La literatura es una de las expresiones más genuinas y antiguas del ser humano. Porque, si bien los primeros testimonios escritos son relativamente recientes, no existen dudas de que, con anterioridad a dejarlos por escrito, nuestra especie ya contaba historias y las transmitía oralmente de generación en generación.
Entre este tipo de literatura arcaica encontramos no sólo los relatos míticos y épicos, relacionados con dioses y héroes, sino también los primeros indicios de poesía, estrechamente relacionados con la religiosidad (himnos, cánticos a los dioses, plegarias, etc.).
Vamos a hacer un breve repaso a los tipos de literatura más importantes que existen; los examinaremos desde una perspectiva histórica y detallaremos sus características más importantes.
Los principales tipos de literatura (clasificados)
Fue Aristóteles quien, en el siglo IV, clasificó por primera vez los testimonios literarios en su obra Poética. A grandes rasgos, el filósofo dividía la literatura de su tiempo en cuatro grandes grupos de categorías de literatura: la épica, la lírica, la dramática y la didáctica. Esta clasificación se ha mantenido más o menos estable en el tiempo, aunque ha sido objeto de algunas modificaciones.
Vamos a ver, pues, en qué consiste la división aristotélica, una de las primeras maneras (y, probablemente, la más habitual) de dividir los tipos de literatura.
1. La literatura épica o narrativa
Aristóteles incluía en la épica las narraciones que versaban sobre hechos, tanto verídicos como ficticios. En otras palabras, se trata de textos que cuentan historias. En este tipo de literatura se incluirían, por supuesto, obras como la Ilíada o la Odisea, también susceptibles de ser clasificadas como poesía épica o epopeya por su lirismo.
1.1 La novela
La literatura épica o narrativa cuenta con un claro ejemplo en la contemporaneidad: la novela. Este subgénero es, por lo general, un relato extenso y complejo, que cuenta con numerosos personajes y diversos nudos argumentales que se resuelven a lo largo de varias páginas.
El origen de la novela es el Roman medieval, novelas de caballerías escritas en lenguas romances (de ahí el nombre). Sin embargo, la novela “contemporánea” no surgió hasta el siglo XIX, y se consagró definitivamente como el género narrativo por excelencia. De este glorioso siglo de la novela nos quedan autores maravillosos como León Tolstoi, Fédor Dostoyevski, Benito Pérez Galdós, Mary Anne Evans, las hermanas Brontë o Émile Zola, seguido de un largo (larguísimo) etcétera.
1.2 El cuento o relato corto
Por el contrario, el cuento o relato tiene una estructura más simple, cuenta con menos personajes y, por supuesto, es mucho más corto.
Este tipo de narrativa siempre ha sido muy popular, y son numerosos los autores que han alcanzado fama con recopilaciones de cuentos o relatos. Es el caso de Edgar Allan Poe (1809-1849), Julio Cortázar (1914-1984), Franz Kafka (1883-1824), Emilia Pardo Bazán (1851-1921) o Alice Munro (1931), entre muchísimos otros.
Es necesario distinguir el cuento tradicional del relato de un autor o autora concretos. Así como el primero es fruto de la tradición oral y se asemeja a menudo a la fábula y al mito por su contenido moralizante, el segundo es un producto de la imaginación de un escritor, y no tiene por qué tener ninguna intención educadora.
1.3. La fábula
Otro de los grandes tipos de literatura englobados en el ámbito de la narrativa es la fábula. A pesar de que este subgénero podría incluirse en el punto anterior, consideramos importante separarlo, dadas las características concretas que la fábula posee. Se trata de un cuento generalmente protagonizado por animales que tiene un alto contenido pedagógico o moral (por lo que, en algunas clasificaciones, podemos encontrarlo en la literatura didáctica).
La fábula es un recurso muy utilizado desde la antigüedad para tratar temas éticos y morales. Famosas son las archiconocidas fábulas de Esopo (s. VI a.C.), y, en tiempos más recientes, las del fabulista español Félix María de Samaniego (1745-1801). Este último es un claro ejemplo del uso de la antigua fábula para transmitir las ideas de la Ilustración, cuya vocación educadora se transmitía a la perfección con este tipo de narraciones.
2. La literatura lírica
En esta segunda clasificación aristotélica se incluyen las obras que, más que transmitir unos hechos, lo que pretenden es mostrar toda la subjetividad del autor o el cantor. El género lírico es el género subjetivo por excelencia, caracterizado por recursos embellecedores y potenciadores de este sentir, como las metáforas, las comparaciones, las hipérboles, etc.
Este tipo de literatura se puede dividir en muchísimos subgéneros; aquí solo reseñaremos los más importantes.
2.1. La oda
Muy habitual desde la antigüedad, la oda pretende alabar las cualidades de un personaje, de un lugar, de una idea, de un hecho… Comparado con el resto de tipos de literatura, su tono es elevado y solemne, cargado de una admiración y enaltecimiento evidentes.
La Oda a la alegría de Friedrich Schiller (1759-1805), musicalizada más tarde por Beethoven, es una de las más conocidas. En ámbito hispano, tenemos las odas Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo, en las que canta alabanzas a la Virgen María, o las numerosas odas de Fray Luis de León.
2.2. La elegía
La elegía se caracteriza por su tono triste y, a menudo, desesperado, pues canta a la muerte o la partida de alguien. Es un subgénero lírico muy habitual para recordar a ilustres personajes fallecidos, como demuestra el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, de Federico García Lorca (1898-1936), o la archiconocida Elegía a Ramón Sijé, de Miguel Hernández (1910-1942).
2.3. La canción
Es un tipo de creación poética que canta generalmente al amor. Tiene origen provenzal, y estuvo muy en boga durante la época de los juglares y trovadores, aunque, más tarde, autores como Francesco Petrarca (1304-1374) recogieron su legado con obras como su Cancionero. Avanzado el tiempo, la canción dio origen al soneto.
2.4. El epigrama
Se trata de un subgénero lírico poco conocido en la actualidad, pero muy habitual en la antigua Grecia. El epigrama es una composición muy corta que resalta las cualidades de un personaje. En la antigüedad se solían grabar los epigramas en las estatuas o lápidas, de ahí el nombre, epigrama, “escribir encima”. Los epitafios de las tumbas provienen sin duda de este tipo de poesías.
3. La literatura dramática
Este tipo de literatura hace referencia, obviamente, al teatro, actividad muy en boga durante la época de Aristóteles. Efectivamente, el teatro nació y se formó en Grecia y, más tarde, fue tomando la forma que conocemos actualmente.
3.1. La tragedia
Aristóteles distinguía dos tipos de géneros teatrales: la tragedia y la comedia. La primera, cuyo nombre significa literalmente “canto del macho cabrío” (pues el teatro estaba relacionado en sus orígenes con los rituales de Dionisos), engloba composiciones de carácter solemne y serio, generalmente con un final oscuro del que se puede extraer una enseñanza moral. Algunas de las tragedias griegas más famosas son la trilogía de Edipo Rey, de Sófocles.
3.2. La comedia
Por el contrario, la comedia gira en torno a la risa y a la crítica y tiene un carácter mucho más alegre. El autor de comedia por excelencia de la antigüedad griega es Aristófanes, con obras como Lisístrata o Las nubes.
3.3. El drama
Actualmente, se habla de un tercer subgénero teatral que conforma otro de los tipos de literatura: el drama. Como la tragedia, presenta situaciones complicadas y conflictivas, pero, a diferencia de ella, no está relacionado con historias mitológicas ni tiene por qué contener ninguna enseñanza moral.
En otras palabras; el drama es algo más bien íntimo, de un determinado grupo de personas (o incluso de una sola), mientras que la tragedia tiene resonancias a nivel universal. Algunos autores de dramas escénicos son el sueco Henrik Ibsen (1828-1906) y el estadounidense Tennessee Williams (1911-1983).
4. Literatura didáctica
El género didáctico otorga importancia al mensaje, no a la manera de expresarlo. Es decir, el autor expresa un punto de vista y, a menudo, intenta convencer al lector, pero para ello suele utilizar un lenguaje claro y directo, sin la retórica y los adornos que pudieran tener otro tipo de obras. En la época de Aristóteles era un género muy importante, puesto que ponía en juego la capacidad de oratoria del autor.
4.1. El ensayo
Es uno de los subgéneros didácticos más habituales. Escrito en prosa, se trata de una exposición clara de una idea. A pesar de exponer su propia opinión, el autor está debidamente documentado del tema en cuestión, y no hay espacio para la invención ni la fantasía. Actualmente, es uno de los géneros de no-ficción más populares.
Los ensayos pueden ser de tipo literario, artístico, histórico, científico, filosófico… Cualquier tema es susceptible de ser estudiado y analizado. Algunos ejemplos de ensayo son los Ensayos sobre moral y política, de David Hume (1711-1776) o el Ensayo sobre el origen de las lenguas, de Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), ambos de la época de la Ilustración, uno de los periodos que más valoró el ensayo.
Sin embargo, no solo el siglo XVIII vio florecer este tipo de literatura: en el siglo XIX encontramos, por ejemplo, a Marcelino Menéndez Pelayo (1856-1912), con obras como su monumental Historia de las ideas estéticas en España, y, ya en el siglo XX, Luis Araquistáin (1886-1959), con obras como Sobre la Guerra Civil y en la emigración.
4.2. La biografía
De tono académico, habitualmente sin adornos literarios, la biografía es la narración de la vida de una persona. El autor de la biografía nunca es el mismo que el personaje en el que se profundiza; de lo contrario, estaríamos hablando de una autobiografía.
La biografía es una manera perfecta de conocer los detalles de la vida de alguien, bien sea un personaje histórico, un cantante, un actor, etc. El autor de la biografía debe estar muy bien documentado, puesto que no se trata de una novelización de la vida de la persona (eso entraría en el subgénero de novela), sino que la idea es transmitir de forma objetiva todo lo relacionado con su vida y su obra.