Cuando pensamos en biólogos de renombre, el primero que nos viene a la mente en todos los casos es un hombre de semblante serio y tupida barba: Charles Darwin. No es para menos, pues este científico tan influyente postuló la teoría de la selección natural, ampliamente aceptada y, aunque matizada, irrefutable a día de hoy. Gracias a él sabemos que en la naturaleza prima la supervivencia del más apto, y que las imposiciones del ambiente favorecen la aparición y descarte de ciertos caracteres en las poblaciones de seres vivos.
Si nos movemos al terreno de la genética, puede que pensemos en Gregor Mendel, aquél fraile agustino que, con unos guisantes y una mente inusitada, postuló las leyes de Mendel en las que a día de hoy aún se sustentan las bases de la herencia genética. Sin abandonar el genoma, puede que se nos vengan a la mente también Watson y Crick, descubridores de la doble hélice de ADN, no sin múltiples controversias sociales que aún tenemos presentes en la actualidad.
Estos son algunos de los nombres más reconocidos en el mundo de la biología: como verás, casi todos son hombres que vivieron en épocas pasadas, pero existen miles de ejemplos más igual de importantes, a pesar de haber permanecido en las sombras de la cultura popular. Es el caso de Lynn Margulis, una bióloga, científica y divulgadora de renombre, que vivió con nosotros hasta el año 2011. Si quieres conocerlo todo sobre ella, sigue leyendo, pues aquí encontrarás una biografía de Lynn Margulis.
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Breve biografía de Lynn Margulis
Lynn Margulis nació el 3 de marzo de 1938, en Chicago, Estados Unidos. Desde joven ya mostraba tintes de genialidad, pues se licenció con honores en la universidad de Chicago en el año 1957, en la que fue aceptada a los 15 años de edad. Curiosamente, la primera carrera que estudió esta científica fue Artes Liberales, aunque luego acudió a la universidad de Wisconsin para (ahora sí) estudiar biología. En el año 1960, obtuvo un máster en genéticas y zoología.
Su primera publicación como “científica novel” fue ideada en conjunto con su mentor, Walter Pault, la cual vio la luz en el año 1958, en la revista profesional Journal of protozoology. En ella abordó cuestiones genéticas en el género Euglena, unos protistas unicelulares flagelados de pequeño tamaño.
Tras acabar con su máster en el año 1960, Margulis se trasladó a la universidad de California (Berkeley), para cursar y obtener un doctorado especializado en genética. La tesis defendida que le otorgó el cargo de doctora seguía la línea de investigaciones que comenzó en su máster, pues se titulaba An Unusual Pattern of Thymidine Incorporation in Euglena, en la que exploraba al mismo género de microorganismos antes nombrados. Su trabajo doctoral fue finalizado en la universidad de Brandeis (Massachusetts) en el año 1965, pues allí es donde obtuvo su primer puesto laboral asociado a la investigación.
Una vez doctorada, Lynn Margulis se unió al equipo de docencia de la Universidad de Boston en el año 1966, en la que estuvo impartiendo clases de biología como profesora durante 22 años. Tras su labor como docente, recibió los títulos de “profesora distinguida en botánica” y “profesora distinguida en biología”, en los años 1988 y 1993, respectivamente. Se movió al departamento de geociencias en el año 1997, donde se mantuvo en su posición honorífica hasta que murió de un accidente cerebrovascular en el año 2011.
Pensamiento y corrientes
Lynn Margulis se casó con Carl Sagan, tuvo dos hijos y se divorció para casarse nuevamente con Thomas N. Margulis, un cristalógrafo. No nos hace falta saber demasiado sobre la vida personal de esta eminencia, pues vemos de mucho más interés reflejar la importancia de su obra y pensamiento. Todos tenemos una vida personal, pero esta no suele definir la impronta ideológica que dejamos en la cultura común.
Durante la mayoría de su carrera como científica, Margulis fue tildada por sus compañeros como “extremista”, pues no estaba nada de acuerdo con las ideas neodarwinistas que, en su mayoría, basan los mecanismos evolutivos de la “supervivencia del más fuerte”. En sus propias palabras: “Natural selection eliminates and maybe maintains, but it doesn't create (la selección natural elimina y puede mantener, pero no crea)".
Margulis era una acérrima defensora de la simbiosis como motor evolutivo, es decir, que la asociación de diferentes organismos (tanto si es favorable como si es deletérea) es la causa de cambio y adaptación más importante en la naturaleza. En estos términos, acuñamos el término “simbiosis” como cualquier relación entre dos o más seres vivos, sea esta buena (simbiosis al uso), indiferente para una de las partes (comensalismo) o deletérea para el hospedador (parasitismo).
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Margulis y la teoría endosimbiótica
Con base en estas premisas, Margulis postuló la teoría endosimbiótica o endosimbiosis seriada en diversos artículos, publicaciones y libros científicos, como los siguientes: On the origin of mitosing cells (1967), Origins of Eukaryotic Cells (1975) y Symbiosis in Cell Evolution (1981). En estos documentos, esta eminencia defendió que el paso de célula procariota a la célula eucariota se produjo mediante la incorporación simbiogenética de ciertas bacterias.
No sin razón, Margulis comparó la estructura y funcionalidad de mitocondrias y cloroplastos (orgánulos presentes en el citoplasma de las células eucariotas) con la naturaleza de las células procariotas, es decir, bacterias y arqueas.Las semejanzas son obvias, pero te presentamos algunas de las más llamativas en la siguiente lista:
- Las mitocondrias presentan 1 micrómetro de diámetro y 8 µm de longitud. Algunos tipos bacterianos pueden alcanzar hasta 10 µm, así que no es descabellado equiparar ambos tamaños.
- El ADN de las mitocondrias y bacterias es extremadamente parecido. La información genética de ambas se almacena, de forma general, en un único cromosoma circular sin membrana nuclear.
- Estos orgánulos son capaces de sintetizar proteínas propias para mantenerse, tal y como hacen los microorganismos procariotas.
- Los ribosomas de las bacterias se conocen como 70s, es decir, son de menor tamaño que los presentes en las células eucariotas. Pasa lo mismo en mitocondrias y cloroplastos.
Como puedes ver, las similitudes son ineludibles, y ni siquiera las hemos abordado todas. De todas formas, cabe destacar que, por mucha autonomía aparente que presenten las mitocondrias, la mayoría de las proteínas que estas necesitan para realizar sus funciones provienen de los ribosomas del citosol, es decir, de la célula hospedadora.
Si acudimos a investigar el genoma bacteriano, veremos que, por ejemplo, E. coli cuenta con unos 4.000 genes diferentes. Por otro lado, el genoma mitocondrial ha quedado con la ínfima cantidad de 37 genes codificantes, en comparación con los 25.000 presentes en el núcleo de las células humanas.
Todo esto quiere decir que, a pesar de los claros beneficios para los posibles primordios mitocondriales, estas bacterias han tenido que rechazar gran parte de su autonomía a lo largo de la evolución para adaptarse de forma excelsa a su hospedador: la célula eucariota. Por ello, su carga genética es extremadamente baja y la mayoría de los materiales necesarios para su permanencia provienen del citosol celular.
De todas formas, esta teoría está ampliamente aceptada a día de hoy y parece prácticamente indiscutible. Con las técnicas genéticas disponibles en la actualidad, se ha descubierto que el genoma de las bacterias está filogenéticamente asociado a las proteobacterias rickettsias, mientras que los cloroplastos muestran estrechas similitudes con cianobacterias, bacterias procariotas fijadoras de nitrógeno. Las múltiples evidencias presentes a día de hoy hacen que la endosimbiosis de Margulis sea algo tan aceptado como la propia selección natural en la comunidad científica.
Resumen
A pesar de la cimentación de la teoría endosimbiótica, Margulis también destacó por otras muchas cosas más, como su devoción por la enseñanza, sobre todo en las regiones más desfavorecidas. Fue una docente excelente, que volcó su vida y expectativas en dejar su legado presente en todas las generaciones venideras a través de la obtención de conocimiento.
Figuras como esta nos demuestran que, efectivamente, la historia está llena de mujeres más que capaces y hábiles. Por desgracia, normalmente sus contrapartes masculinas siguen llevándose todos los méritos, pero mientras sigamos escribiendo y leyendo sobre estas eminencias femeninas, la voz y presencia de las genias contemporáneas continuará entre nosotros. En el siguiente apartado, te dejamos algunas de sus obras, para que puedas aprender de ella de primera mano.
Referencias bibliográficas:
- Lovelock, J. E., & Margulis, L. (1974). Atmospheric homeostasis by and for the biosphere: the Gaia hypothesis. Tellus, 26(1-2), 2-10.
- Margulis, L., & Fester, R. (Eds.). (1991). Symbiosis as a source of evolutionary innovation: speciation and morphogenesis. Mit Press.
- Margulis, L., & Sagan, D. (2003). Captando genomas: una teoría sobre el origen de las especies. Barcelona: Kairós.
- Margulis, L. (1971). Symbiosis and evolution. Scientific American, 225(2), 48-61.
- Margulis, L. (1981). Symbiosis in cell evolution: Life and its environment on the early earth.
- Margulis, L. (1993). Symbiosis in cell evolution: microbial communities in the Archean and Proterozoic eons.
- Margulis, L. (1996). Archaeal-eubacterial mergers in the origin of Eukarya: phylogenetic classification of life. Proceedings of the national academy of sciences, 93(3), 1071-1076.
- Margulis, L. (2002). Una revolución en la evolución (Vol. 20). Universitat de València.
- Margulis, L. (2012). Lynn margulis: The life and legacy of a scientific rebel. Chelsea Green Publishing.