Todos hablamos de equilibrio, tener un cuerpo sano para tener una mente sana, pero hay algo más; tener una mente realmente fortalecida. Llegar a ser alguien que por mucho que se caiga se vuelve a levantar fortalecido por lo aprendido, aunque esta cualidad también puede verse en alguien que no lo aguanta todo o que se permite sentir lo que sienta sin miedo.
Tener una mente fuerte no es ser capaz de aguantar mucho sufrimiento, sino ser capaz de convertir este sufrimiento en algo útil que nos invita a superar un problema y nos da poder para hacerlo. Una mente preparada para la adversidad es la que nos permite mantenernos enfocados en lo que importa a pesar de las adversidades.
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Hábitos que ayudan a tener una mente fuerte
Si estamos tan estresados que no pensamos, no dormimos y sólo sobrevivimos, poco a poco vamos perdiendo la capacidad de pensar con claridad y decidir los pasos que damos. El "modo supervivencia" está muy bien para afrontar situaciones extremas, pero el "modo calma" está mejor para ser capaz de tomar decisiones que nos permitan salir de esas situaciones difíciles.
Se dice mucho acerca de los buenos hábitos, pero se hace poco en relación a estos; forman parte de esos propósitos de año nuevo, de después de las vacaciones o después de una etapa de excesos. ¿Por qué nos cuesta tanto adquirir hábitos saludables que nos permitan tener una mente fuerte? Es fácil echar la culpa a la pereza, la falta de energía o la rutina, y puede que estas sean las causas, pero centrarnos en eso y limitarnos a reprocharnos cosas sólo nos quita energía.
Lo que necesitas es tener claro lo que quieres, saber por qué lo quieres, conocer los obstáculos que te impiden avanzar y comprometerte con tu objetivo convencido/a de lo importante que es.
El primer hábito saludable a trabajar es el cómo afronto los retos, es la primera piedra que proporciona una base sólida sobre la cual instaurar otros nuevos hábitos. Te propongo este método en tres pasos: limpia, comprométete y actúa.
1. Limpia tu mente, consigue una mente en calma
Es común escuchar frases como: "lo que quiero es estar tranquilo, sería feliz si no tuviera este problema, cuando esto pase podré descansar"... Estas frases hacen ver que sentimos que la situación no está bajo nuestro control.
Así que lo primero es saber que para cumplir con nuestros deseos o necesidades necesitamos huir de sueños inalcanzables o de querer cambiar aquello que no depende de nosotros. Tenemos que escucharnos con sinceridad y ser realistas con lo que queremos y con lo que podemos controlar.
Al separar lo que podemos controlar de lo que no, dejamos de luchar por lo que no está en nuestra mano y nos centramos en lo que sí lo está, recuperamos el control y dejamos de sentirnos indefensos. No podemos controlar la vida ni sus vaivenes. La cuestión es, por tanto, hacerte fuerte ante la adversidad; si haces tu mente fuerte verás los obstáculos como un reto superable y no como otro problema más que te pesa y te roba energía o te limita el estar bien. Si no tenemos un ambiente exterior propicio habrá que trabajar más interiormente para conseguir esa calma o paz interior.
Así, vemos que primero necesitamos profundizar en nuestro objetivo y ver qué cosas nos hacen sentir bien con nosotros mismos, es decir, nos dan calma, nos hacen sentir fuertes, etc. Escribe la respuesta a esta pregunta: ¿qué es eso que necesitas o deseas conseguir y cuáles son las cosas que cuando las haces te hacen sentir así?
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2. Comprométete con lo que quieres
Una vez ya sabemos lo que necesitamos para conseguir lo que queremos e identificados los obstáculos pasamos a valorar la fuerza de nuestro deseo, la importancia de este. Partamos de la hipótesis que tomaremos como cierta de que "si no te esfuerzas en conseguirlo será que no lo deseas tanto". Decidamos poner todo nuestro potencial al servicio de nuestros deseos.
Serás capaz de vencer lo círculos viciosos, pensamientos negativos o desesperanzadores... ¿Cómo? Escribe paso a paso lo que harías o debieras hacer para conseguir lo que quieres. Decide asumir que no hay otra opción porque es lo que quieres y nadie más que tú puede pararte. Apunta todo aquello que te perjudica o no te permite avanzar, plantéate cómo superar cada obstáculo.
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3. Actúa con coherencia interna para tener paz
Parte de los conflictos en nuestro día a día son internos; cuando uno no vive como quiere, no se siente como se quiere sentir, no hace lo que quiere hacer... este conflicto, interno o externo, es una alerta que nos invita a luchar por aquello que queremos.
Hay circunstancias en las que vivir con coherencia se nos hace difícil, y si no podemos resolver estas circunstancias nace el conflicto.
Así vemos que después de tener claro lo que queremos y comprometernos con eso, al elegir un camino enfocado en lo que queremos y podemos conseguir se nos abren nuevas opciones. Esto nos permite actuar, iremos dando pasos para tener una mente en calma al actuar no en modo automático, sino en sintonía con lo que queremos conseguir o con cómo queremos vivir. Esto no evita que la vida nos dé reveses, pero nos permite tener una mente fuerte para afrontar los obstáculos que se nos presentan.
María Rojas-marcos Asensi
María Rojas-marcos Asensi
Psicóloga General Sanitaria
Si estás en plena tormenta y necesitas tomar decisiones o que algo cambie, busca un espacio, un lugar, un tiempo para pensar con calma y empieza a trabajar en ti; encuentra así la fuerza para decidir hacer los cambios que necesitas para tener una mente en calma y poder afrontar mejor las dificultades.