La precariedad laboral en España es preocupante, y la alta tasa de desempleo es una realidad que afecta a muchas familias. Esta situación crea problema graves a la nivel social y económico y, por tanto, también afecta al bienestar de las personas y a su equilibrio emocional.
Un estudio de la Asociación Psicológica Americana (APA), llevado a cabo por Paul y Moser en 2009, demostró que las personas en paro tienen el doble de probabilidades de sufrir problemas psicológicos tales como depresión, ansiedad, síntomas psicosomáticos, bajo bienestar psicológico y pobre autoestima.
Ahora bien, no solamente las personas desempleadas sufren esta situación dramática, sino que las evidencias científicas sugieren que los hijos de los padres desempleados también tienen un mayor riesgo a sufrir problemas de salud mental. En este artículo te lo explicamos.
Problemas psicológicos asociados al desempleo
El trabajo y el bienestar están íntimamente ligados, pues nuestro empleo, si en él nos sentimos realizados, puede ser un aspecto muy importante de nuestra felicidad. Tener trabajo es necesario para poder vivir con las mínimas garantías y con dignidad, y sentirse económicamente tranquilo también tiene un gran efecto en nuestra autoestima y nuestro equilibrio emocional.
Perder el trabajo es una situación delicada, porque nos desestabiliza y nos obliga a buscar empleo; sin embargo, estar en paro durante un periodo de tiempo largo provoca serios problemas en nuestra vida y la de nuestra familia y las consecuencias pueden ser dramáticas.
A nivel psicosocial, la persona puede sufrir lo que se conoce como síndrome de invisibilidad, ya que el individuo se siente inadaptado en el sistema socioeconómico y puede tener la creencia de que los demás no lo ven, que no aporta lo que debería aportar a la sociedad. El individuo percibe que no es parte del sistema social y que éste le rechaza. Un pensamiento que, en muchos casos, puede ser objetivo.
El desempleo y su relación con la ansiedad, la depresión y el suicidio
Asimismo, el individuo se siente confuso y perdido, llegando a experimentar indefensión aprendida, y no encuentra el sentido a su vida. No solo pierde su identidad profesional, sino su identidad en general puesto que el trabajo es un factor importante en la estabilidad de una persona y su autoestima. Esto causa una crisis existencial, y la persona no sabe el camino que debe seguir, se estanca, y esto puede convertirse en un círculo vicioso que poco a poco va minando su moral y afectando a su autoestima de manera negativa.
A la larga, su autoconfianza también se ve afectada porque siente que no está capacitado para trabajar, y puede llegar a creer que ese es el motivo por el que no le contratan (incluso en situaciones de paro estructural). De hecho, el sentimiento de culpa puede invadirle independientemente de las causas de la situación de desempleo.
La ansiedad de los primeros meses de paro puede dar lugar a una situación de depresión tras varios meses de frustración en la búsqueda de trabajo. Los estudios científicos afirman que existe correlación entre el incremento en la tasa de suicidios y los altos niveles de desempleo, y una investigación llevada a cabo en 2009, que se realizó en 54 países, concluye que la tasa de suicidio creció un 3,3% al año siguiente del crac bancario del 2008. Parece haber diferencias de género en este contexto, pues la gran mayoría de los suicidios fueron hombres, tal y como explica otra investigación publicada por BMJ.
Los niños también sufren la situación de desempleo de los padres
Las consecuencias del desempleo no solamente afectan a la persona que está en esta situación, sino que el entorno familiar también vive este escenario dramático en carne propia. En muchos casos, los divorcios son una consecuencia de este hecho, y los hombres serían los más afectados según explica un estudio realizado por los investigadores de Ohio State University.
Los niños son víctimas también del hecho que los padres no trabajen. Los problemas económicos, el divorcio y muchas otras dificultades familiares derivados de esta problemática les afectan directamente. Según una investigación de la Universidad de Zaragoza, los hijos de padres y madres en desempleo son más propensos a sufrir depresión, concretamente tienen un 56% de probabilidades de desarrollar trastornos como ansiedad o depresión.
Estas conclusiones son el resultado de un estudio en el que participaron 6.000 niños europeos con edades comprendidas entre los de 2 y los 9 años, y se llevó a cabo durante tres años en Bélgica, Chipre, Estonia, Alemania, Hungría, Italia, España y Suecia. Dichas conclusiones se publicaron en la revista científica European Child and Adolescent Psychiatry.
Tal y como cuenta el diario ABC, los resultados también permitieron identificar cuatro factores de riesgo, es decir, las situaciones familiares que incrementan las probabilidades de sufrir problemas psicológicos:
- Familias con una red social de apoyo escasa
- Familias inmigrantes
- Familias “no tradicionales” (en las que los hijos no convivían con alguno de los dos progenitores)
- Padres en situación de desempleo
Los primeros tres tipos de familia pueden causar que los hijos desarrollen patologías de tipo psicosocial como estrés, depresión o ansiedad con un 30% más de probabilidades. No obstante, hay una probabilidad del 56% de que los hijos desarrollen problemáticas de tipo psicológico y/o emocional si los padres están desempleados.
¿No tienes trabajo? Qué hacer…
Puesto que la tasa de paro en España está alrededor del 20%, son muchas las familias que sufren las consecuencias del desempleo. Buscar trabajo es una situación ardua que puede llegar a desmoralizar a un individuo. Es por eso que hemos preparado un artículo para que puedas beneficiarte de los consejos brindados por diferentes profesionales.
- Si estás en paro y quieres encontrar trabajo, te invitamos a que leas nuestro artículo: “No tengo trabajo: 7 consejos de expertos para encontrarlo”
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