Hasta no hace tanto tiempo, se asumía que la psicología era un ámbito científico orientado a corregir lo que está mal. Así, era prácticamente una extensión de las disciplinas sanitarias, especialmente la psiquiatría y la neurología, y de las estrategias de “corrección” del comportamiento de los niños.
Sin embargo, el desarrollo de esta disciplina fue mostrando que esa concepción de la psicología vista como “el arreglo de lo que está roto” era extremadamente limitada (y generadora de estigmas). ¿Por qué conformarse con utilizar lo que vamos aprendiendo sobre la mente humana solo para ayudar a quien considera que está en una situación mala en comparación con el resto de personas? ¿Por qué no podemos utilizar ese conocimiento no solo para perder menos, sino para ganar más?
La Psicología Positiva tiene su razón de ser en estas dos preguntas, y se propone ayudarnos a cambiar para acercarnos al modo en el que nos gustaría ser para impulsar los proyectos personales o profesionales más ambiciosos de nuestras vidas. En este artículo veremos cuáles son sus beneficios y el modo en el que contribuye al desarrollo personal.
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Los principales beneficios de la Psicología Positiva
La Psicología Positiva parte de la corriente filosófica del humanismo, el cual señala que las experiencias subjetivas, aquello que sentimos y que no podemos expresar en palabras, puede llegar a tener tanto o más valor que nuestro comportamiento observable. Por eso, los psicólogos que trabajan desde este paradigma buscan conseguir unos efectos que vayan más allá de lo objetivo, y que conecte con las motivaciones y las verdaderas necesidades e inquietudes de la gente.
Veamos un breve resumen acerca de los beneficios de la Psicología Positiva y el modo en el que nos acerca a esta clase de metas relacionadas con lo emocional y lo que es significativo de verdad para nuestras vidas.
1. Nos hace mejorar en la regulación de emociones
Desde la Psicología Positiva se entiende que lo que sentimos no es fruto directamente de lo que pasa a nuestro alrededor, sino de cómo interpretamos y percibimos lo que pasa a nuestro alrededor. Por eso es importante saber gestionar nuestras emociones, dado que en muchas ocasiones una regulación inadecuada de estas nos hace ver problemas donde no los hay.
La ira, por ejemplo, es capaz de hacernos sacrificar muchas cosas con tal de hacer algo que no solo no nos reporta ningún beneficio, sino que además nos perjudica más de lo que lo estábamos al empezar a sentirnos de esa manera.
Con este objetivo, los psicólogos que parten del paradigma de la Psicología Positiva entrenan a las personas para que sean capaces de ajustar sus emociones del mejor modo posible y hacer que estas jueguen a su favor, y no en su contra. A fin de cuentas, si nuestro lado emocional existe es porque la mayoría del tiempo nos es útil en mayor o menor medida, aunque siempre existen casos en los que esto no es así y merece la pena aprender a minimizar sus efectos dañinos.
No se trata de suprimirlos, sino de hacer que unos estados emocionales no eclipsen la influencia de otros que deberían tener un papel modulador sobre los primeros.
2. Nos ayuda a tener un autoconcepto realista
El autoconcepto es el conjunto de creencias acerca de uno mismo que constituye todo lo que sabemos sobre quiénes somos. Dependiendo de cómo sea, nos sentiremos más o memos capaces de realizar ciertas tareas o de quedar bien integrados en un determinado círculo social.
La Psicología Positiva nos ayuda a tener un autoconcepto que se ajuste a nuestras habilidades y cualidades reales y a nuestra capacidad para mejorar en ciertas tareas, y esto se traduce en una buena autoestima.
Esto lo hace poniendo en perspectiva nuestros aparentes fracasos y mostrándonos el modo en el que buena parte de su existencia se debe a elementos de nuestro entorno que no podíamos controlar, pero que sí podemos elegir cómo nos afectan.
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3. Da pautas para iniciar proyectos y transformar hábitos
Empezar un proyecto nuevo requiere salir de nuestra zona de confort. Es decir, asumir un cierto grado de incomodidad que llegará al principio, pero que con el tiempo se desvanecerá a la vez que vamos viendo los frutos de nuestros esfuerzos (frutos a los que no habríamos llegado si no nos hubiésemos esforzado por salir de la rutina).
Así pues, la Psicología Positiva nos sumerge en dinámicas que nos obligan a ponernos a los mandos e nuestras vidas y a no dejar que las creencias limitantes restrinjan nuestra verdadera libertad.
4. Nos permite desarrollar liderazgo
No todo el mundo puede ser un líder las 24 horas del día, pero todos tenemos la capacidad de dirigir grupos en determinados contextos y tipos de trabajo.
Como la Psicología Positiva no solo se centra en el individuo sino que tiene en cuenta el elemento social de la psicología, nos da las herramientas para adoptar un estilo de liderazgo que nos vaya bien en determinada faceta de nuestras vidas, ya sea en lo personal o en lo profesional.
5. Nos invita a desarrollar nuestra propia filosofía de vida
Tal y como hemos visto hasta ahora, los beneficios de la Psicología Positiva tienen que ver con el empoderamiento de las personas: permitir que sean persona que toman decisiones importantes y que saben asumir sus consecuencias de la manera más constructiva posible.
Por eso, un efecto derivado de todo esto es que gracias a estas dinámicas vamos generando nuestra propia filosofía de vida, una cadena de principios y valores que nos permite darle sentido a lo que experimentamos, en vez de limitarnos a seguir las ideas de otros que nunca han estado en nuestra situación.