La Clínica Universidad Navarra (CUN) define un trasplante como la implantación de un órgano o tejido de un ser vivo a otro o, en su defecto, de un lugar a otro del mismo organismo. Existen muchos eventos clínicos que pueden requerir de un trasplante para ser abordados, pero el más común de todos ellos es el fallo de un órgano de forma irreparable. Cuando los riñones o el hígado dejan de funcionar, toca apuntarse a una lista de trasplante.
En el año 2007, unos 275.000 europeos vivían con un órgano o tejido trasplantado. Con una esperanza de vida general más alta de media aparecen más patologías crónicas en la población, y eso se refleja de forma numérica: en países como Francia, la necesidad de trasplantes aumentó en un 45% del 2000 al 2007, por ejemplo.
De todas formas, el trasplante de órganos también tiene su cara macabra, más allá de la esperanza de vida que reportan. A día de hoy, 107.000 estadounidenses se encuentran en la lista de espera para recibir un órgano, se añade a un nuevo paciente cada 10 minutos y unas 20 personas mueren cada 24 horas al no recibir el tratamiento adecuado.
Un trasplante da una nueva oportunidad de vida al paciente, pero la falta de órganos viables provoca miles de muertes no intencionadas. En EE.UU, en el año 2015 murieron casi 5.000 personas esperando un trasplante de riñones. Con estos datos en la mano, te contamos todo lo que debes saber sobre los tipos de trasplantes más utilizados.
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¿Cuáles son los tipos de trasplantes?
Esta temática se puede abordar de muchas formas, ya que es posible agrupar los tipos de trasplante según el lugar del implante, la relación del paciente con el donante o la metodología utilizada, entre otros criterios.
1. Trasplantes autólogos
Para comenzar, diremos que un trasplante autólogo es aquél que se realiza dentro de un mismo organismo, es decir, que receptor y donante son el mismo individuo.
Un ejemplo de trasplante autólogo es la recogida de células madre de un paciente neoplásico antes de una quimioterapia. Para que estas no sean dañadas durante el procedimiento, se extraen de la médula ósea del individuo y, tras la quimio, son reintroducidas en su organismo. La gran ventaja de los autotrasplantes es que no hay posibilidad de que el paciente los rechace, pues está interactuando con su propio tejido.
2. Isotrasplantes
Por otro lado, los isotrasplantes son aquellos que se dan entre diferentes individuos pero prácticamente iguales a nivel genético, como es el caso de los gemelos monocigóticos. Casi no hay riesgo de rechazo.
3. Xenotrasplantes
Otra variante son los xenotrasplantes, donde el donante y el receptor son de especies distintas. Por ejemplo, la reparación y reemplazo de la válvula aórtica en humanos se puede hacer con trasplantes hechos de tejido porcino o bovino.
4. Alotrasplantes
En cuarto y último lugar, tenemos los alotrasplantes o trasplantes típicos, conocidos por todo el mundo. En este caso, donante y receptor son de la misma especie, pero con genomas diferentes.
Los alotrasplantes más frecuentes
A continuación, te presentamos los tipos de alotrasplantes más comunes en la sociedad actual.
1. Trasplante de riñones
Los trasplantes de riñones son los más comunes y necesarios en la sociedad actual. En Estados Unidos, unos 3.000 pacientes son añadidos cada mes a las listas de espera, y en países como España se realizan más de 2.500 procedimientos de esta índole al año, muy por encima del resto de órganos.
Los riñones son esenciales para el funcionamiento del organismo, pues nos permiten filtrar las toxinas de la sangre y fomentan el mantenimiento del equilibrio homeostático, mediante una regulación de los electrolitos circulantes. Cuando el riñón falla de forma severa se puede acudir a la diálisis, pero el trasplante es la opción definitiva.
El trasplante de riñón tiene una tasa de éxito de un 90%, más aún si el donante es familiar del receptor a nivel genético. Por desgracia, el mayor problema se encuentra en la escasez de estos órganos en los organismos sanitarios públicos. No es de extrañar, pues la prevalencia de la enfermedad renal crónica ha crecido en un 30% en los últimos 10 años.
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2. Trasplante de hígado
En España, el segundo lugar lo ocupa el trasplante del hígado, con unos 1.034 procedimientos anuales. El hígado es el órgano interno más grande y realiza varias funciones críticas para nuestro bienestar, entre las que se encuentran procesar nutrientes, medicamentos y hormonas, producir la bilis (que secreta la bilirrubina y ayuda a digerir alimentos), fabricar proteínas, eliminar bacterias y toxinas de la sangre y muchas cosas más. De forma literal, es imposible vivir sin hígado.
El trasplante de hígado **se utiliza para los pacientes críticos con hepatitis B y C, cirrosis alcohólica, enfermedad del hígado graso no alcohólico y otras muchas patologías **más. Las tasas de supervivencia 5 años tras el procedimiento se calculan en un 80% en adultos y un 90% en niños, respectivamente.
3. Trasplante de pulmón
Para comparar con el resto de cifras, se realizan unos 336 trasplantes de pulmones anuales en España. Este número es mucho menor que en el resto de procedimientos, pues solo se lleva a cabo cuando absolutamente todos los tratamientos posibles han fallado y la vida del paciente corre grave peligro.
Por desgracia, las tasas de supervivencia no son tan esperanzadoras como en los otros casos: el 79% sobreviven tras un año del trasplante, el 64% tras 3 años y solamente el 30% tras 10 años de la operación. El rechazo agudo es casi un problema universal en el primer año, mientras que la bronquiolitis obliterante limita la supervivencia a largo plazo. Por todos estos motivos, el trasplante de pulmón nunca es una situación ideal.
4. Trasplante de corazón
En España, se realizan unos 278 trasplantes de corazón al año. Este procedimiento se puede utilizar para abordar un daño grave al órgano después de un ataque cardíaco, para atajar una insuficiencia cuando los medicamentos ya no hagan efecto, para tratar anomalías cardíacas graves que impiden el correcto bombeo sanguíneo y para palpitaciones anormales. Por duro que suene, este tipo de procedimientos casi no se conciben para personas mayores de 70 años de edad, pues tienen prioridad los pacientes más jóvenes.
Las tasas de supervivencia 20 años después del trasplante son del 20-25%. El corazón es un órgano extremadamente complejo y, por tanto, es común que surjan fallos como rechazos por parte del receptor, problemas con las arterias, afecciones en el injerto primario y proclividad a sufrir ciertas infecciones. Por todas estas razones, el pronóstico del paciente no es muy positivo a largo plazo.
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5. Trasplante de páncreas
En España, se realizan menos de 100 trasplantes de páncreas al año. Finlandia tiene la tasa europea más alta, con 7 procedimientos por cada millón de habitantes al año, pero aún así sigue siendo una cifra muy baja. Se utiliza para algunos tipos de diabetes que son incontrolables con tratamientos convencionales, reacciones frecuentes a la insulina, daños renales graves y otras patologìas. En muchos casos, se realizan los trasplantes de páncreas y de riñón de forma simultánea.
Esta situación es muy curiosa, pues se estima que el el 85% y 75% de los pacientes sobreviven al trasplante de páncreas tras 1 y 5 años, respectivamente. Estos datos reafirman que todos los pacientes con diabetes mellitus tipo 1 de manifestación potencialmente letal deberían ser candidatos para un trasplante de páncreas, pero esto no es así.
Esta infrautilización de la técnica se achaca a la falta de conocimiento por parte de los médicos generales y, en muchos casos, por la alta tasa de desechado de los órganos cuando llegan a los centros, debido a su aspecto macroscópico deteriorado (el 50%).
Resumen
Como puedes ver, la travesía de un paciente que requiere un trasplante no es fácil. Te hemos contado qué sucede con aquellos que consiguen ser receptores de un órgano (los que más “suerte” tienen) y aún así, sus tasas de supervivencia bajan drásticamente con el paso de los años. Muchos trasplantes son “caducos”, pues duran de 10 a 20 años y, tras ello,solo queda esperar que el paciente no fallezca.
Este es el escenario más esperanzador, pues el de otros muchos miles de personas es, directamente, morir en espera. Nos basamos en datos para traer esta dolorosa afirmación, y es que el 35% de las personas en las listas de trasplantes del mundo mueren por falta de recursos. Quizá sea momento de plantearnos hacernos donantes, ¿no crees?
Referencias bibliográficas:
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- Desschans, B., Evrard, P., & of the Belgian, C. T. S. (2014, November). Organ donation and transplantation statistics in Belgium for 2012 and 2013. In Transplantation proceedings (Vol. 46, No. 9, pp. 3124-3126). Elsevier.
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