El acto de conducir se caracteriza por hacernos caer en una ilusión: nos creemos mucho más poderosos de lo que somos, e incluso podemos llegar a olvidar que a esas velocidades, somos muy vulnerables.
De algún modo, el pasar un tiempo viendo cómo el paisaje va pasando rápidamente a nuestro alrededor nos conduce a asumir que eso es normal, que estamos hechos para movernos de esa manera. Pero eso no es del todo así.
De hecho, en la mayoría de los casos en los que conducimos un coche, quedarnos dormidos durante dos segundos es suficiente para tener un accidente de tráfico. Además, se estima que alrededor del 25% de los accidentes de tráfico en España están relacionados con el sueño o la fatiga. Es el vehículo el que está hecho para desplazarse a esas velocidades; nosotros debemos ajustarnos a esas mecánicas como podemos, asumiendo unos riesgos mucho mayores de los que solemos afrontar yendo a pie.
Por eso, en este artículo haremos un repaso a los trucos más útiles para evitar quedarnos dormidos conduciendo, de manera que disminuyan las probabilidades de sufrir un accidente.
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Consejos y estrategias para no quedarse dormido conduciendo
Cabe destacar que el hecho de quedarse dormido al volante es en sí mismo, sin dar lugar a víctimas mortales, considerado imprudencia grave desde el punto de vista legal, y es la responsabilidad del conductor ser consciente de su estado y no exponerse a sí mismo y a los demás de esa clase de peligros.
Es por eso que aquí no estamos hablando de cómo gestionar un riesgo que nos afecte individualmente, sino de uno que puede afectar a muchas otras personas dentro y fuera de nuestro vehículo, y que incluso tiene implicaciones sociales.
Teniendo en cuenta esto, no está de más conocer algunas ideas clave para no dormirnos al volante y evitar accidentes; a continuación puedes encontrar varias de las más eficaces.
1. Fíjate un horario de sueño claro
Este es con diferencia el truco más eficaz para evitar quedarte dormido al volante: haz lo necesario para dormir sin interrupciones las horas necesarias, en un lugar tranquilo y a oscuras. Para ello, es crucial que controles bien tu horario y que establezcas protocolos para no exponerte a la tentación de quedarte despierto/a hasta tarde.
En este sentido, algo muy sencillo y eficaz es imprimir tu horario, dejarlo en un lugar de la casa que tengas a la vista habitualmente, e incluir en los días de la semana una hora de inicio y de fin de los preparativos para antes de irte a la cama: limpiar los platos, cepillarte los dientes, apagar las luces, etc. De este modo no se darán las circunstancias de que se te pase el tiempo volando y te des cuenta de que ya se te ha pasado el momento de irte a dormir, llevándote a ignorar el horario por ineficaz.
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2. Mantente alerta con las señales del sueño
Es muy importante ir realizando una “monitorización” acerca de tu estado de consciencia para prevenir accidentes. Para ello, es bueno tener en cuenta criterios lo más objetivos posibles, de manera que tengas muy claro si el sueño te puede jugar una mala pasada.
Los principales síntomas de la soñolencia son los siguientes (aunque no tienen por qúe estar presentes todos a la vez):
- Picor o escozor en los ojos
- Dolor de cabeza
- Cansancio general
- Tendencia a bostezar varias veces seguidas
Por otro lado, hay otras señales de alerta que indican un problema urgente y la necesidad de parar cuanto antes:
- Te sorprendes al notar que has ido bajando los párpados de los ojos hasta bloquear la mitad de tu campo de visión.
- Al hablar te cuesta mucho vocalizar.
- Notas que en más de una ocasión has estado a punto de invadir con toda la rueda el arcén o el carril de tu izquierda sin quererlo.
- Junto con el sueño experimentas “pinchazos” que parece que provengan de dentro de tu cabeza.
Ten en cuenta esto para saber en qué momento hay que dejar de fiarlo todo al resto de trucos y llega el momento de ponerse a dormir cuanto antes, en una parada de urgencia.
3. Realiza paradas estratégicas
Estas paradas de unos 10 o 20 minutos son únicamente para descansar tus músculos y tu mente de manera que la fatiga no alimente tu soñolencia. Lo recomendables es realizarlas como mínimo cada dos horas, incluso si crees que no tienes sueño, y sobre todo si viajas de noche.
Hay que diferenciar estas paradas de las que realices para dormir en casos de urgencia o cuando tu horario incluya esta medida. En casos así, te interesa dedicar al sueño no unos pocos minutos, sino las horas necesarias para dejar de tener sueño.
Si tan solo duermes un cuarto de hora o poco más, lo más seguro es que sigas en ese estado de excesiva soñolencia o que incluso acentúes el problema, dependiendo de la fase del sueño en la que te encontrases al despertar. En todo caso, es mucho mejor parar y dormir que no hacerlo en un estado de sueño que dificulte conducir.
4. Sé conscientes de las horas más peligrosas
Estadísticamente, se considera que la franja horaria en las que existe un mayor riesgo de quedarnos dormidos conduciendo son entre las 3 y las 5 a.m. y entre las 2 y las 4 p.m. Se cree que esto tiene que ver, por un lado, con la monotonía y la escasez de estímulos asociados al hecho de viajar de noche, y en el caso de la franja horaria de tarde, con la soñolencia favorecida por la digestión.
Tener en mente este factor de riesgo es importante para evitar quedarse dormido al volante, pero esto no debe servir como excusa para bajar la guardia durante le resto de horas del día.
5. Asegúrate de mantener una correcta temperatura en el vehículo
Fenómenos como el hecho de exponernos a elevadas temperaturas pueden favorecer que experimentemos sueño: nuestro cuerpo nos pide descansar para bajar la temperatura corporal. Por eso, procura hacer un buen uso del aire acondicionado o de las ventanillas del coche (aunque bajarlas no tiene por qué hacer que disminuya la temperatura dentro del vehículo, sí te permitirá disipar mejor el calor de tu cuerpo).
6. Canta
Cantar es una manera de involucrarte en una tarea que requiere coordinación pero que a la vez no implica distraerte demasiado, ya que esta tarea hace uso de partes del cerebro vinculadas a movimientos que ya tienes muy interiorizados. Eso sí, mejor que te sepas las canciones.
7. Mantén una conversación con el copiloto
Si vas con copiloto, aprovéchalo para que mediante la conversación te ayude a centrarte en el aquí y ahora. Además, te ayudará a saber si llega el momento en el que el grado de soñolencia es tan alto que hay que pasar al plan B y hacer una parada de urgencia para dormir.