Una de las principales características de los seres humanos es que tenemos una clara tendencia a vivir insertados en grupos, y no de manera individual. De hecho, desde hace millones de años, nuestro linaje evolutivo ha estado compuesto por homínidos que han vivido en tribus, grupos en los que conviven varias familias.
Sin embargo, como pasa con prácticamente cualquier propensión psicológica, este estilo de vida no solo proporciona beneficios; también supone ciertos riesgos e inconvenientes. En este artículo veremos cuáles son las ventajas y desventajas de peetenecer a un grupo social, con explicaciones.
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Ventajas de pertenecer a un grupo
En este apartado veremos cuáles son los beneficios de contar con uno o más grupos sociales que nos acepten y nos consideren un miembro más de la comunidad.
1. Suponen un factor de protección
La primera ventaja es evidente y tiene que ver con un hecho muy material: formar parte de un grupo hace más difícil que nos expongamos muchas a situaciones peligrosas que pueden terminar con nosotros.
Por ejemplo, significa que si alguien nos ataca probablemente otros saldrán en nuestra defensa, o que si nos quedemos sin tener un sustento básico con el que vivir otros nos darán refugio.
2. Nos proporciona modelos a seguir
Además, otra de las ventajas de ser parte de un grupo es que constantemente estamos expuestos a ejemplos a seguir, personas que cuentan con unas características y objetivos similares a los nuestros y que resultan estimulantes a la hora de orientar nuestras acciones hacia una meta.
De esta manera, estar rodeados de personas así hará más probable que nos sintamos motivados a perfeccionar ciertas cualidades que si trabajamos nos proporcionan mejores medios de vida y que a la vez seguramente beneficiarán al resto de miembros del grupo.
3. Refuerzan nuestra autoestima
El sentimiento de pertenencia es uno de los aspectos que refuerzan positivamente la autoestima de las personas.
Por un lado, ver cómo el resto de personas nos consideran una parte del grupo implica que reconocen nuestra importancia, dado que los mismos esfuerzos que esas personas dedican a velar por la comunidad son, de manera indirecta, esfuerzos de los que uno mismo se beneficia.
Por otro lado, formar parte de un grupo supone que otras personas se identifiquen con nosotros, que estén predispuestas a hacer sacrificios por defendernos ante ataques de elementos ajenos al grupo, lo cual emula el funcionamiento de los lazos afectivos que surgen en las familias y las relaciones amorosas en general.
4. Combate la soledad
La soledad es una de las situaciones vitales más relacionadas con los hábitos de vida dañinos y la enfermedad física o psicológica.
Por eso, el simple hecho de tener a una comunidad es beneficioso, pues nos anima a salir de casa y relacionarnos, lo cual nos mantiene activos y nos da motivos para no abandonarnos.
5. Nos proporciona información
La información es un recurso más, y pertenecer a un grupo, contando con la posibilidad de contactar con muchas personas, supone un importante capital social.
Esto, por ejemplo, hace que no necesitemos memorizar todo lo que necesitamos para vivir, ya que esta información queda repartida entre los individuos con los que tratamos (esto es lo que se conoce como memoria transactiva).
Desventajas de formar parte de un grupo
Si bien se considera que en el valance entre beneficios e inconvenientes los proimeros tienen más pesos que los segundos (entre otras cosas porque dependemos de las relaciones sociales para sobrevivir), es cierto que pertenecer a un grupo también tiene sus elementos negativos. Veamos cuáles son.
1. Riego de contagio
Los grupos son medios de contagio de epidemias. Sin embargo, en las sociedades modernas, el hecho de pertenecer a un grupo en el que se toman medidas de prevención adecuadas minimiza este riesgo, asumiendo que se puede no formar parte de un grupo y a la vez relacionarse con los demás.
2. Efecto de la presión social
Otra de las desventajas de pertenecer a un grupo es que el simple hecho de formar parte de uno nos expone más a la presión grupal, dado que el resto de sus integrantes comparten ciertas características con nosotros y a través de esta identificación se pueden legitimar iniciativas para crear uniformidad entre los individuos.
Por ejemplo, utilizando como excusa que todos los miembros del grupo comparten un idioma, se puede intentar asociar una vestimenta y una simbología que expresa esa identidad, haciendo que quienes no adopten esta estética queden señalados
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3. Penalización de la disidencia
Entra dentro de la dinámica de los grupos el utilizar castigos ejemplarizantes contra quienes antes formaron parte del colectivo y más tarde adoptaron comportamientos que se consideran contrarios a la identidad grupal.
4. Aparición de liderazgos por defecto
Otra de las desventajas de la pertenencia a los frupos es que si no nos esforzamos en evitarlo utilizando mecanismos democráticos, aparece un líder que tiene más poder que el resto en la toma de decisiones y el reparto de roles, independientemente de su grado de habilidad en la tarea a abordar colectivamente.
5. Enfrentamiento hacia el exterior
El sentimiento de pertenencia tiene varios grados de intensidad, y en los más extremos puede legitimar hostilidad hacia quienes no forman parte del grupo, solamente por estar fuera de sus límites.
Pero incluso cuando el sentimiento de pertenencia no es muy fuerte, el simple hecho de formar parte de uno suele predisponernos a no ser tan solidarios con quienes estar fuera de él.
Referencias bibliográficas:
- Asch, S. E. (1955). Opinions and social pressure. Scientific American, pp. 31 - 35.
- Sewell, W. H. (1989). Some reflections on the golden age of interdisciplinary social psychology. Annual Review of Sociology. 15.