Claves para que una terapia funcione

Todo lo que debes saber para exprimir al máximo el potencial de la psicoterapia.

Claves para que una terapia funcione
Pexels

¿ERES PSICÓLOGO/A EN ?

Destaca entre toda tu competencia profesional.

Cuando alguien se plantea acudir a terapia, suele surgir la misma pregunta: “¿Qué terapia es la más adecuada para mi problema?”. Nos imaginamos que hay un tipo de terapia que encaja como una llave en su cerradura: una terapia para la autoestima, otra distinta para los problemas de pareja, otra más para la ansiedad. Pero la realidad es mucho más compleja y, al mismo tiempo, más interesante.

La efectividad de una terapia no depende únicamente de la etiqueta con la que se identifique, sino de múltiples factores que confluyen en el proceso terapéutico. Más que buscar la “terapia perfecta”, conviene entender qué elementos son los que realmente hacen que funcione y produzca un cambio real en la vida de una persona.

Mi trabajo como psicólogo y coach es acompañar a personas en sus procesos de cambio y terapia. En ocasiones es una dificultad de pareja, rupturas, estrés, problemas de confianza, de ansiedad o desánimo. En los últimos 15 años de experiencia, las personas a las que he acompañado me han enseñado cuáles son las claves para que una terapia funcione al 100% y de forma estable.

En este artículo te cuento cuáles son esas claves principales para que la terapia sea un camino de transformación y no solo un alivio temporal.

No existe una terapia mágica para cada problema

Uno de los errores más frecuentes es creer que existe un tipo de terapia diseñada específicamente para cada situación. Como si hubiera un recetario donde bastara con elegir la opción correcta: terapia X para ansiedad, terapia Y para autoestima, terapia Z para conflictos de pareja.

La realidad es que los problemas humanos son demasiado complejos y cambiantes para encajar en un esquema tan rígido. Dos personas pueden acudir a consulta con el mismo síntoma —por ejemplo, dificultades en sus relaciones— y, sin embargo, necesitar procesos muy distintos porque sus historias, motivaciones y maneras de vivir son diferentes.

La terapia no es un producto estándar

Es un proceso vivo en el que la técnica importa, sí, pero siempre en relación con la persona que la recibe y con la capacidad del terapeuta de adaptarla a ese contexto.

Vamos a ver ahora cuáles son las principales claves

1. Respeto absoluto a la subjetividad de la persona

Para que una terapia sea realmente terapia, la primera clave es el respeto absoluto a la subjetividad de la persona. ¿Qué quiere decir esto? Que solo tú sabes qué sientes y qué te ocurre. Mi trabajo como profesional que te acompaña es entenderlo y ayudarte a descubrir qué podemos hacer diferente para que puedas sentirte mejor de forma estable y resolver el problema.

Por este motivo, las teorías previas a la terapia no solo no sirven, sino que implican un irrespeto hacia lo que siente la persona. Pensar que lo que te ocurre es por un problema materno, con un estilo de apego, o por causas concretas que el terapeuta supone, implica reducir el proceso terapéutico en lugar de abrirlo.

Cuando existe este respeto, trabajamos contigo, con lo que tú sientes, y desde ahí podemos hacer un auténtico trabajo para solucionar el problema y que ese aprendizaje te sirva para futuro.

2. La importancia de la frecuencia

El método habitual en terapia es acompañar solo con sesiones. Sin embargo, este método se refleja en muchas ocasiones como muy eventual. Si una persona padece ansiedad, la padece a diario, y una sesión cada 10 o 15 días suele resultar insuficiente.

Un dato fundamental en Psicología y terapia: si una persona agenda 4 sesiones en 3 meses, será mucho más efectivo que agendar 10 sesiones a lo largo de un año.

¿Qué quiere decir esto? Que la frecuencia es fundamental. Por este motivo mi forma de acompañar no es solo con sesiones, sino cada día, sin límite de consulta, para poder acompañarte en lo que necesites en cada momento. De esta forma, las sesiones son una herramienta más, pero no la única, y la frecuencia es totalmente constante.

3. Trabajar con todas las partes de la personalidad

Si nos quedamos solo con el problema (autoestima, una ruptura, ansiedad, etc.) la terapia será solo superficial, ya que buscará ante todo reducir ese malestar. Para que un cambio sea estable y que ese malestar no vuelva con el tiempo, lo que necesitamos es enfocarnos en la solución, que es tu propio aprendizaje personal.

Por este motivo, en un proceso de cambio y terapia me parece importante trabajar con todas las partes de tu personalidad: tu sistema de creencias, tu forma de construir autoestima, tus relaciones, comunicación, gestión de emociones, rutinas, etc.

Gracias a esto, partimos desde lo que te preocupa pero vamos mucho más allá, para que en el futuro sepas gestionar lo que te ocurre.

Un proceso de cambio o terapia no debe ser una experiencia concreta en el tiempo que sirva solo para aliviar un problema, sino un aprendizaje mayor que te ayude en el futuro.

Te dejo un vídeo donde profundizamos en estas claves (el artículo continúa más abajo).

4. Contar con un plan de acción

Para cambiar lo que nos ocurre, debemos cambiar nuestra forma de gestionarlo. Contar con un plan de acción nos ayuda a orientar el camino, a saber qué detalles tenemos que cambiar para gestionar lo que ocurre de forma más positiva. A su vez, el plan de acción debe ser flexible, estar adaptado a ti, a tu personalidad, carácter, formas de procesar la información y sentir el mundo.

5. El papel central de la relación terapéutica

Las investigaciones en psicología coinciden en un punto clave: la calidad de la relación entre terapeuta y paciente es el factor que más influye en el éxito de la terapia.

Esto significa que más allá del nombre de la corriente psicológica —cognitivo-conductual, humanista, psicoanalítica, sistémica— lo que realmente marca la diferencia es la conexión que se establece en el espacio terapéutico.

Esa conexión incluye:

  • Confianza: la persona necesita sentir que puede hablar sin miedo a ser juzgada.
  • Seguridad: la terapia debe ser un lugar estable, en el que sea posible explorar incluso lo que resulta incómodo.
  • Empatía auténtica: el terapeuta ha de comprender de verdad lo que la persona vive, no solo desde un plano intelectual, sino humano.

Si estos elementos no se dan, difícilmente la terapia podrá avanzar, aunque se utilicen las técnicas más sofisticadas.

6. La importancia de la implicación personal

Otra de las claves fundamentales es la implicación activa de la persona que acude a terapia. Ningún terapeuta, por muy preparado que esté, puede “arreglar” la vida de alguien desde fuera.

La terapia no consiste en recibir instrucciones y aplicarlas como si fueran recetas mágicas. Más bien es un proceso de exploración y transformación en el que cada persona debe tomar un papel protagonista.

Esto implica:

  • Estar dispuesto a mirarse de forma honesta.
  • Tolerar el malestar que a veces surge al cuestionar creencias o hábitos arraigados.
  • Practicar fuera de la sesión lo que se trabaja dentro de ella.

Cuando alguien se compromete con el proceso, la terapia se convierte en una experiencia de autoconocimiento y cambio profundo. Si, en cambio, se espera una solución rápida sin esfuerzo, lo más probable es que la frustración aparezca.

La terapia como encuentro humano

En definitiva, la terapia es, ante todo, un encuentro humano. Más allá de técnicas, corrientes y diagnósticos, se trata de dos personas que se encuentran para explorar un problema y buscar caminos de transformación.

Cuando la persona siente que no está sola en ese recorrido, cuando experimenta que alguien la acompaña de manera honesta y comprometida, entonces la terapia se convierte en un espacio fértil para el cambio.

Conclusión

No existe una terapia “correcta” para cada problema como si se tratara de un medicamento recetado. Lo que hace que la terapia funcione son factores mucho más profundos: la calidad de la relación terapéutica, la implicación personal, la capacidad de adaptación y, sobre todo, la experiencia de un encuentro humano auténtico.

Si estás pensando en comenzar un proceso terapéutico, más que preguntarte “¿Cuál es la mejor terapia para mi problema?”, quizás la pregunta sea otra: “¿Qué necesito para que mi proceso sea significativo y transformador?”.

Lo que necesitas ante todo es respeto, compañía, compromiso, así como un sistema de compañía y aprendizaje que te haga verte de forma más amplia. Así, podrás generar los cambios que necesitas para que te ayuden de forma estable.

Empoderamiento Humano

Empoderamiento Humano

Licenciado en psicología y Máster en Coaching

Profesional verificado
Málaga
Terapia online

Si es lo que quieres, recuerda que puedes agendar una primera sesión conmigo en Empoderamiento Humano o desde mi perfil de Psicología y Mente. En esa sesión nos conocemos, profundizamos en lo que ocurre, y vemos cómo lo podemos solucionar y cómo puedo acompañarte (siempre de forma constante).

Newsletter PyM

La pasión por la psicología también en tu email

Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos

Suscribiéndote aceptas la política de privacidad

Al citar, reconoces el trabajo original, evitas problemas de plagio y permites a tus lectores acceder a las fuentes originales para obtener más información o verificar datos. Asegúrate siempre de dar crédito a los autores y de citar de forma adecuada.

Rubén Camacho. (2025, octubre 2). Claves para que una terapia funcione. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/claves-para-que-una-terapia-funcione

Psicólogo y coach

Málaga

Psicólogo, coach y director de Empoderamiento humano, escuela de desarrollo personal online donde podrás comenzar procesos de cambio y transformación en tu vida para aumentar tu bienestar, mejorar tu autoestima y relaciones personales, conocerte mejor, gestionar tus emociones o mejorar tu productividad y liderazgo como profesional. Rubén es licenciado en Psicología (UNED) y Máster en Coaching y gestión del talento (EUDE, asociado a la Universidad Complutense de Madrid). Tiene más de 10 años de experiencia y ha acompañado a personas de hasta 5 países diferentes a conseguir el cambio y el desarrollo personal o profesional que necesitaban y se merecían.

Artículos nuevos

Quizás te interese

Consulta a nuestros especialistas