Así es como la adicción al uso del smartphone está creciendo entre los jóvenes

Una de las características de la sociedad actual es el aumento del uso problemático del smartphone.

Así es como la adicción al uso del smartphone está creciendo entre los jóvenes
Pexels
Vibra Barcelona - Evento de bienestar femenino

Paula llega a la reunión familiar y apenas saludó a su tía. Tiene 14 años, ya ni siquiera se divierte hablando y jugando con sus primas, como solía hacerlo. Durante todo el encuentro, estuvo aislada, mirando el smartphone, dándole más importancia a desconocidos que a su gente amada.

Al final, no se trata solo de que se quede en una esquina con el teléfono durante una comida familiar, sino de lo que eso representa. Cuando el móvil empieza a desplazar actividades importantes, responsabilidades o incluso cosas que antes les gustaba hacer, entonces sí hay que prestar atención.

Empieza hoy tu viaje de bienestar

Accede a una amplia red de psicólogos calificados. Empatía y experiencia a tu servicio.

Encuentra psicólogos cerca de ti

Y, sí, hay que aceptarlo: la adicción al uso del smartphone está creciendo entre los jóvenes. Pero, ¿qué hacer frente a esto? ¿Cómo podemos acompañar sin juzgar? De eso hablamos hoy.

La adicción al smartphone en jóvenes: una señal que no podemos ignorar

Cada vez hay más señales de alarma sobre cómo el uso excesivo del móvil está afectando a personas adolescentes. No hablamos solo de estar mucho tiempo en redes o de mirar videos por horas. Hablamos de un uso que interfiere con el sueño, con las relaciones cercanas, con la capacidad de estar presente en la escuela, o incluso con el propio bienestar emocional.

Según datos de la Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES), entre 2014 y 2021 aumentó notablemente el porcentaje de adolescentes que siguen conectados aunque quieran dejar de estarlo. En 2014, el 16% admitía esa dificultad; para 2021, ya era el 27%. También subió la cantidad de quienes duermen menos porque se quedan usando el móvil, pasando del 14% al 21,5%.

Además, la diferencia por género es clara: mientras que en 2014 el 19% de las chicas y el 14% de los chicos mostraban señales de adicción, en 2021 la cifra de chicas se disparó al 34,5%, mientras que en los chicos se estancó alrededor del 19%.

Todo esto no se queda solo en números. También impacta en lo que viven día a día: más cansancio, más distracción en clase, más dificultad para mantener vínculos sanos y más conflictos en casa. Y, aunque muchas personas jóvenes no se consideran adictas, sí reconocen que su uso del móvil afecta áreas importantes de su vida.

Cómo se ve la adicción al smartphone

Pero, ¿realmente se puede hablar de adicción? Aunque no todos los manuales de diagnóstico lo reconocen como tal, ya hay muchos especialistas que lo abordan como una adicción conductual. Es decir, no hay una sustancia, pero sí hay una relación de dependencia.

Hay señales claras: ansiedad cuando no se tiene el móvil, dificultad para dejarlo aunque se quiera, pérdida de interés por actividades que antes gustaban, cambios en el sueño y en el humor.

También puede haber irritabilidad, nerviosismo o frustración cuando no se puede acceder a internet. A esto se suma la presión constante de estar disponible, de responder rápido, de no “perderse” nada (lo que se conoce como FOMO). Y, claro, las redes sociales están diseñadas para eso: para mantenernos ahí, haciendo scroll, sin que nos demos cuenta del tiempo que pasa.

Lo más preocupante es que, a largo plazo, esto afecta la salud mental. Se han vinculado los altos niveles de uso del móvil con síntomas de depresión, ansiedad, alteraciones del sueño, incluso ideación suicida. Y no es solo por lo que se ve, sino por lo que se deja de vivir fuera de la pantalla.

Qué se puede hacer para acompañar este proceso

Entonces, ¿cómo se puede ayudar a los jóvenes sin volverse policía del móvil ni crear más distancia? Hay formas de abordar esto que no necesitan gritos ni castigos, sino más bien conexión real y ganas de entender qué está pasando.

1. Conversar sin acusar

Empezar por hablar, pero de verdad. Preguntar cómo se siente con su uso del móvil, si alguna vez ha querido parar y no ha podido, o si siente que algo cambió últimamente. No es necesario tener todas las respuestas, pero sí estar dispuesto a escuchar sin dar sermones.

2. Poner límites claros, pero sin rigidez

Acuerdos mejor que órdenes. Se puede proponer juntos a qué hora dejar el móvil, en qué momentos desconectarse, o qué espacios en casa serán libres de pantallas. La idea es que los límites tengan sentido para ambas partes y no se vivan como un castigo.

3. Abrirle la puerta a otras actividades

A veces el problema no es solo el móvil, sino que no hay otra cosa que entusiasme. Se vale probar distintas opciones hasta que algo prenda: una clase, un deporte, salir a caminar, ver una serie juntos, cualquier excusa que saque del bucle digital por un rato.

4. Observar con atención, no con control

No hace falta espiar chats ni revisar cada app. Basta con prestar atención a las señales: cómo duerme, cómo está de ánimo, si dejó de hacer cosas que antes disfrutaba. El ojo está en acompañar, no en invadir.

5. Hablar de lo que pasa por dentro

Muchas veces, el móvil termina siendo una supuesta solución temporal para problemas más graves: sentirse inseguro, estar pasando por un bajón, o simplemente no saber qué hacer con el tiempo libre. Conversar sobre estas cosas sin minimizar lo que siente ya es un gran paso.

6. Ser coherente con lo que se pide

No se puede pedir que suelte el móvil si quien está al frente no lo suelta nunca. Si hay una comida sin pantallas, también es sin pantallas para quien cuida. Lo que se vive con coherencia se transmite sin necesidad de tantas palabras.

7. Si hace falta, buscar apoyo

Si se ve que esto ya se está saliendo de control, pedir ayuda viene bien. No todo se puede resolver en casa, y a veces hablar con alguien externo puede ayudar a entender lo que hay detrás del uso excesivo.

Clínica Recal

Clínica Recal

Tratamiento de Adicciones

Profesional verificado
Majadahonda
Terapia online

A fin de cuentas, no se trata de hacer una guerra contra el móvil, sino de recuperar un poco de equilibrio. Que la vida no pase solo por una pantalla, que todavía haya lugar para las charlas cara a cara, para el aburrimiento creativo, para estar presente. Y eso no se logra de un día para otro, pero sí se puede empezar poco a poco.

Lo importante es animarse a tener esas conversaciones incómodas, mirar lo que está pasando sin disfrazarlo y acompañar sin soltar.

Al citar, reconoces el trabajo original, evitas problemas de plagio y permites a tus lectores acceder a las fuentes originales para obtener más información o verificar datos. Asegúrate siempre de dar crédito a los autores y de citar de forma adecuada.

Clínica Recal. (2025, mayo 16). Así es como la adicción al uso del smartphone está creciendo entre los jóvenes. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/adiccion-al-uso-del-smartphone-creciendo-entre-jovenes

Artículos relacionados

Artículos nuevos

Quizás te interese