La ansiedad es una emoción difusa y poco agradable que se expresa muchas veces como un sentimiento de temor y de tensión emocional que puede ir acompañada de correlatos somáticos. Puede no encontrarse asociada a una amenaza definida, pero las respuestas que produce la ansiedad pueden asemejarse a reacciones defensivas, sin embargo, también en su estado correcto funciona como mecanismo de vigilancia alertando al organismo de posibles peligros.
Cuando la ansiedad es excesiva en intensidad, frecuencia o duración y aparece asociada a estímulos que no representan una amenaza real se la considera una manifestación no adecuada ya que produce alteraciones en el funcionamiento emocional, cognitivo y biológico.
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¿Qué es el trastorno de ansiedad generalizada?
El trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, el trastorno de estrés postraumático y las fobias específicas, afectan a muchas personas en todo el mundo y pueden tener un impacto significativo en su calidad de vida.
Los enfoques terapéuticos más utilizados y respaldados por evidencia incluyen la terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia de exposición y la terapia de aceptación y compromiso. Pero tampoco se debe dejar de lado el psicoanálisis que apunta a resolver los orígenes y las causas de la ansiedad.
Desde esta perspectiva la ansiedad es tomada como un síntoma que evidencia otro tipo de trastorno interno que merece ser tratado, es decir que una combinación de ambos estilos terapéuticos también es adecuada, ya que apunta a una solución a corto y largo plazo.
Para poder tratarlo de esta manera el profesional tratante tiene que poder manejar ambas técnicas con pericia y sabiendo cuando y como utilizar una y otra. El diagnóstico y el tipo de tratamiento es una cuestión de habilidad y conocimiento práctico que funciona muy bien cuando está realizado de manera responsable y dentro del marco de la ciencia.
La TCC se centra en identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos y las conductas disfuncionales asociadas con la ansiedad. La terapia de exposición es especialmente útil para tratar las fobias y el trastorno de estrés postraumático, ya que implica la exposición gradual y controlada a los estímulos temidos. La terapia de aceptación y compromiso se basa en desarrollar la aceptación de las experiencias internas y comprometerse con acciones que sean consistentes con los valores personales.
¿Qué patrones de pensamiento negativo surgen?
En la terapia cognitivo-conductual (TCC) para el tratamiento de la ansiedad, se identifican y trabajan varios patrones de pensamiento negativos y conductas disfuncionales. Algunos de ellos son los siguientes:
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Pensamientos catastróficos: Las personas con trastornos de ansiedad tienden a tener pensamientos exagerados sobre los peligros y las consecuencias negativas. Por ejemplo, anticipar lo peor en situaciones comunes o magnificar las posibles amenazas.
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Interpretación sesgada: Las personas con ansiedad pueden tener una tendencia a interpretar la información de manera negativa o amenazante. Por ejemplo, interpretar un comentario neutro como crítico o una situación ambigua como peligrosa.
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Pensamiento de todo o nada: Pensar en términos extremos, donde las situaciones se perciben como completamente buenas o completamente malas, sin matices. Esto puede llevar a la ansiedad al generar una perspectiva rígida y limitada.
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Sobregeneralización: Sacar conclusiones generales negativas basadas en una única experiencia negativa. Por ejemplo, si una persona tiene una mala experiencia social, puede concluir que siempre será rechazada en situaciones sociales.
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Evitación de situaciones temidas: Las personas con ansiedad tienden a evitar las situaciones que les generan miedo o ansiedad. Esta evitación puede mantener y aumentar la ansiedad a largo plazo.
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Conductas de seguridad: Se refiere a las acciones que una persona realiza para reducir la ansiedad en situaciones temidas, pero que a largo plazo pueden mantener el ciclo de ansiedad. Por ejemplo, realizar rituales o tener pensamientos repetitivos para sentirse "seguro".
¿Cuáles son los objetivos de la terapia cognitivo-conductual?
El objetivo de la TCC es identificar estos patrones de pensamiento negativos y conductas disfuncionales, cuestionar su validez y sustituirlos por pensamientos y comportamientos más realistas y adaptativos. Esto se logra a través de técnicas como la reestructuración cognitiva, donde se desafían y modifican los pensamientos negativos, y la exposición gradual, donde se enfrentan las situaciones temidas de manera controlada para disminuir la ansiedad.
La Reestructuración cognitiva en una técnica que implica identificar y cuestionar los pensamientos negativos y distorsionados que contribuyen a la ansiedad. Por ejemplo, si una persona tiene el pensamiento catastrófico de que "Si salgo de casa, seguramente me pasará algo terrible", el terapeuta podría ayudar a la persona a evaluar la evidencia que respalda o refuta este pensamiento, y a generar pensamientos más realistas y equilibrados, como "Salí de casa muchas veces sin que ocurriera nada grave, es probable que todo esté bien esta vez también".
La Exposición gradual se utiliza para abordar la evitación y la ansiedad asociada a situaciones temidas. Por ejemplo, si alguien tiene fobia a volar en avión, se podría realizar una exposición gradual mediante la cual la persona se expone de manera controlada y progresiva a elementos relacionados con el vuelo, como ver imágenes de aviones, luego visitar un aeropuerto, y finalmente realizar un vuelo simulado o real. A medida que la persona se expone repetidamente a la situación temida sin que ocurra nada negativo, su ansiedad disminuye gradualmente.
La experimentación conductual implica que la persona realice acciones contrarias a las conductas de evitación o seguridad que mantienen la ansiedad. Por ejemplo, si alguien evita las reuniones sociales debido a la ansiedad social, se le puede pedir que asista a una reunión y realice un experimento comportamental, como hablar con una persona desconocida durante unos minutos. El objetivo es obtener evidencia de que sus temores son exagerados y que puede manejar la situación de manera efectiva.
En el registro de pensamientos automáticos, se alienta a la persona a llevar un registro de sus pensamientos automáticos negativos relacionados con la ansiedad. Luego, el terapeuta y el paciente pueden examinar estos pensamientos y buscar evidencia que respalde o refuta su veracidad. Al desafiar y reemplazar los pensamientos negativos por pensamientos más realistas y adaptativos, se reduce la ansiedad.
Conclusiones
En conclusión, la ansiedad es un trastorno mental común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque las causas exactas de la ansiedad pueden variar de una persona a otra, se ha demostrado que hay múltiples factores que contribuyen a su desarrollo.
El tratamiento eficaz implica abordar tanto los aspectos cognitivos como los conductuales de la ansiedad y las cuestiones más profundas de la personalidad para obtener resultados a largo plazo, aunque es cierto que lo primero a tener en cuenta es intentar devolver al paciente la calidad de vida.
No se debe descartar desde este punto de vista la intervención medicamentosa debido a que las combinaciones de las diferentes formas de abordaje para combatir la ansiedad permitirán llevar a la persona a una situación de mejor manejo en su día a día y esto permitirá que las técnicas usadas de manera estratégica puedan dar resultados visibles, lo que estimulara la adhesión al tratamiento y la esperanza de solución. Para todo esto necesitamos personal idóneo y humano para poder empatizar con el dolor y la situación de restricción a la que el paciente se ve comprometido.
Es importante priorizar un tratamiento que utilice diferentes técnicas científicas y basadas en evidencia partiendo de un diagnóstico certero y diferencial para lograr que el tratamiento sea personalizado y no solamente un protocolo rígido para utilizar de manera masiva.
Este enfoque personalizado en la salud mental fomenta la integración al no tratar a todas las personas con problemas de salud mental como si fueran iguales. Se valora la individualidad y se reconoce que las causas, síntomas y experiencias de cada persona pueden ser diferentes. Al ofrecer intervenciones y terapias adaptadas a cada individuo, se promueve la inclusión y se evita la generalización o estigmatización de las personas con problemas de salud mental.
Silvana Weckesser
Silvana Weckesser
Magister En Psicología. Especialista en Clínica.Escritora
Trabajar de forma personalizada ayuda a prevenir la discriminación al tratar a cada persona con respeto, dignidad y equidad. Se evitan los prejuicios y estereotipos al considerar las necesidades y circunstancias únicas de cada individuo. Esto ayuda a superar barreras y desafíos específicos que pueden estar asociados con la salud mental, como el estigma social, la discriminación por género, raza, orientación sexual u otras características personales.