La Asociación Americana de Psicología establece que el trauma es una respuesta emocional a un evento que la persona percibe como altamente estresante. En la mayoría de los casos es un evento que, quien lo vive, lo interpreta como un estímulo que pone en riesgo su vida o integridad.
Los pacientes que han enfrentado un evento traumático sufren un gran dolor emocional y viven “parcialmente”, como en un estado de adormecimiento. Se sienten agotados por la fuerte cantidad de energía que utilizan todos los días para intentar ser funcional mientras lidian con un estado de dolor supremo que parece incesante.
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Comprendiendo el trauma
Algunas características del trauma que se deben considerar al atender a un paciente que lo ha sufrido son las siguientes.
El ser humano es resiliente, esto quiere decir que nuestra condición natural está inclinada hacia la recuperación y no hacia la fragilidad.
Las experiencias traumáticas tienen lugar en un tiempo y contexto específicos. Sin embargo, la experiencia se compone de varios fragmentos de realidad que forman la percepción integral del momento estresante. Por esta razón, el análisis requiere de mayor cuidado y poner atención en esos fragmentos que conforman el entorno completo.
En la mayoría de los casos el paciente se define a sí mismo a partir del evento traumático. “Soy el antes y el después de ese evento”. Es muy importante separar la identidad del paciente de la experiencia traumática, pues la persona es mucho más que un suceso.
Diversas investigaciones a lo largo del tiempo demuestran que la percepción de los eventos es subjetiva y es esta percepción la que alimenta el trauma más que el evento en sí mismo. La percepción que genera el paciente sobre el evento afecta directamente sus emociones. Si bien no se puede cambiar un acontecimiento, sí se puede cambiar cómo lo percibe el paciente y es importante acompañarlo y guiarlo en este proceso.
Una consecuencia directa del trauma es que provoca un enredo de emociones negativas que mantiene al paciente con la sensación de que nunca podrá superar el dolor.
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Consejos para abordar el trauma en terapia
Para bien o para mal, los eventos estresantes son una realidad y si bien, no podemos estar preparados para no sufrir cuando se presentan, sí podemos ayudar a quien los enfrenta a que tenga la oportunidad de superar el dolor y generar mejores condiciones posteriores al trauma.
Para tener una mejor aproximación en el tratamiento del trauma, estos consejos pueden ser un apoyo relevante:
1. Ayúdale a centrarse en lo que le permitirá avanzar
Nuestro cerebro está configurado para resolver conflictos y adaptarse nuevamente al mundo. Para ello se requiere una narrativa lógica, funcional y bien estructurada que permita reinterpretar de mejor manera el evento traumático. Comienza por identificar cuál es su autopercepción después del trauma. ¿Cómo se describe a sí mismo después del evento estresante?
Ayúdalo a ver la importancia de conocer sus fortalezas y capacidades para sobreponerse. Su percepción sobre lo ocurrido mejorará si su aproximación parte de que el evento es algo externo al paciente, ajeno a su identidad y que es algo que con sus fortalezas y capacidades puede superar porque su naturaleza humana es resiliente y enfocada a la supervivencia.
2. Empodéralo a través de la identificación de sus fortalezas
Esto le permitirá entender que puede compensar cualquier área de oportunidad o debilidad que tenga, pues también cuenta con recursos para hacer frente a los retos.
3. Trabaja con él la percepción que ha formado del evento
Identifiquen en conjunto los pequeños fragmentos que recuerda del evento para resignificar la situación y cambiar la percepción, pues es justo la percepción de los acontecimientos lo que genera la emocionalidad negativa que se vuelve el mayor padecimiento posterior al trauma.
4. La evasión es el factor que frena con mayor fuerza a las personas en superar el trauma
El dolor las aleja de la posibilidad de hacer frente a ese recuerdo traumático y confrontarlo es el inicio de la solución. La oportunidad de ayudarlos a forjar el valor para enfrentar la situación es el principio de una mejor realidad.
5. La identificación y aceptación de emociones negativas es el siguiente paso
La aceptación significa ver estas emociones con compasión y curiosidad que permita al paciente entender que las emociones son suyas, pero no lo definen como persona, simplemente están ahí como consecuencia de la experiencia vivida y es necesario identificarlas para trabajarlas y mejorar el hecho de que están ahí y son parte de las consecuencias, pero son manejables.
6. Manejar las emociones es la siguiente oportunidad para capitalizar
Esta es una habilidad que se puede adquirir y perfeccionar. Entender que no debemos obedecer ciegamente lo que nos dictan las emociones permite dar un giro en el control emocional.
7. Trabaja con el dolor
Usualmente queremos alejarnos del dolor, pero este es un indicador muy efectivo de las cosas que son importantes y significativas para el paciente. Utilizar el dolor como una guía de valores, momentos significativos y emociones del paciente es una opción que recomienda el doctor Steven Hayes. Ayuda a tu paciente a utilizar el dolor como apalancamiento para la mejora al ayudarlo a que su mente y cuerpo aprendan que es seguro ver lo que no se ha querido ver y sentir lo que no se ha querido sentir con nombre y apellido.
8. Enseña a tu paciente la importancia de la calidez y la compasión consigo mismo
La autocrítica normalmente es brusca y desproporcionada. Ayúdalo a encontrar su centro emocional y a comunicarse consigo mismo con mayor cariño y comprensión.
9. La tolerancia para seguir el proceso de sanación es clave
Aunque lo que más quisiéramos es superar el dolor rápidamente, esto requiere de tiempo y pasos graduales. Sé claro con tu paciente y hazle notar los avances que va teniendo. Ayúdalo a ver que cada paso cuenta y cómo cada decisión lo lleva a un futuro con mayor bienestar.
Concluyendo...
Sin duda el trauma es uno de los fenómenos más complejos por la desesperanza y el profundo dolor que genera. La buena noticia es que hay suficientes estudios y técnicas para ayudar a los pacientes a sanar.
Si bien estos son algunos consejos que buscan ayudarte en el mapeo de las soluciones, es importante tener un conocimiento profundo y estructurado al aceptar a un paciente con una afectación de esta naturaleza. Ayudar es importante, hacerlo con el entrenamiento adecuado es fundamental.
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