La anorexia nerviosa es uno de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) más frecuentes que existen, y se caracteriza por una necesidad patológica de perder masa corporal de manera extrema, llegando a situaciones en las que la integridad física de la persona se ve vulnerada o incluso se puede producir la muerte por desnutrición. Las señales de alerta más evidentes son una disminución alarmante del peso de la persona en poco tiempo, una obsesión intensa por no engordar y evitar la comida, y por una distorsión de la propia imagen corporal.
Este tipo de trastorno alimentario es verdaderamente destructivo para la quien lo padece y puede ir asociado a una serie de consecuencias psicológicas que contribuyen a deteriorar severamente su salud mental y física. Para que conozcas mejor sus características, aquí haremos un repaso a las consecuencias psicológicas de la anorexia nerviosa.
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¿Cuáles son las principales consecuencias psicológicas de la anorexia nerviosa?
Aquí vamos a centrarnos en ver los efectos psicológicos más importantes de la anorexia nerviosa; eso sí, para que una persona tenga anorexia no hace falta que se den todas estas características.
1. Síntomas depresivos
Uno de los principales conjuntos de síntomas psicológicos que presentan las personas que padecen un caso de anorexia nerviosa son los síntomas depresivos: desesperanza, tristeza habitual y muy bajo estado de ánimo, en este caso vinculado a la valoración e la propia identidad e imagen corporal. Además, los problemas físicos desencadenados por la anorexia hacen que la persona se sienta mal y vea su calidad de vida muy limitada, lo cual también refuerza esa tendencia hacia la depresión.
La investigación científica respecto a la anorexia nerviosa ha demostrado que esta suele cursar de manera muy frecuente con este tipo de alteraciones psicológicas y que a menudo cada una de ellas se retroalimenta con las otras.
Resulta evidente que el cambio radical en los hábitos alimentarios y la disminución drástica de peso que experimentan las personas con anorexia tienen un impacto muy negativo en su psicología, ya que la salud física condiciona en gran medida la salud mental.
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2. Ansiedad ante situaciones sociales vinculadas con la comida
Las personas con anorexia nerviosa suelen sentirse muy ansiosas en contextos en los que se espera de ellas que coman; por ejemplo, al desayunar con la familia, o en una cena de empresa.
La experiencia de sentir esa clase de expectativas, sumadas a la necesidad de ocultar hasta qué extremo evitan la comida, hace que se pongan a la defensiva o que directamente eviten estas situaciones, entrando en una dinámica de aislamiento social.
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3. Intenso malestar al verse
Es muy habitual que las personas con anorexia nerviosa se sienta muy mal al verse en fotografías o al mirarse en un espejo. Esto es fruto de la distorsión de la percepción de sí mismas que tienen. Si a esto le sumamos que la mayoría de personas con anorexia son mujeres jóvenes, un grupo demográfico en el que existe una alta presión social por cuidar su aspecto, este malestar se intensifica aún más.
4. Autolesiones
Las autolesiones son otra de las consecuencias psicológicas frecuentes de la anorexia nerviosa, y es una conducta verdaderamente perjudicial para las personas que se practican este tipo de castigos dolorosos con el objetivo de distraer el hambre y la ansiedad que les genera las ganas de comer.
Este tipo de autolesiones suelen ser cortes que se realiza la persona a sí misma en piernas o brazos, siempre en lugares que sean poco visibles para no levantar ninguna sospecha en amigos, familiares o educadores.
En la actualidad existe un auge en la práctica de estas conductas autolesivas principalmente debido a la proliferación de mensajes que, en redes sociales de todo tipo, recomiendan hacerse este tipo de heridas, contenidos que llegan de manera muy alarmante a la gente cada vez más joven.
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5. Patrones de conducta obsesivo-compulsiva para evitar comer
La aparición de alteraciones de tipo obsesivo-compulsivo también es frecuente en personas que han desarrollado anorexia nerviosa, ya que en la mayoría de casos este trastorno de la conducta alimentaria va acompañado de una gran variedad de obsesiones y rituales estereotipados, relacionados principalmente con la comida.
La tendencia a realizar ayuno intermitente para adelgazar, la obsesión con el propio físico y con querer estar delgado/a o la obsesión por no comer determinados alimentos que se considera que engordan, lleva a muchas de estas personas a aferrarse a cadenas de acciones destinadas a “protegerse” de la tentación de comer, o de mantener a raya pensamientos intrusivos perturbadores vinculados a la autoimagen.
6. Tendencia al consumo de drogas
El consumo indebido de sustancias adictivas en casos de anorexia nerviosa es muy frecuente principalmente en población joven y sobre todo adolescente, período en el que se es más proclive a desarrollar cualquiera de los dos trastornos.
Este fenómeno de comorbilidad entre un trastorno de la conducta alimentaria como es la anorexia nerviosa y un trastorno de adicción al alcohol o sustancias de cualquier otro tipo se produce por una gran variedad de causas que no siempre afectan de la misma manera a todo el mundo, pero en general tiene que ver con la necesidad de evadirse del presente, de no pensar en las preocupaciones que acosan a la persona, o incluso a modo de supuesto “truco” para adelgazar comiendo menos (por ejemplo, cayendo en la creencia falsa de que los psicoestimulantes permitirán no almacenar grasa).
La gran prevalencia de casos de anorexia nerviosa y consumo de alcohol o drogas ilegales también se puede explicar en parte por la normalización cada vez más habitual de consumo de alcohol entre personas jóvenes, por la tendencia a realizar conductas autodestructivas por parte de la persona con anorexia y también para aliviar la ansiedad que siente la persona en los momentos de mayor hambre.
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7. Pensamientos suicidas e intentos de suicidio
Los pensamientos suicidas y los intentos de suicidio son muy habituales en las fases más avanzadas de la anorexia nerviosa, y constituyen un verdadero riesgo para la salud y para la vida de quien padece este trastorno alimentario.
Los pensamientos suicidas recurrentes se producen debido al malestar psicológico que puede arrastrar la persona durante un tiempo considerable, quien suele presentar muy baja autoestima y, por ello, asumir que no merece vivir.
Es fundamental buscar ayuda profesional
Los profesionales de la salud mental ponemos en la necesidad de acudir a terapia cuanto antes al detectar los síntomas de la anorexia nerviosa. En este tipo de pacientes es fundamental dar el apoyo necesario tanto desde la medicina como desde la psicoterapia, e manera que sean abordadas tanto sus afectaciones físicas como las alteraciones mentales que son causa y/o consecuencia de este trastorno.
Avance Psicólogos
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