Seguro que más de una vez has intentado no hacer algo que verdaderamente te apetecía en un momento determinado, como comer esa galleta de chocolate saltándote la dieta o acudir a ese concierto en lugar de quedarte en casa estudiando.
Todas esas son tentaciones normales y perfectamente asumibles, cuyas consecuencias no acarrean ningún problema destacable; sin embargo, existen personas que desarrollan problemas para contener algunos impulsos en situaciones en las que esto puede acarrear problemas más significativos. En los casos más extremos, esta tendencia llega a constituir una verdadera psicopatología, ya que perjudica a la propia calidad de vida y/o a la de los demás.
Cuando la persona no logra controlar ciertas conductas negativas o antisociales, podemos hablar de un caso de trastorno del control de impulsos, una alteración psicológica que puede causar un gran desgaste de la salud mental de la persona y, en muchos casos, de sus relaciones sociales.
En el artículo de hoy veremos de manera resumida las principales señales que nos permiten identificar el descontrol de los impulsos, así como las posibles causas que explican dicho fenómeno. Esto te permitirá detectar rápidamente estos casos y hacer lo posible por buscar ayuda psicoterapéutica cuanto antes.
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¿Qué es el trastorno del control de impulsos?
El trastorno del control de impulsos es un tipo de alteración psicológica que afecta a personas de todas las edades y se caracteriza por la imposibilidad de controlar el impulso de realizar determinadas conductas nocivas para la propia persona y/o para los demás.
Es importante destacar que cualquiera de estas conductas que son percibidas como imposibles de inhibir para la persona afectada suelen proporcionarle placer o alivio de manera temporal, aunque las consecuencias a medio y largo plazo son siempre negativas.
Este trastorno en el control de los impulsos suele aparecer en la infancia o adolescencia, y se caracteriza por una falta de control en conductas espontáneas y de baja complejidad, que afectan directamente a sus compañeros de clase, su grupo de amigos, sus profesores o sus familiares, llegando a violar los detechos y libertades más elementales de las personas que están a su alrededor.
Estas consecuencias negativas, derivadas de los impulsos incontrolables de la persona, suelen ser bien conocidas por el individuo que padece dicho trastorno, y aún así las sigue realizando con total normalidad.
El trastorno en el control de impulsos se caracteriza también por una alteración emocional en la persona, quien siente que pierde el control sobre su cuerpo y sus experiencias emocionales más intensas, por lo que o bien deja de resistirse a esas tendencias, o termina buscando ayuda profesional.
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Tipos de trastornos derivados del descontrol de impulsos
Los trastornos del control de impulsos son variados y cuentan con características diversas bien definidas. A continuación destacamos los principales tipos que existen y sus señales, rasgos y naturaleza.
1. Trastorno explosivo intermitente
El trastorno explosivo intermitente se caracteriza por episodios cortos de agresividad o violencia hacia personas, objetos de todo tipo y también propiedades ajenas.
Estos impulsos se desencadenan por estados elevados de ira en los cuales la persona pierde por completo el control de sus actos, ignorando también, durante el episodio, todas las consecuencias negativas que puede tener su conducta.
Tras estos arrebatos de violencia, la persona suele tener sentimientos de arrepentimiento sincero y de autorreproche que le generan un gran malestar emocional.
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2. Cleptomanía
La cleptomanía es un trastorno del control de los impulsos caracterizado por la necesidad de robar objetos con o sin ningún valor específico, de manera no premeditada.
La persona que presenta este trastorno es incapaz de resistir el impulso de robar y cada vez que lo hace siente una gran satisfacción transitoria y momentánea, lo que le empuja a seguir cometiendo este tipo de delitos.
3. Piromanía
La piromanía consiste en una necesidad de provocar incendios en distintos lugares, hecho que genera en la persona una gran fascinación y satisfacción cada vez que lo hacen.
Esta conducta irrefrenable pone en peligro tanto la vida de la persona que padece el trastorno como la de aquellos que se encuentran inmersos en el incendio provocado.
4. Tricotilomanía
La tricotilomanía consiste en un déficit en el control del impulso de tirarse del pelo y arrancarlo del cuero cabelludo, llegando a provocar un gran dolor en la persona e incluso lesiones de todo tipo.
Este trastorno puede presentarse en personas que no tienen ningún problema social ni afectivo y que funcionan en completa normalidad en entornos sociales.
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5. Dermatilomanía
La dermatilomanía se basa en una necesidad irrefrenable de rascar, arrancar o pellizcar la propia piel del cuerpo de manera compulsiva y obsesiva.
Se trata de un trastorno que a la larga también provoca todo tipo de afectaciones o lesiones graves en la piel de la persona, conforme este avanza en el tiempo.
6. Onicofagia
La onicofagia se basa en la necesidad y obsesión por morderse, cortarse o comerse las uñas en cualquier momento del día de manera compulsiva.
Este trastorno no es simplemente el hábito que tienen algunas personas de morderse las uñas de las manos, sino que dicha actividad debe hacerse diariamente y siguiendo unos supuestos clínicos determinados.
7. Dermatofagia
La dermatofagia es el trastorno que tienen aquellas personas que se muerden de manera compulsiva la piel que se encuentra alrededor de las uñas.
De nuevo, es un trastorno que ocasiona gran malestar psicológico en la persona y también causa todo tipo de lesiones en su piel que pueden ser más o menos graves.
8. Tricofagia
La tricofagia es similar a la tricotilomanía, pero en este caso consiste en la necesidad de arrancarse el pelo y comerlo de manera sistemática e irrefrenable.
Es un trastorno que puede generar problemas físicos u orgánicos en la persona y que puede relacionarse con otros trastornos de la salud mental como la ansiedad, la depresión o el estrés.
9. Compra por impulso
Las personas que presentan un trastorno de compra por impulso no pueden evitar la necesidad irrefrenable de comprar todo tipo de productos en cualquier momento del día.
Estas compras se realizan de manera espontánea y no premeditada, y nuevamente generan un gran bienestar en las personas que padecen el trastorno.
10. Síndrome de Acaparador Compulsivo
El Síndrome del acaparador compulsivo se caracteriza por la necesidad de acumular de manera compulsiva todo tipo de objetos, tengan valor en sí mismos o no.
La acumulación de todo tipo de objetos de manera indiscriminada puede llevar a la persona a vivir en medio de situaciones insalubres o poco higiénicas según la naturaleza de los objetos acumulados.
Causas
Las causas de los trastornos del control de los impulsos pueden ser variadas, y estas son las más habituales.
1. Causas biológicas y genéticas
La investigación científica a nivel neurológico y la técnica de neuroimagen han demostrado que muchas personas que sufren un trastorno en el control de los impulsos presentan diferencias notables en su estructura cerebral o bien en el funcionamiento de su actividad neuronal.
Algunos trastornos del control de los impulsos pueden ser facilitados por predisposiciones genéticas, al igual que sucede con otros trastornos o alteraciones en la salud mental. Eso sí, el simple hecho de tener ciertas variantes de genes no es causa suficiente para desarrollar estas psicopatologías, y debe combinarse con otros factores.
Psicología Y Psicoterapia Miguel Ángel
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Centro sanitario de Psicología
2. Causas ambientales y psicosociales
Según los profesionales de la psicología, el contexto y el entorno físico de la persona también pueden ejercer una influencia suficiente para que una persona desarrolle este tipo de trastornos.
Determinadas experiencias traumáticas, un modelo de crianza determinado por parte de los padres o determinados tipos de relación con la familia o amigos pueden acabar desarrollando todo tipo de trastornos del control de los impulsos.