Hay personas que tienen dificultades para hacerse valer a la hora de hablar con los demás, o con personas o grupos en concreto. Esto puede llegar a ser un inconveniente importante, porque la imagen de inseguridad que transmiten hace que no se tenga tan en cuenta lo que dicen o incluso que, por extensión, no se las tenga en cuenta a ellas.
En este artículo veremos varios consejos acerca de cómo hacerse valer al hablar tanto en lo que respecta al contenido de lo que se dice como a la forma en la que se dice, incluyendo el lenguaje no verbal.
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Cómo hacerse valer en las conversaciones y las relaciones
Las relaciones interpersonales y las conversaciones que tienen lugar en ellas son siempre algo complejo.
Por un lado, hacerse entender e interpretar correctamente lo que el otro dice ya es de por sí algo complicado, pero a eso hay que añadirle que mediante el diálogo también hay que solucionar choques de intereses, de opiniones y de creencias. Aunque la capacidad de utilizar el lenguaje nos ha dado la posibilidad de conectar mejor con los demás, también ha hecho que usemos las palabras para hacernos valer, para someter o para ser sometidos y para, si no nos damos cuenta, entrar en dinámicas que desgastan nuestra autoestima.
Como consecuencia, hay personas que han entrado en una dinámica en la que no saben expresar sus ideas sin sentirse vulnerables, inseguras. Se trata de individuos que necesitan aprender (y acostumbrarse) a hablar con seguridad, defendiendo su punto de vista.
Es necesario romper esa costumbre, compuesta por un conjunto de hábitos relacionados con la manera de hablar y de comunicarse en general, para ganar confianza en las relaciones personales. Así pues, para hacerse valer, es aconsejable que sigas las siguientes ideas clave.
1. Identifica aquello en lo que fallas más
Hay diferentes maneras de hablar con inseguridad. Por eso, lo primero es ver en qué aspectos hacen falta cambios más notorios en nuestra manera de hablar y de comportarnos en las conversaciones.
Una buena manera de empezar es familiarizarse con el concepto de comunicación pasiva, que es la más típica en las personas a las que les hace falta aprender a hablar con seguridad. Este estilo comunicativo se caracteriza por la evitación de la confrontación directa, de la expresión de las propias necesidades y sentimientos, y el mantenimiento de un perfil bajo.
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2. Asegúrate de mantener contacto visual
Es muy importante que la mayor parte del tiempo exista contacto visual, ya que de no ser así, quien lo esté evitando ofrecerá una imagen de inseguridad, además de dificultar la comunicación. Para solucionarlo, lo más fácil es no obsesionarse con mirar justamente a las pupilas del otro, y limitarse a no apartar la mirada del rostro del otro. De esta manera, sin darnos cuenta y de manera espontánea, las miradas se encontrarán y se mantendrá el contacto sin que debas preocuparte demasiado por ello.
3. No mantengas una postura contraída
Evita las posturas y posiciones que mantengan tus brazos y tus piernas muy cerca de tu eje vertical. Intenta relajar los músculos y hacer que los brazos se muevan libremente, manteniendo los antebrazos despegados del tórax durante la mayor parte del tiempo (en vez de mantener los brazos cruzados o tenerlos con las manos pegadas al pecho).
4. Acostúmbrate a hablar alto
Es importante que el volumen de tu voz sea el adecuado. Hay personas inseguras que, para evitar hacer el ridículo, intentan que lo que dicen no se note mucho, pero esto es algo a evitar, dado que sume en un rol de sumisión a quien se acostumbra a hablar así.
Así pues, lo mejor es practicar delante de un espejo e improvisar para que, poco a poco, ese volumen de voz vaya siendo más familiar y sea el utilizado de manera espontánea, por defecto. Es importante hacerlo con una cierta regularidad, para no perderse parte del progreso de lo logrado en las sesiones anteriores.
5. Evita memorizar literalmente frases enteras
Hay personas que intentan compensar su inseguridad al hablar planificando minuciosamente lo que van a decir en una conversación. Esto es algo que puede generar más problemas de los que resuelve, porque exige una concentración mayor de lo que costaría hablar simplemente de una manera espontánea, dado que en ellas hay que estar recordando constantemente lo que hay que decir según el guión hecho anteriormente.
Así pues, lo ideal es en todo caso planear de antemano, muy brevemente y solo para las conversaciones importantes, ideas que pueden ser tratadas en una conversación, pero sin llegar a memorizar frases.
6. Trabaja tu autoestima
Una parte del problema de hablar con inseguridad tiene que ver con algo que está más allá de la comunicación y el diálogo propiamente dicho: se trata de la autoestima. Trabajar en ella para que no se desinfle es importante, porque una parte del problema suele tener que ver con la falta de confianza en uno mismo y en lo que se puede ofrecer en una conversación. Con unos pocos meses de práctica, si es necesario asistiendo a la consulta del psicólogo, hacerse valer será mucho más sencillo.
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7. Reflexiona y aprende
Esta es otra manera de ganar seguridad a la hora de hablar: tener temas de conversación. Para ello, es importante no solo ser original a la hora de hacer que los diálogos viren hacia temas interesantes, sino tener ciertos conocimientos que transmitir, aunque solo sean reflexiones personales u opiniones interesantes que no tengan por qué basarse en la memorización de datos concretos. Cuando una persona siente que por el simple hecho de tener algunos conocimientos de algo le puede ser muy fácil hacer de un diálogo algo interesante, eso le da mucha seguridad.
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8. Trabaja tu asertividad
Expresar ideas u opiniones que no encajen con las de los demás no es nada malo; es natural. Por eso, es necesario trabajar la asertividad, que tiene que ver con nuestra capacidad de expresarnos defendiendo nuestro punto de vista a la vez que se respeta a los demás.