La filosofía existencialista constituye un modelo de pensamiento que se centró en el estudio y reflexión de la condición humana, en la libertad de las personas y en sus responsabilidades como individuos; así como en las emociones y el sentido de la vida.
Esta corriente se originó en el siglo XIX y se extendió hasta la segunda mitad del siglo XX, siendo Karl Jaspers uno de sus creadores y un gran defensor de esta. Además de ser uno de los grandes impulsores del existencialismo, este filósofo y psiquiatra alemán influyó enormemente tanto en la psicología y en la filosofía como en la teología. Este artículo se centrará justamente en la historia de su vida, la biografía de Karl Jaspers, así como en sus contribuciones a diferentes disciplinas de conocimiento.
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¿Quién fue Karl Jaspers? Biogradía y trayectoria
Nacido en Oldenburg, el 23 de febrero de 1883, Karl Theodor Jaspers fué un célebre psiquiatra y filósofo cuya influencia en la psiquiatría y la filosofía moderna lo ha llevado a aparecer en todos los libros de la historia de ambas disciplinas.
Este popular pensador alemán estudió y se doctoró en medicina en la universidad de su ciudad natal en 1909. Sus inicios en el mundo laboral comenzaron en el hospital psiquiátrico de la Universidad de Heidelberg, conocida por haber sido el lugar de trabajo del psiquiatra Emil Kraepelin solamente unos años antes.
Pero a Jaspers no le agradaba la manera en que la sociedad científica del momento trataba la investigación de las enfermedades mentales, por lo que desde aquel entonces su objetivo residiría en cambiar la perspectiva de estas investigaciones. Esta necesidad le hizo instalarse de forma temporal como profesor de psicología en esa misma universidad. Finalmente, se convirtió en permanente y no regresando nunca a la práctica clínica.
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Exilio por la guerra y regreso a Alemania
Llegado el auge del nazismo, Jaspers tuvo que apartarse de la dirección de la universidad, puesto que su oposición al sistema y el origen judío de su mujer le costaron la expulsión fuera del campo de la enseñanza, sin poder regresar hasta concluir el mandato de Hitler. Tras la caída del dominio nazi, el médico convertido en profesor fue capaz de recuperar su puesto y, además, colaborar en la recuperación de la enseñanza alemana.
En esta época pudo volver a gozar de una vida pública bien integrada en la sociedad alemana. En el año 1947 fue galardonado con el premio Goethe, y en 1959 recogió el premio Erasmo por su contribución a la recuperación de Europa.
Últimos años de vida y muerte en Basilea
Durante su estancia en Heidelberg, Karl Jaspers se sintió sumamente desengañado por el contexto político alemán y en 1948 se marchó a la Universidad de Basilea. Finalmente, en 1961 se retiró de la enseñanza debido a su avanzada edad.
Jaspers puso en tela de juicio la democracia de la República Federal Alemana en su obra El Futuro de Alemania, escrita en 1966. Debido a la no muy buena acogida que esta obra tuvo entre la clase política, Jaspers se vio obligado a adoptar la nacionalidad suiza en 1967, falleciendo en la misma ciudad de Basilea un par de años más tarde.
Se le adjudicó el título de Doctor honoris causa en distintas universidades, entre ellas la Universidad de París, la de Heidelberg o la de Basilea. Además fue socio honorífico de diversas comunidad científicas, incluso en España donde participó en la Sociedad de Medicina Forense de Madrid.
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Aportaciones de Jaspers a la psicología y la psiquiatría
Como se menciona anteriormente, Jaspers nunca estuvo del todo de acuerdo con la forma en que la sociedad médica entendía las enfermedades mentales, creando una discusión continua sobre si tanto los criterios diagnósticos como los métodos clínicos usados en psiquiatría eran realmente los adecuados.
Asimismo, en 1910 elaboró un ensayo transformador en el que consideraba la posibilidad de que paranoia fuese un producto de alteraciones biológicas o si constituía otro matiz de la personalidad. Aunque en este asunto no llegó a contribuir en gran medida, sí que supuso la creación de un nuevo procedimiento para el estudio de la psicología humana.
Este nuevo cambio radicó en examinar y registrar los datos biográficos del paciente y la manera en que este se percataba y sentía sus propios síntomas. Esta nueva fórmula de trabajo pasó a ser conocido como el método biográfico, método que actualmente aún se conserva en la práctica psicológica y psiquiátrica.
Karl Jaspers y el estudio de los delirios
Una de citas más célebres de Jaspers fue: “el estudio del ser psíquico requiere de una psicología explicativa, una psicología comprensiva y una descripción de la existencia”. Desde este punto de vista, la psicología debía dar respuesta a varios frentes de preguntas que tienen que ver con la vida mental.
Igualmente, Jaspers pensaba que se debía proceder de igual modo en el diagnóstico de los delirios, considerando la forma en la que el paciente se sostenía en estas creencias y no solo el contenido de estas. A partir de esto distinguió entre dos tipos de delirios: los delirios primarios y los delirios secundarios:
1. Delirios primarios
Estos surgían sin un motivo evidente, haciéndose indescifrables dentro del marco de la normalidad y sin un argumento razonable tras ellos.
2. Delirios secundarios
Dichos delirios parecían estar relacionados con la historia vital de la persona, con su contexto en el momento presente o con su estado mental.
Una psiquiatría centrada en las formas
Finalmente, Jaspers plasmó su visión de las enfermedades mentales en la obra Psicopatología General (1913), obra que se convirtió en un clásico de referencia dentro de la bibliografía psiquiátrica y cuyas pautas de diagnóstico han servido de inspiración para los procedimientos de diagnósticos modernos.
El aspecto más relevante de estos trabajos fue la idea de que la opinión en el diagnóstico psiquiátrico debía basarse más en la forma que en el contenido. Un ejemplo válido es que ante el diagnóstico de una alucinación, es más importante la forma en la que dicha alucinación se presenta (visual, auditiva, etc.) que el contenido de esta.
Aportaciones a la filosofía
Habitualmente se ha incorporado el pensamiento de Jaspers a la filosofía existencialista. El motivo es que en la base de sus ideas se hallan la filosofía de Kierkegaard y Nietzsche, siendo las reflexiones sobre la libertad personal muy características de su trabajo.
En su obra de tres volúmenes Filosofía (1932), Jaspers retrata su forma de ver la historia de la filosofía, incluyendo además sus tesis más relevantes. En ellas establece que cuando dudamos de la realidad sobrepasamos la frontera que el método científico no puede cruzar. Llegada a este lugar, la persona tiene dos alternativas: resignarse o lanzarse hacia lo que Jaspers denomina como “trascendencia”.
Para Jaspers, la “trascendencia” es aquello que la persona encuentra más allá del tiempo y el espacio. De esta forma, la persona examina su propio albedrío, al cual Jaspers llama “existenz”, y consigue así vivir realmente la verdadera existencia.
Por lo que respecta a las religiones, Jaspers censuró cualquier dogma religioso, lo cual abarca incluso la existencia de un Dios. Sin embargo, también dejó una marca importante en la teología moderna mediante sus filosofía de la trascendencia y las fronteras de la vivencia humana.
Asimismo, Jaspers reflexionó sobre el impacto que la ciencia, la política y la economía moderna suponían como desafío para la libertad de las personas. Este es un debate que aún hoy en día resulta de total actualidad.