¿Qué son los constructos en el mundo de la Psicología?

Este concepto es clave en filosofía de la ciencia aplicada a la Psicología.

Constructos
El constructo psicológico es un concepto muy importante.Greg Williams.

En psicología, un “constructo” es el término y la definición que se atribuye a un fenómeno que a pesar de no tener realidad empírica se constituye como un objeto de estudio. Los constructos sirven para comunicar, conocer y manipular fenómenos que difícilmente podemos definir, precisamente porque no son objetos concretos. Dan forma a gran parte de la psicología y como tal, han determinado gran parte de nuestra percepción individual de todo lo que nos rodea.

A continuación presentamos una definición del constructo en psicología y haremos un repaso por las aplicaciones que ha tenido en la psicología clínica, específicamente a partir de la Teoría de los Constructos Personales.

¿Qué es un constructo?

Tal como ocurre en las disciplinas científicas, la psicología ha generado una serie de conocimientos muy importantes para comprender nuestra relación con el mundo. Con frecuencia se trata de conocimientos abstractos sobre objetos que, a pesar de no tener realidad empírica, constituyen gran parte del conocimiento psicológico, tanto a nivel especializado como coloquial.

Es así por que, para poder legitimarse como una práctica que busca tanto generar conocimiento como administrar aquello sobre lo cual genera conocimiento (como una ciencia), la psicología ha tenido que crear una serie de conceptos que hagan inteligible la realidad que estudia.

En otras palabras, como muchos de los objetos de estudio de la psicología no son elementos empíricos (elementos concretos, materiales, visibles; por ejemplo, la inteligencia, la conciencia, la personalidad), la misma disciplina ha tenido que generar unas serie de conceptos que puedan representar aquello que estudia.

A estos conceptos se les conoce como constructos, y precisamente se trata de entidades cuya existencia no es uniforme ni precisa, pero de cualquier forma se intentan estudiar para satisfacer necesidades relacionadas con una sociedad concreta.

Algunos antecedentes y ejemplos en psicología

En la década de los 70, dentro de las ciencias sociales, se empezaba a discutir sobre los orígenes y los efectos del conocimiento científico. Entre otras cosas se llegó a la conclusión de que cualquier ciencia es producto de una época y de un lugar concretos.

Como dirían Berger y Luckmann (1979), los sistemas de creencias son producto de una construcción social. Este cuestionamiento junto con estas propuestas generaron también un debate sobre los constructos que la psicología ha generado en el marco del desarrollo científico.

De hecho, buena parte de la investigación en psicología se ha centrado en la validación de los constructos psicológicos. Eso quiere decir que se realizan una serie de estudios y se busca seguir parámetros y criterios que generen conceptos fiables para hablar de fenómenos que difícilmente observamos. Por ejemplo, cuando se miden distintas respuestas en relación con distintos tiempos de reacción, lo que se traduce en el constructo de inteligencia o de cociente intelectual.

Teoría de los Constructos Personales de George Kelly

El psicólogo estadounidense George A. Kelly (1905-1966) desarrolló una teoría que se llamó Teoría de los Constructos Personales. A través de esta teoría, Kelly propuso que los constructos pueden tener efectos terapéuticos, con lo cual, sugirió una forma de aplicarlos en la psicología clínica.

De acuerdo con Kelly, los términos que utilizamos para referirnos a las cosas, o a nosotros mismos, reflejan cómo percibimos esas cosas. A partir de ahí, lo que Kelly decía era que las palabras por medio de las cuales interpretamos un fenómeno, no necesariamente describen ese fenómeno, sino que más bien son reflejo de nuestras percepciones sobre este.

Así, por ejemplo, si un profesor habla de un niño como “perezoso”, eso es principalmente un reflejo de las percepciones personales del profesor, pero además tiene consecuencias en el propio niño. Es así porque se le pone en un lugar determinado (el de la inactividad, por la pereza), con lo cual, las expectativas y las exigencias del profesor se adecuan a dicha percepción, y las conductas del niño también.

Kelly creía que era posible reconstruir, es decir, utilizar nuevos constructos para referirse a los mismos fenómenos, y de esta manera, generar y compartir nuevas posibilidades de acción. En el caso del niño perezoso, por ejemplo, recomendaría sustituir el constructo “perezoso” por otro que permitiera más libertad al niño.

El psicólogo recomendaba pensarnos como si fuéramos científicos, esto es, como constructores de conceptos que nos permiten relacionarnos de una manera o de otra con el mundo y entre nosotros mismos. Como si pudiéramos formular permanentemente distintas teorías y ponerlas a prueba.

Esto último lo aplico en el terreno clínico como una forma de facilitar que las personas que atendía, se relacionan de maneras distintas (a través de distintos constructos) con aquello que percibían como un problema.

Críticas de Kelly a la ciencia tradicional

Fue así como Kelly desafío el objetivismo científico y la idea de la “realidad objetiva”, proponiendo que más que realidades objetivas, hay un conjunto de creencias y ficciones, con lo cual, y de ser necesario, pueden generarse nuevas creencias y nuevas ficciones.

Dicha modificación es importante porque supone un cambio cualitativo en el sistema de relaciones donde la persona se inscribe. Así, lo que Kelly recupera son los significados personales y, lejos de buscar homogeneizarlos, los trabaja y abre posibilidad a la transformación.

Para poder hacer esto, Kelly diferenciaba entre distintos tipos y funciones de los constructos, así como las distintas variables que participan para que un constructo sea considerado válido, o no, o para que formen distintos sistemas. Asimismo, en su teoría discute la permeabilidad de los constructos, es decir, qué tanto se pueden aplicar o modificar y en qué circunstancias.

Referencias bibliográficas:

  • Berger y Luckmann (1979). La construcción social de la realidad. Amorrortu: Buenos Aires.
  • Botella, L. y Feixas, G. (1998). Teoría de los constructos personales. Aplicaciones a la práctica psicológica. [Versión Electrónica]. Recuperado 4 de junio de 2018. Disponible en https://www.researchgate.net/profile/Luis_Botella/publication/31739972_Teoria_de_los_Constructos_Personales_aplicaciones_a_la_practica_psicologica/links/00b4952604cd9cba42000000.pdf-

Psicóloga | Redactora especializada en Psicología Social

Licenciada en Psicología por la Universidad de las Américas Puebla (México). Máster en Investigación e Intervención Psicosocial por la Universitat Autònoma de Barcelona, con experiencia profesional en inclusión social y educativa así como docencia en psicopedagogía. Cuenta con estudios en política pública y derechos humanos y actualmente es doctoranda en Psicología Social en la Universitat Autònoma de Barcelona, donde trabaja temas relacionados con metodologías cualitativas, salud pública, salud mental, diversidad funcional y perspectiva de género.

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