que podemos marcarnos otros objetivos que sean asequibles como puede ser aprobar nuestros exámenes, ser más exitoso en el ámbito profesional, adelgazar unos kilos de peso corporal o mejorar nuestro rendimiento en algún deporte que practicamos.
También es importante que nos vayamos marcando pequeños objetivos para irlos alcanzando progresivamente hasta que paso a paso nos vayamos acercando al objetivo final.
5. Ser constante y mantener la motivación
La autosugestión positiva solamente funcionará si somos constantes cumpliendo las tareas que debemos realizar para esas metas que nos hemos propuesto, ya que de nada sirve que repitamos las autoafirmaciones y nos visualicemos habiendo cumplido nuestro propósito si no trabajamos para que se haga realidad.
Para mantener la motivación, las frases de autoafirmación y la visualización en imaginación, pueden ayudarnos en los momentos en los que nos encontramos más desanimados. También debemos llevar una rutina bien marcada en lugar de improvisar para lograr nuestros retos, ya que de lo contrario va a ser más fácil que tiremos la toalla y nos desanimemos.
Mantenernos rodeados de personas que nos apoyen y nos animen en nuestro propósito puede ser de vital importancia para que logremos ese objetivo, sobre todo si son personas que ya lo han logrado en el pasado o que están intentando lograrlo lo mismo. En este último caso el compañerismo, basado en el apoyo mutuo, puede ser muy importante para ambos y hará que sea más llevadero el camino a seguir. Además, siempre podéis animaros mutuamente cuando uno de los dos esté desmotivado.
También es fundamental tener unos hábitos de vida saludables (descansar correctamente, comer de forma saludable, practicar ejercicio de forma regular, leer, etc.), ya que así nos sentiremos con mayor energía para mantener esa constancia. Además, mantener unos hábitos correctos puede facilitar el proceso hacia nuestro objetivo debido a que si tenemos bien estructurada nuestra rutina diaria, es más fácil que cumplamos las tareas que debemos para lograr ese objetivo.
7. Repetir el proceso siempre que sea necesario
Es importante que repitamos todo el proceso que conlleva la autosugestión positiva tantas veces como creamos necesario para que podamos mantenerlo durante un tiempo prolongado.
Incluso si lo vemos necesario, podemos ir modificando ciertos pasos del proceso cuando lo vemos conveniente; como pueden ser las frases de autoafirmación, ya que si vemos que nos han dejado de funcionar, podemos buscar nuevas frases que permitan que mantengamos nuestra motivación y cumplamos con nuestros objetivos.
La repartición y la constancia son dos pilares fundamentales para la autosugestión positiva, ya que para que nuestro objetivo se haga realidad debemos trabajar durante un largo periodo de tiempo. Por ello, es más útil que trabajemos hacia nuestro objetivo poco tiempo cada día, pero que lo hagamos diariamente, a que solamente trabajamos un día exhaustivamente, y luego el resto no hagamos nada.
En este sentido, podría ser útil que nos repitamos las autoafirmaciones varias veces y hagamos el ejercicio de visualización en imaginación todos los días durante 5-10 minutos como mínimo, pudiendo dividir ese tiempo de trabajo en 2 mitades: una mitad por la mañana al levantarnos y la otra mitad antes de acostarnos. Esto sería más conveniente que realizar estos ejercicios durante 1 hora solamente un día y luego el resto no hiciéramos nada.
Cuando realicemos estos ejercicios sobre la autosugestión positiva debemos estar relajados y concentrados plenamente en lo que estamos haciendo. De lo contrario, sería más difícil que funcionen los ejercicios.
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Ejemplo de ejercicio de autosugestión positiva
A continuación vamos a explicar un breve ejercicio de autosugestión positiva, aplicada en una persona que pretende bajar de peso corporal. Para ello, lo primero que debe de hacer será marcarse unos objetivos realistas, como ir bajando de peso poco a poco y no 20 kilos de golpe. Tampoco debe recurrir a “dietas milagro” ni pasar demasiada hambre, ya que así terminaría por abandonar y por recuperar más peso del que había perdido.
Una vez marcados unos objetivos realistas (p. ej., perder entre 2 a 4 kilos al mes aproximadamente) y habiendo establecido un plan asequible con una rutina de ejercicio físico adecuada para esa persona (pudiendo ser un paseo diario de 30 minutos simplemente) y manteniendo una alimentación saludable, pudiendo recurrir a la ayuda de un nutricionista (basando su alimentación en comida saludable como por ejemplo verduras, fruta o pescado, entre otros; y evitando frituras, bollería industrial, etc.), es cuando podemos comenzar con los ejercicios de autosugestión positiva.
Para empezar con la autosugestión positiva, debemos elaborar una serie de autoafirmaciones como las siguientes:
- “Soy capaz de conseguirlo”.
- “Cuando lo logre tendré una mejor salud y me sentiré mejor anímicamente”.
- “Soy una persona fuerte”.
- “Merece la pena lograrlo”.
- “Un pequeño paso cada día, supondrá un gran paso dentro de un tiempo”.
Estas frases son solamente un ejemplo y pueden variar completamente en función de cada persona. Estas deben ser personales e ir acorde con lo que desea cada persona y lo que considera que puede mantenerla motivada a lo largo del tiempo para conseguir su propósito; que en este caso sería bajar unos kilos de peso y mantenerse con una mejor salud.
En el ejercicio de visualización en imaginación podemos imaginarnos habiendo logrado bajar el peso que deseamos, fijándonos en todos los detalles acerca de cómo nos sentimos al haberlo logrado. Es importante que tanto las autoafirmaciones como el ejercicio de visualización sean lo más realistas posibles, hasta el punto que creamos que podemos alcanzarlo algún día.
A partir de aquí debemos ser constantes a la hora de practicar los ejercicios relacionados con la autoafirmación positiva (las autoafirmaciones y la visualización en imaginación), así como también con los hábitos de vida saludables (el correcto descanso, una alimentación saludable y una rutina diaria de ejercicio físico) de manera que podamos mantenerlo en el tiempo para obtener los resultados provistos.