El síndrome del impostor: una epidemia silenciosa que devora a los más brillantes

La ciencia detrás del fenómeno que está sacudiendo al mundo profesional.

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Imagina esto: acabas de conseguir ese ascenso por el que has trabajado incansablemente, pero en lugar de celebrar, sientes un nudo en el estómago. "Es solo cuestión de tiempo antes de que descubran que no merezco estar aquí", piensas. Si este escenario te resulta familiar, no estás solo. Bienvenido al club del síndrome del impostor, una condición psicológica que afecta hasta al 82% de las personas en algún momento de sus vidas (Bravata et al., 2020).

El síndrome del impostor: cuando tu peor enemigo eres tú mismo

El Dr. Kevin Cokley, profesor de psicología en la Universidad de Texas, afirma: "El síndrome del impostor es como un parásito mental que se alimenta de tus logros. Cuanto más éxito tienes, más fuerte se vuelve" (Cokley et al., 2013). Esta afirmación está respaldada por estudios que sugieren una posible relación entre el éxito y la intensificación de los sentimientos de impostura (Cherniss, 1989; Sonnak & Towell, 2001). Los síntomas que te delatan:

  • Atribución externa del éxito: "Fue solo suerte" es tu mantra personal.
  • Perfeccionismo patológico: Si no es perfecto, es un fracaso.
  • Miedo al fracaso: El éxito se convierte en una prisión de expectativas.
  • Sobreesfuerzo compensatorio: Trabajas el doble para "merecer" tu posición.
  • Dificultad para internalizar el éxito: Los elogios rebotan en ti como si llevaras una armadura.

Aunque no hay estudios de neuroimagen específicos sobre el síndrome del impostor y la amígdala, la investigación en neurociencia sugiere que las personas con ansiedad y baja autoestima (características comunes del síndrome del impostor) pueden mostrar una mayor activación de la amígdala en respuesta a estímulos amenazantes.

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El cóctel tóxico: Genes, crianza y sociedad

La receta perfecta para crear un impostor:

  • Genética: Aunque no hay estudios concluyentes sobre la heredabilidad del síndrome del impostor, investigaciones sugieren una posible influencia genética en la predisposición a experimentar ansiedad y perfeccionismo, que son factores relacionados (Gillespie et al., 2007).
  • Crianza: Investigaciones de la Dra. Pauline Rose Clance, quien acuñó el término "síndrome del impostor", indican que los estilos de crianza que alternan entre la sobreprotección y la crítica excesiva pueden estar relacionados con el desarrollo del síndrome (Clance, 1985).
  • Presión social: La Dra. Valerie Young argumenta que la presión social para proyectar una imagen de perfección, especialmente en las redes sociales, exacerba los sentimientos de impostura (Young, 2011).

Contrario a la creencia popular, un metanálisis de 62 estudios encontró que no hay diferencias significativas de género en la prevalencia del síndrome del impostor (Bravata et al., 2020). Sin embargo, las mujeres y las minorías tienden a experimentarlo de manera más intensa debido a los estereotipos y barreras sistémicas (Cokley et al., 2013).

El antídoto

Estrategias basadas en evidencia para vencer al impostor interno:

  • Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): La TCC ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de la ansiedad y la depresión, que a menudo acompañan al síndrome del impostor (McEvoy, Mahoney, & Moulds, 2012).
  • Mindfulness: La práctica de mindfulness puede ayudar a cultivar la autocompasión y reducir la autocrítica (Neff, 2003).
  • Reencuadre cognitivo: Cambiar la forma en que interpretamos nuestros logros y fracasos puede ser clave para superar el síndrome del impostor (Young, 2011).
  • Grupos de apoyo: Compartir experiencias con otras personas que luchan contra el síndrome del impostor puede ser muy beneficioso (Bernard, 2016).

Algunos estudios sugieren que, en niveles moderados, el síndrome del impostor puede estar asociado con una mayor motivación y un deseo de superación (Tewfik, 2021). La clave está en aprender a canalizar estos sentimientos de manera positiva.

El síndrome del impostor no tiene por qué ser una sentencia de por vida. Con las herramientas adecuadas y un cambio de perspectiva, puedes transformar esa voz crítica interna en tu mayor aliada para el crecimiento y la innovación. ¿Estás listo para dejar de ser un impostor y convertirte en el auténtico genio que siempre has sido? La ciencia está de tu lado. Es hora de reescribir tu narrativa interna y conquistar el mundo, un logro a la vez.

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Mauricio A. Sáenz Sastoque. (2024, agosto 1). El síndrome del impostor: una epidemia silenciosa que devora a los más brillantes. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/sindrome-impostor-epidemia-silenciosa

Mauricio A. Sáenz Sastoque es psicólogo, neuropsicólogo y coach especializado en la atención a pacientes de todas las edades.

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