El compartir con diferentes personas es muy enriquecedor; no obstante, las diferencias siempre conllevan exponerse a un error que es fácil de entender, pero difícil de asumir. Muchas veces se dicen cosas que no se querían decir, o se habla más de la cuenta, sin explicarse bien y generando grandes controversias; en ocasiones no es lo que se dice, sino cómo se dice, cómo se expresan esos sentimientos y emociones...
La comunicación es el único medio que se tiene para interactuar con el otro, y esta debe de ser asertiva, respetando esa diferencia que hay en el otro ser humano.
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Aprendiendo a ajustar nuestras estrategias comunicativas
Cada palabra que sale de nuestra boca, sale con una intención. Esta puede ser de destruir, edificar, herir, sanar e incluso de maldecir y bendecir, pero cada una forma parte de la comunicación que se tiene; no solo con la pareja, sino también con cualquier persona que se encuentre alrededor.
Hoy en día tenemos muchas maneras y medios de comunicarnos: verbalmente, con gestos (no verbal), cartas, chat, notas de voz, emoticones y más. Pero no se deja de comunicar; lo malo es que ahora la comunicación no está siendo asertiva, cada persona interpreta la información como desea, y es ahí donde hoy se tiene una gran problemática.
Todas las cosas se solucionan hablando. Sin embargo, por más palabras, maneras e intenciones de comunicarse que se tengan, si el receptor no está dispuesto a aceptar y analizar el punto de vista del otro (que es totalmente diferente) jamás se podrá comunicar de forma asertiva, jamás habrá una solución al inconveniente que exista, ya que la percepción de la otra persona está marcada por las circunstancias vividas.
Por eso, cabe destacar la importancia de tomar la decisión de ser empático cuando alguien habla al momento de comunicarnos; esto permitirá disfrutar de relaciones sanas, menos problemáticas y mucho más saludables.
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Pero … ¿Es fácil comunicarnos?
La verdad es que sí; sin embargo, hay que estar muy atentos a esa comunicación verbal y no verbal. Por ejemplo, un automóvil comunica con luces direccionales y estacionarias, cuando va a voltear, a parar o a estacionarse.
Cuando va a voltear a la derecha (por ejemplo) coloca la direccional hacia la derecha, pero ¿qué sucede cuando el conductor está entretenido y en vez de colocarla a la derecha la pone a la izquierda? Confundirá a los conductores que están detrás de él, generando en muchas ocasiones accidentes e incidentes en la vía, sólo por estar entretenido y no colocar la suficiente atención en lo que está transmitiendo. Pero si el conductor pone atención y transmite el mensaje adecuado, probablemente no cometerá ningún incidente y evitará muchos accidentes, ¡así de simple! Simplemente se falla porque el receptor está distraído, entretenido o pensando en la perspectiva que se tiene de la situación; de esa manera no logra comprender lo que el emisor le quiere transmitir.
Asimismo, cuando el emisor transmite información muchas veces lo hace con temor, llenándose de miles de suposiciones de cómo el otro puede pensar, suponer, reaccionar a esa información que en muchas ocasiones transforma la vida de ambos desde ese instante, por lo que se terminan omitiendo detalles importantes, dando una información a medias o totalmente diferente a lo que su corazón deseaba simplemente por miedo.
El miedo juega un papel fundamental en la comunicación, ya que vivimos en una sociedad donde se juzga a la persona que piensa diferente y no se permite expresar de manera libre sus sentimientos, deseos, sueños y emociones porque simplemente es una locura.
Interceptores de la comunicación son:
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Pensamientos ajenos a lo que se está hablando.
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Deseos y perspectivas de lo que se habla.
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Agentes externos: celular, televisión, música, videojuegos, quehaceres, personas.
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¡Cuestiónate!
- ¿Cuántas veces has sentido temor al decir algo porque quizás esa palabra, pensamiento o emoción puede acabar con tu relación interpersonal?
- ¿Cuántas veces ya no hablas, sino que actúas por inercia o costumbre?
- ¿Cuándo fue la última vez que manifestaste tus deseos, sin temor?
Si hablamos de pareja, la comunicación es vital para la existencia de este vínculo, ya que a medida que la relación va madurando, se hace más necesario el transmitir información.
Uno de tantos ejemplos: muchas parejas dejan de comunicar el deseo de tener intimidad y cuando llega el momento, simplemente se balancea sobre el otro, sin un preámbulo, sin un cortejo, sin antes preparar el terreno; quizás la pareja intimidada, no verbaliza sus deseos, sino que su silencio otorga los actos, y estos generan vacíos que nunca serán llenados.
¿Qué vacíos? El sentirse usada/o por su pareja y es ahí cuando las relaciones por la falta de comunicación empiezan a derrumbarse, consciente y/o inconscientemente por esta situación.
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Claves para una buena comunicación
- Mirar a los ojos cuando se habla
- Hablar sin temor y con amor
- Escucharse atentamente
- Buscar espacios para hablar
- No dejar pasar mucho tiempo para comunicar lo que sientes o lo que te incomoda.
- No comunicar las cosas en público
- Privacidad y límites
- Dejar prejuicios
- No juzgar
- Respetar diferencias
- Llegar a acuerdos
- Pregunta ¿me di a entender con lo que acabo de decir?
- Pedir perdón cuando sea necesario, perdonar y tener voluntad de cambio
Otra de las cosas fundamentales es el respeto; respetar las diferencias entre los sentimientos, emociones, ideas, ideales, sueños y puntos de vista del otro hará que toda relación sea saludable y la comunicación pueda ser asertiva. Muchas veces decimos algo y no nos damos a entender, es ahí donde se ve la importancia de preguntar si el mensaje que querías dar fue recibido de manera apropiada.
Caren Palacio Londoño
Caren Palacio Londoño
Psicóloga Clínica
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