En 1956 aparecía una colección de poemas que llevaban por título el curioso e inquietante título Howl (aullido). Se trataba de la primera obra de un joven poeta, Allen Ginsberg (1926-1997), que iba a marcar para siempre la trayectoria literaria de Estados Unidos, pues inauguraría la denominada Generación Beat, uno de los movimientos más reivindicativos del panorama americano de la década de 1950.
Howl no gustó a todos los sectores sociales. Su lenguaje descarnado y explícito provocó una avalancha de protestas que terminaron con la prohibición de la obra. Y es que eso eran los Estados Unidos de los 50: una sociedad que se vanagloriaba de modernidad pero que, en el fondo, seguía siendo puritana y rígida, encorsetada en sus más rancias costumbres.
¿Quién fue el autor de semejante bomba? ¿Qué fue la Generación Beat, y qué significó para la cultura norteamericana? Hoy te contamos la vida de uno de los autores más reivindicativos de Estados Unidos, Allen Ginsberg.
Breve biografía de Allen Ginsberg, el poeta más reivindicativo de la Generación Beat
Para formar parte de esta generación de escritores eran necesarias varias cosas. Entre ellas, mantener una extremada libertad sexual, buscar la inspiración en Oriente y realizar una acérrima denuncia a la sociedad estadounidense. Allen Ginsberg, uno de sus fundadores, cumplía todos y cada uno de estos “requisitos”, a los que se añadía el consumo habitual de drogas, como el peyote o el recién creado LSD, bajo la influencia de las cuales escribió algunos de sus poemas.
Ausencia materna
La ausencia de la madre, que pasó gran parte de su vida encerrada en un centro psiquiátrico, probablemente marcó la infancia del joven Allen. Años más tarde, cuando ya era un autor consagrado, le dedicó su obra Kaddish (1961), en la que desgrana todo el sufrimiento y describe con detalle la demencia materna.
Allen Ginsberg había nacido en Newark, Estados Unidos, en junio de 1926, hijo de Louis Ginsberg, profesor de inglés, y de Naomi Ginsberg, una profesora de escuela de origen ruso. Ambos eran judíos, religión de la que más tarde Allen abjuraría al convertirse en un budista convencido y practicante.
Ya desde muy niño, Allen Ginsberg se interesó por los libros e hizo gala de una sensibilidad y una inteligencia notables y poco comunes, lo que sin duda agravaría el impacto que la enfermedad de la madre ejerció en su espíritu. Ya adolescente entró en la Columbia University, en Nueva York, pero apenas un año después era expulsado de la institución junto a dos compañeros más: William S. Burroughs (1914-1997) y Jean-Louis Lebris de Kérouack (1922-1969), más conocido como Jack Kerouac.
El mundo todavía no lo sabía, pero estos tres jóvenes serían los que darían impulso a un nuevo movimiento poético, inspirado en los versos despiadados del enorme Walt Whitman (1819-1892), pero también en la belleza inalcanzable del modernismo y de un romanticismo lejano. El Edén perdido.
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La Beat Generation o el revulsivo americano
Al trío de Columbia se les unía también Lucien Carr (1925-2005), periodista comprometido que tuvo que desvincularse del grupo en 1944, cuando asesinó a un amigo en una pelea callejera y, declarado culpable, tuvo que entrar en un reformatorio. Se unen entonces a los Beat Neal Cassady (1926-1968) y, más tarde, entre muchos otros, Herbert Huncke (1915-1996), Carl Solomon (1929-1993) y Peter Orlovsky (1933-2010), que fue durante casi cuatro décadas la pareja de Allen.
La homosexualidad libre es precisamente una de las reivindicaciones de la generación y de Ginsberg en particular. La idea era cambiar los cánones de la sociedad estadounidense y revolucionarla desde sus cimientos. Por ello, la Beat Generation o Generación Beat siempre proclamó la libertad sexual como elemento básico e indispensable para la auténtica libertad del individuo.
Además de ello, los componentes de la generación clamaban contra las irregularidades e injusticias del gobierno de Estados Unidos, especialmente contra las numerosas guerras que se estaban llevando a cabo (Vietnam fue un auténtico referente en este sentido). Allen Ginsberg en particular era un profundo antimilitarista, además de anticapitalista declarado. Su abierta adhesión al comunismo le comportó bastantes problemas con el siempre vigilante gobierno estadounidense (en 1984, por ejemplo, fue incluido en una lista de ciudadanos a los que se les prohibía terminantemente viajar al extranjero).
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El “Aullido”
A pesar de que los integrantes del grupo llevaban desde la década de 1940 escribiendo y colaborando, fue la década de 1950 la que consolidó a la Generación Beat, a través de la publicación de las primeras obras de sus autores más importantes. En 1951 Jack Kerouac publicó On the road (En el camino), una controvertida obra que escribió en tan solo veinte días y que incluso el mismo Allen Ginsberg le recomendó no publicar. Por su parte, Burroughs dio al público, en 1959, Naked lunch (El almuerzo desnudo), calificada igualmente de obscena y prohibida en Boston hasta 1966.
A mediados de la década, en 1956, Allen Ginsberg publica su famoso Howl, el “Aullido”. La primera línea de la obra ha pasado a la historia de la literatura como una de las más demoledoras: I saw the best minds of my generation destroyed by madness (“vi a las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura”). Los ecos de Whitman son evidentes, así como la poesía casi infernal de William Blake (1757-1827), del que Ginsberg también toma inspiración. No en vano, en su menos conocida faceta de compositor, Allen musicalizó algunos de los poemas del británico, como Songs of Innocence.
El poema recoge también la pulsión rítmica del jazz, que imbuye prácticamente toda la creación Beat de la época. No en vano, la palabra que designa al grupo hace referencia tanto al ritmo jazzístico como a la expresión usada para mostrar tristeza profunda o cansancio, beat down. El concepto Beat designa, pues, un golpe duro que deja al individuo absolutamente aniquilado. Y eso es, precisamente, lo que los miembros del grupo consideraban que hacía la sociedad americana.
Howl está considerada una de las obras principales de la Generación Beat (a pesar de que el mismo Ginsberg declaró más tarde no pertenecer a ella), y el revuelo social que causó contribuyó a aumentar su fama y la de su autor. La “obscenidad” de sus versos provocó que la obra fuera llevada a juicio. Ginsberg y otros autores protestaron contra ello, amparándose en la Primera Enmienda de la Constitución americana, que recoge especialmente la libertad de expresión. Finalmente, la prohibición fue levantada y el libro pudo ser comercializado.
Buscando respuestas en Oriente
Otra de las características esenciales de la Generación Beat (y que Ginsberg practicó hasta el final) fue el acercamiento a Oriente, en búsqueda de respuestas espirituales que la sociedad occidental no podía ya ofrecer. En concreto, Allen fue seguidor de Chögyam Trungpa, un maestro budista tibetano. En general, su vida se basaba en una supuesta austeridad que se reflejaba en su ropa, comprada de segunda mano, o su estilo de vida errante a partir de 1960, fuera de Estados Unidos.
El ideario Beat tuvo una vida mucho más larga que la década en la que vio la luz y se formó. Sus miembros siguieron escribiendo y luchando contra las actividades bélicas de Estados Unidos, así como por la libertad sexual y de expresión, hecho que influyó notoriamente en los movimientos posteriores, como, por ejemplo, el movimiento hippie.
De la misma forma, el acercamiento a Oriente, en una huida desesperada del “hastío occidental”, fue característico también de las nuevas manifestaciones espirituales que se iniciaron a finales de la década de 1960 y tuvieron su gran apogeo en la de 1970.
The Fall of America (La caída de América), publicada en 1973 y de nombre más que explícito, es probablemente la obra de Ginsberg más política, en la que el siempre despiadado poeta se aleja un tanto del leitmotiv sexual y se centra en temas sociales candentes, como, por ejemplo, la Guerra de Vietnam, el gran revulsivo de la sociedad americana de principios de los 70.
Considerado un auténtico símbolo de los movimientos juveniles de mediados del siglo XX, y con una más que polémica vida a sus espaldas y una obra no menos controvertida, Ginsberg falleció en abril de 1997, a punto de cumplir los 71 años. Un cáncer hepático se llevaba para siempre al poeta más reivindicativo del siglo XX de Estados Unidos.