El divorcio es una experiencia que no se parece a ninguna otra; de hecho, muchas de las personas que acuden al psicólogo por las dificultades de gestionarlo señalan que no tienen referencias para saber qué hacer.
Es normal que así sea: divorciarse suele ir de la mano tanto de la frustración como de una sensación de retroceso o al menos estancamiento en la trayectoria vital, aunque esta clase de sentimientos no reflejen fielmente la realidad y estén causados por la perspectiva distorsionista y pesimista de la persona que se divorcia. Por ello, es común que se mezclen las dudas, por un lado, y la tristeza, por el otro (aunque siempre hay excepciones y es perfectamente posible ver esta situación como una mejora y un motivo para alegrarse, por supuesto).
Sin embargo, hay maneras de atravesar el divorcio mejor que otras, y algunas de ellas incluso contribuyen a que el mal trago, en caos de existir, pase relativamente rápido. En este artículo veremos algunas de las más importantes.
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6 ideas calve para gestionar correctamente un proceso de divorcio
Estos son algunos consejos y pautas para manejar adecuadamente un proceso de divorcio, tanto en lo que respecta a la gestión de las emociones como en lo referente a las estrategias comunicativas y comportamentales.
1. Relativiza la importancia del divorcio
El divorcio es, sobre todo, la plasmación de una relación previamente deteriorada.
No es tanto aquello que rompe el matrimonio, sino más bien la consecuencia de una crisis que ha llevado a esa relación a su fin. Si lo ves de esa manera, es menos probable que acabes en un estado de rumiación psicológica, dándole vueltas a pensamientos de culpa o de dudas acerca de si estás haciendo lo correcto; incluso si te equivocas en algunas cosas, seguramente esos errores no tendrán tanta importancia.
2. Si tenéis hijos en común, poned el foco en ellos
Poner el foco en el/la hijo/a o hijos en caso de que los tengáis es importante, en primer lugar, porque su bienestar debe ser la prioridad si son niños o adolescentes: se encuentran en una etapa de la vida en la que son emocionalmente muy vulnerables. Por eso, no debéis dejar que los posibles conflictos entre vosotros os lleven a una situación de negligencia a la hora de criarlos y educarlos, aportándoles no solo el sustento material que necesitan sino también el afecto y los elementos afectivos.
Pero por otro lado, hacer esto también será emocionalmente beneficioso para vosotros, los adultos que se divorcian. Mirar por el interés del hijo o hija crea un marco de relación en el que incluso si el matrimonio ha llegado a su fin, tenéis algo en común sobre lo cual se pueden edificar puentes. De esta manera será menos probable que estéis muy “a la defensiva” al tratar con el otro.
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3. No hables mal de tu expareja
Si lo haces, no solo estarás perjudicando a esa persona, sino que facilitarás que los círculos sociales con los que sueles interactuar esperen de ti que adoptes una mentalidad hostil ante tu divorcio, y esto fomentará que lo hagas para colmar esas expectativas.
Además, es muy probable que de alguna manera u otra esas malas palabras lleguen a los oídos de tu expareja, contribuyendo a que el conflicto se haga cada vez más grande por efecto bola de nieve.
4. No asumas que es una etapa de tu vida
El divorcio es en todo caso la etapa final del matrimonio como entidad regulada por la ley, pero no tiene por qúe ser una fase de tu vida, es decir, una etapa que permee todo lo que dices y haces durante esos días y semanas. Al margen de ese proceso, hay muchas otras actividades que pueden no tener nada que ver con él. Y sobre todo, no te sientas mal si crees que tu divorcio no te hace sentir tan mal como ves que hace sentir al resto de personas: no hay una manera correcta o incorrecta de sentirse a la hora de divorciarse.
5. Si lo necesitas, desahógate hablando con alguien
En la mayoría de los casos, plasmar en palabras lo que sentimos al encontrarnos mal emocionalmente nos ayuda a superar lo que nos ocurre. Por eso, no te cortes al buscar ayuda en amigos, familiares, grupos de apoyo de gente que pasa por situaciones similares, etc.
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6. Si lo necesitas, busca ayuda profesional
Sentirse mal por divorciarse no es un trastorno psicológico, pero igualmente puede ser un motivo perfectamente válido por el que buscar ayuda psicológica de la mano de profesionales.
Tomas Santa Cecilia
Tomas Santa Cecilia
Psicologo Consultor: Master en Psicología Cognitivo Conductual
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El proceso de pasar por el divorcio es una experiencia que desborda a muchas personas, y por ello, es normal recurrir a los servicios de asistencia psicológica en casos así. Si es tu caso y estás considerando acudir al psicólogo, te invito a que te pongas en contacto conmigo. Soy psicólogo experto en el modelo cognitivo-conductual y atiendo de manera presencial en Madrid y mediante sesiones online por videollamada.