Dejar de fumar marihuana no es simplemente apagar el último porro y seguir con tu vida como si nada. Tu cuerpo y tu cerebro tienen que reajustarse. Y aunque la marihuana no genera una adicción física tan fuerte como otras sustancias, sí puede provocar síntomas de abstinencia y cambios en tu estado de ánimo, tu sueño y tu capacidad de concentración.
Efectos de dejar de fumar porros
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Si quieres saber qué le pasa realmente a tu cuerpo cuando decides dejar de fumar, aquí tienes la respuesta basada en datos científicos.
1. Abstinencia: tu cerebro pide su dosis habitual
El THC (tetrahidrocannabinol), el principal compuesto psicoactivo de la marihuana, se almacena en el tejido graso del cuerpo y puede permanecer en él durante semanas (Gorelick et al., 2012). Esto significa que su eliminación es más lenta en comparación con otras drogas como el alcohol o la cocaína.
Cuando dejas de consumir marihuana después de un uso frecuente, tu cerebro necesita tiempo para restablecer el equilibrio de su sistema endocannabinoide. Como resultado, puedes experimentar síntomas de abstinencia como:
- Irritabilidad
- Ansiedad
- Cambios de humor
- Problemas para dormir
- Disminución del apetito
- Sudoración nocturna
Estos síntomas no aparecen inmediatamente después de dejar de fumar, sino que suelen manifestarse entre 24 y 72 horas después y pueden durar hasta dos semanas (Budney et al., 2004).
2. El sueño cambia: insomnio y sueños más intensos
El THC afecta el ciclo del sueño, especialmente la fase REM, que es cuando ocurren los sueños más vívidos (Feinberg et al., 1975). Al dejar de fumar, es común experimentar lo que se conoce como rebote REM, lo que significa que tus sueños pueden volverse más intensos y realistas.
Además, muchas personas que dejan la marihuana experimentan insomnio durante los primeros días o semanas. Si usabas la marihuana como una ayuda para dormir, tu cuerpo tendrá que reajustarse y volver a conciliar el sueño de manera natural.
3. El apetito disminuye (se acabó el hambre incontrolable)
El THC estimula el sistema endocannabinoide, el cual está involucrado en la regulación del apetito. Por eso, cuando fumas marihuana, sientes un aumento del hambre y una preferencia por alimentos ricos en grasas y azúcares.
Cuando dejas de fumar, este efecto desaparece y algunas personas notan una reducción en el apetito, especialmente en los primeros días de abstinencia (Cota et al., 2003). Esto puede llevar a una leve pérdida de peso en personas que consumían marihuana con frecuencia.
4. Mejoran la memoria y la concentración
El consumo frecuente de marihuana está asociado con dificultades en la memoria de trabajo, la atención y la velocidad de procesamiento de la información (Schweinsburg et al., 2008). Sin embargo, estos efectos no son permanentes.
Estudios han demostrado que tras unas semanas sin consumir, la memoria y la concentración comienzan a mejorar significativamente, lo que indica que el cerebro se recupera una vez que el THC desaparece del sistema (Gonzalez et al., 2012).
5. Cambios en el estado de ánimo (más ansiedad o más claridad mental)
El impacto en el estado de ánimo varía según la persona. Algunas personas experimentan más ansiedad o irritabilidad, especialmente si usaban la marihuana como una forma de manejar el estrés o la ansiedad. Esto se debe a que el cerebro ha estado dependiendo del THC para regular ciertos estados emocionales, y ahora debe encontrar nuevas formas de hacerlo (Lev-Ran et al., 2014).
Por otro lado, otras personas notan que, tras un período de ajuste, se sienten más motivadas, con más energía y emocionalmente más estables. Esto se debe a que el sistema endocannabinoide vuelve a autorregularse sin la influencia del THC.
El síndrome de abstinencia de la marihuana
El cannabis es la droga ilegal más consumida en el mundo, y aunque muchas personas creen que no genera dependencia, la realidad es que el síndrome de abstinencia del cannabis es un fenómeno real y documentado (Budney et al., 2004). Cuando alguien deja de fumar marihuana tras un consumo habitual, su cuerpo y su cerebro pasan por un período de ajuste, en el que pueden aparecer síntomas como irritabilidad, insomnio, cambios en el apetito y ansiedad.
¿Por qué ocurre esto? Porque el THC (tetrahidrocannabinol), el principal compuesto psicoactivo del cannabis, modifica el sistema endocannabinoide del cerebro, que está involucrado en funciones como el estado de ánimo, el sueño y el apetito. Cuando el THC desaparece, el cerebro tiene que volver a regularse sin su ayuda, lo que provoca síntomas de abstinencia.
1. ¿Cuándo comienza el síndrome de abstinencia y cuánto dura?
Los síntomas de abstinencia del cannabis no aparecen inmediatamente después del último consumo. Suelen comenzar entre 24 y 72 horas después, alcanzan su punto máximo alrededor del cuarto o quinto día y pueden durar hasta dos semanas en la mayoría de los casos (Gorelick et al., 2012). En consumidores crónicos, algunos síntomas leves pueden persistir durante varias semanas.
La intensidad de la abstinencia depende de varios factores, como la frecuencia y la cantidad de consumo, el metabolismo de la persona y su sensibilidad individual a la falta de THC.
2. Síntomas físicos y psicológicos de la abstinencia del cannabis
El síndrome de abstinencia del cannabis no es tan severo como el de otras drogas, pero sí puede generar malestar significativo. Sus síntomas incluyen:
- Irritabilidad y cambios de humor: La falta de THC puede hacer que te sientas más irritable, impaciente o emocionalmente inestable.
- Ansiedad y nerviosismo: Muchas personas usan la marihuana para relajarse, por lo que al dejarla pueden notar un aumento en su ansiedad (Levin et al., 2010).
- Depresión leve: La marihuana estimula la liberación de dopamina, el neurotransmisor asociado al placer. Sin ella, es posible sentirse más apático o desmotivado temporalmente.
- Dificultad para dormir: Uno de los efectos más comunes de la abstinencia es el insomnio, acompañado de despertares nocturnos y una reducción en la calidad del sueño (Feinberg et al., 1975).
- Sueños vívidos o pesadillas: Al dejar de fumar, muchas personas experimentan un “rebote REM”, lo que provoca sueños más intensos o pesadillas.
- Disminución del apetito: El THC aumenta la sensación de hambre, por lo que, al retirarlo, es común notar una pérdida de apetito durante los primeros días.
- Dolores de cabeza y sudoración nocturna: Aunque menos frecuentes, algunas personas reportan molestias físicas como dolores de cabeza o sudoración excesiva.
3. ¿Por qué ocurre el síndrome de abstinencia del cannabis?
El cerebro humano está diseñado para funcionar con un equilibrio preciso de neurotransmisores y receptores cannabinoides. Cuando fumas marihuana con frecuencia, el THC se une a estos receptores y altera su funcionamiento normal.
Con el tiempo, el cerebro se acostumbra a la presencia del THC y reduce la producción natural de endocannabinoides, que son sustancias similares a los cannabinoides que el cuerpo produce por sí mismo. Cuando dejas de consumir, el cerebro necesita tiempo para volver a producir estas sustancias de manera normal, lo que explica la aparición de los síntomas de abstinencia (Cota et al., 2003).
4. ¿Cómo manejar la abstinencia del cannabis?
Aunque el síndrome de abstinencia del cannabis no es peligroso, sí puede ser incómodo. Algunas estrategias para manejarlo incluyen:
- Ejercicio físico: Ayuda a reducir la ansiedad y mejora el sueño al estimular la producción natural de endorfinas.
- Higiene del sueño: Mantener un horario de sueño regular, evitar pantallas antes de dormir y practicar técnicas de relajación pueden ayudar a minimizar el insomnio.
- Hidratación y alimentación balanceada: Comer bien y beber suficiente agua ayuda a estabilizar el estado de ánimo y la energía.
- Apoyo psicológico: En algunos casos, hablar con un profesional puede ser útil para manejar la ansiedad o los cambios emocionales asociados con la abstinencia.
5. ¿Qué pasa después de superar la abstinencia?
La buena noticia es que el síndrome de abstinencia del cannabis es temporal. Tras unas semanas, la mayoría de las personas experimentan mejoras en su estado de ánimo, concentración y energía. Además, muchos usuarios reportan una mayor claridad mental y motivación después de dejar la marihuana (Schweinsburg et al., 2008).
Si bien dejar de fumar marihuana puede ser un reto para algunas personas, los efectos positivos a largo plazo suelen superar con creces las molestias temporales de la abstinencia. Con el tiempo, el sistema endocannabinoide vuelve a autorregularse, y la dependencia psicológica también disminuye.
Conclusión
Dejar de fumar marihuana implica un período de adaptación en el que pueden aparecer síntomas de abstinencia como insomnio, irritabilidad y cambios en el apetito. Sin embargo, con el tiempo, tu cerebro se reajusta, mejoran la memoria y la concentración, y muchas personas experimentan un aumento en su motivación y claridad mental.
Si has decidido dejarla, es importante que seas paciente y te des tiempo para adaptarte a estos cambios. Los beneficios a largo plazo pueden ser significativos, tanto para tu salud mental como para tu bienestar general.


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