El cuerpo humano presenta más de 650 músculos totales, que comprenden en su conjunto el 40-50% del peso de un individuo adulto sano.
Si bien el sistema muscular ha sido ampliamente estudiado en múltiples oportunidades, es necesario recalcar que algunos investigadores solo engloban en este aparato a los músculos que se contraen de forma voluntaria (esqueléticos). Según otros autores, la musculatura lisa o involuntaria y la cardíaca también entrarían dentro de este sistema.
De todas formas (y a pesar de los desacuerdos organizativos), la función de la musculatura es clara y concisa: permitir el movimiento y permanencia del ser humano en un espacio tridimensional y posibilitar la funcionalidad de los sistemas internos. No estamos hablando únicamente de coger un objeto o bombear la sangre: ¿sabías que, por ejemplo, un ser humano requiere de la acción de 12 músculos faciales para sonreír?
Más allá de correr y trotar, la musculatura nos permite transmitir emociones, mostrar desacuerdo, alegría e incluso hablar y manifestarnos como especie. Desde el movimiento hasta el habla, pasando por el bombeo de sangre y la estabilidad en un espacio aéreo, concebir la vida sin la musculatura a día de hoy sería una tarea imposible. Quédate con nosotros, pues te lo contamos todo sobre un músculo extremadamente singular: el esternocleidohiodeo.
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¿Qué son los músculos?
Antes de sumergirnos en las particularidades de este músculo, es conveniente asentar las bases que rodean a la temática. Un músculo podría definirse como un órgano contráctil que determina la forma y el contorno de nuestro cuerpo y que, además, cuenta con células capaces de elongarse a lo largo de su eje de contracción.
Existen 3 tipos de tejidos musculares, que a su vez dan lugar a 3 grandes variantes de músculos. Estos son los siguientes:
- Tejido muscular esquelético (estriado): músculos voluntarios y estriados. Están unidos a los huesos, así que le dan forma al esqueleto y permiten el movimiento.
- Tejido muscular liso: es involuntario. Estos músculos tardan más en contraerse que los esqueléticos, pero pueden permanecer más tiempo en esta posición.
- Tejido muscular cardíaco: se encuentra en el corazón. Sus contracciones, rítmicas y fuertes, expulsan la sangre de este órgano mientras late.
Tenemos un mínimo de 650 músculos conformando nuestro cuerpo, todos ellos voluntarios (esqueléticos). Si comenzamos a contar la musculatura lisa y cardíaca, esta cifra asciende fácilmente a los 840 músculos en total. Desde luego, nos movemos en cifras nada desdeñables.
¿Qué es el músculo esternocleidohioideo?
El músculo que hoy nos atañe cae en el grupo de los esqueléticos, es decir, de los músculos estriados voluntarios propios del aparato muscular. Se trata del más superficial de los músculos de la región infrahioidea (por debajo del hueso hioides, situado en la parte anterior del cuello y por debajo de la lengua), cuya función conjunta es flexionar la cabeza y permitir el movimiento de la laringe durante el habla, entre otras cosas.
Este músculo se caracteriza por tener una forma acintada que se reparte a ambos lados del cuello, de unos 20 milímetros de ancho y de naturaleza carnosa. Diseccionamos cada una de sus particularidades en las siguientes líneas.
1. Origen
El músculo esternocleidohioideo se origina con un tendón que se inserta en 4 estructuras diferentes. Estas son el borde posterior de la clavícula (hueso conector del esternón con el homóplato), la cara posterior del ligamento esternoclavicular, la mitad lateral del manubrio del esternón (hueso de la parte central y delantera del tórax) y el primer cartílago costal (que une a las primeras costillas con el esternón).
2. Inserciones
Su trayecto anatómico es “hacia arriba”, y hacia el centro hasta el borde inferior del hueso hioides. Para ello, se inserta sobre la cara superior del borde posterior de la clavícula, en la cara posterior de ligamento esternoclavicular, en la mitad lateral del manubrio esternal y en el primer cartílago costal. Cabe destacar que su trayectoria hacia el hueso hioides no es del todo recta, pues la nuez de Adán se interpone entre el punto de inserción inferior y el hueso ya citado.
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3. Inervación
Su inervación procede del asa del hipogloso, la unión de fibras procedentes de la raíces C1-C2-C3 del plexo cervical. Esta estructura nerviosa controla principalmente las funciones motoras del cuello. La contracción del músculo esternocleidohioideo, mediante las señales nerviosas de este plexo, provoca el descenso del hueso hioides (en el que se inserta en su sección posterior).
4. Relaciones
Como hemos dicho anteriormente, el músculo esternocleidohioideo forma parte del grupo de la musculatura infrahioidea, localizada por debajo del hueso hioides. Estos músculos fijan al hueso y causan su descenso mediante contracciones, lo que es esencial para la fonación y la deglución, entre otras cosas. Algunos de los músculos que se relacionan con el que aquí nos atrañe son los siguientes:
- Músculo homohioideo: un músculo digástrico que actúa como un depresor del hueso hioides y como tensor de la aponeurosis cervical media.
- Músculo esternotiroideo: tiene una forma de cinta, igual que el esternocleidohioideo. Su función principal es hacer bajar la laringe.
- Músculo tirohioideo: corto y cuadrilátero, este músculo también favorece la bajada del hueso hioides con su contracción.
5. Suministro de sangre
El músculo esternocleidohioideo, como todos los tejidos del ser humano, requiere un flujo sanguíneo para que sus células puedan obtener oxígeno y nutrientes, entre otras cosas. De esto se encargan la arteria lingual y la tiroidea superior.
Antes de que la arteria lingual penetre en el tejido de la lengua (su destino final), emite una rama hioidea que sigue al borde superior del hueso hioides. Así, desprende una serie de ramificaciones que nutren a los músculos anteriormente citados.
Funciones del músculo esternocleidohioideo
La parte anterior del cuello contiene una serie de estructuras vitales para el desarrollo y supervivencia de la especie humana. Los músculos implicados (entre los que se encuentra el esternocleidohioideo) se encargan de realizar los movimientos de cabeza y cuello, pero también juegan funciones esenciales en procesos como la facilitación de la deglución y la fonación (habla en el ser humano).
Además de producir la bajada del hueso hioideo al contraerse, los músculos infrahioideos actúan como protectores de la tráquea, el esófago, la vascularización de la zona y las glándulas tiroides (que producen la hormona paratiroidea, moduladora de la cantidad de calcio circulante).
Por encima de ellos se asienta la grasa del cuello, un importante absorbente de daños mecánicos que podrían comprometer gravemente el aparato fonador, respiratorio y deglutor. Por último, encima de esta grasa se localiza la piel del cuello, primera barrera que evita la entrada de agentes patógenos.
El papel del esternocleidohioideo en la deglución
Como apunte final, vamos a explorar el mecanismo mediante el cual el esternocleidohioideo facilita la deglución en nuestra especie.
Los músculos suprahioideos elevan el hueso hioides (y consecuentemente a la laringe) con su contracción, actividad producida en el acto de tragar. Esta acción cierra los canales aéreos, lo que evita que la comida entre en lugares equivocados. Una vez la comida ha pasado de la faringe al esófago, el músculo esternocleidohioideo ayuda a reabrir la cavidad laríngea (al bajar el hioides y la laringe), así que permite nuevamente el flujo de aire hacia los pulmones. Sin una estructura tan pequeña y simple como este músculo, seguramente sería mucho más difícil el proceso respiratorio y de tragado en el ser humano.
Resumen
Espacios como este ponen en evidencia que hasta el músculo más pequeño y hasta el hueso menos “relevante” juegan papeles esenciales en la fisiología y mantenimiento del cuerpo humano a lo largo del tiempo. Gracias al músculo esternocleidohideo (junto a otros) se produce la bajada del hueso hioides, un proceso esencial para la deglución, la producción de sonido y la respiración, entre otras cosas.
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