La llegada de un niño o niña a nuestras vidas siempre suele ser motivo de felicidad y alegría. Sin embargo, existen una serie de factores que pueden interferir y deteriorar este sentimiento de bienestar y aunque habitualmente se asocian estos sentimientos a la depresión postparto, también pueden aparecer al finalizar un proceso de adopción.
Estos casos se conocen como depresión postadopción, una alteración psicológica caracterizada por el sufrimiento emocional de uno de los dos padres afectivos de la cual hablaremos a lo largo de este artículo.
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¿Qué es la depresión postadopción?
La depresión postadopción, o síndrome de depresión postadopción, es un trastorno muy poco conocido que fue descrito por primera vez en el año 1995 por la psicóloga e investigadora en procesos de adopción June Bond.
A lo largo de su trabajo, Bond se percató de los efectos que el proceso de adopción tienen en la salud mental de los futuros padres adoptivos y observó que en un gran número de ocasiones, las personas adoptantes experimentan sentimientos de tristeza y ansiedad agudos que aparecer tras las pocas semanas de finalizar el proceso de adopción. Es decir, poco tiempo después de que el menor ya se encuentre instalado en su nuevo hogar. A este cuadro clínico lo bautizó síndrome de depresión postadopción.
A pesar de que sus síntomas son muy similares a los de la depresión postparto, la cual ya se encuentra normalizada y aceptada como una posible consecuencia temporal a la nueva situación en la que se encuentra la persona, la depresión postadopción se encuentra rodeada de un gran nivel de desconocimiento.
El motivo es que, a diferencia de la depresión postparto la cual se justifica como un reajuste hormonal, en la depresión postadopción no se encuentra esta justificación biológica y, además, la sociedad espera que las personas sientan una gran felicidad y satisfacción al ver realizado un proceso de adopción, algo que en teoría requiere tanto tiempo y esfuerzo.
Esto conlleva que muchas personas se sientan avergonzadas y culpables de estos sentimientos de tristeza y ansiedad que les invaden, por lo que deciden llevarlo en silencio y no recurrir a ningún tipo de ayuda. Además, el sentimiento de incomprensión también es muy característico de esta alteración.
No son pocas las personas que experimentan estos efectos. De la misma manera, estos síntomas no aparecen de la nada, sino que tienen unas causas basadas en la interacción con el entorno, y además existen una serie de medidas que la persona puede llevar a cabo para evitarlo o remediarlo.
¿Cuáles son los síntomas?
A diferencia de la depresión postparto, que es propia de las mujeres, aunque también existen casos en los que se ha dado en hombres, la depresión postadopción tiende darse de igual manera en ambos sexos. Sin embargo, los síntomas pueden variar entre hombres y mujeres. Este fenómeno está asociado a la influencia de los roles de género que todavía se encuentran fuertemente adheridos en las diferentes culturas.
En el caso de las mujeres, éstas suelen experimentar fuertes sentimientos de tristeza, sensación de cansancio y fatiga extrema, problemas de sueño y anhedonia o incapacidad de experimentar interés o placer con actividades anteriormente consideradas satisfactorias.
Todos estos síntomas suelen desencadenar un fuerte sentimiento de frustración y culpabilidad, ya que la persona siente que debería de encontrarse en una posición de bienestar y felicidad y no logra entender porqué no es así.
Mientras tanto, en los hombres la depresión postadopción suele manifestarse en forma de irritabilidad y enfado. Además, al igual que ocurre en las mujeres, también experimentan problemas de sueño y falta de interés por prácticamente todas las cosas.
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¿Qué posibles causas tiene?
A pesar de que no existen una gran cantidad de estudios o investigaciones acerca de la depresión postadopción, han podido establecerse una serie de factores o causas que propician la aparición de los síntomas y sentimientos nombrados anteriormente.
En la mayoría de casos, estas causas están relacionadas con la generación de unas expectativas no muy realistas acerca de lo que ocurrirá tras finalizar el proceso de adopción, así como por la idealización del rol de padre o madre. Además, los largos periodos de espera para llevar a cabo una adopción favorecen esta imaginación ideal.
Como consecuencia, una vez percibida la realidad en la que se encuentran, los padres y madres pueden sentirse frustrados y culpables de sus emociones. De la misma manera, es habitual querer formar un vínculo fuerte y rápido de amor con el nuevo integrante de la familia, sin saber que este lazo es un proceso lento y laborioso que puede llevar meses.
Además, la sensación de falta de comprensión por parte de familiares y amigos tiende a potenciar esta sensación de culpabilidad, ya que lo habitual es que las personas que les rodean no entiendan porqué los padres no se siente felices por haber cumplido su sueño.
¿Cómo se puede afrontar?
Antes que nada es necesario ser consciente de la existencia de la depresión postadopción. Conocerla y aceptar que es posible sufrirla, disminuirá el grado de sorpresa y frustración en el caso de que aparezca. Además, ayudará a la persona a prepararse para las nuevas emociones y sentimientos que puede experimentar.
Existen una serie de recomendaciones bastante útiles para afrontar esta nueva situación, así como la aparición de los síntomas propios de la depresión postadopción:
- Alargar al máximo los permisos de maternidad y paternidad para así tener más tiempo para formar el vínculo familiar.
- En el caso de ser una adopción con un único padre o madre adoptante, solicitar la ayuda de otra persona, amigo o familiar, que pueda ayudar a disminuir el volumen de tareas y prestar un apoyo emocional.
- Realizar actividades con el pequeño que refuercen el vínculo.
- Mentalizarse de que por un tiempo el pequeño ocupará prácticamente el 100% del tiempo, por lo se deberá estar dispuesto a sacrificar o pausar otros ámbitos de la vida temporalmente. No obstante, es esencial reservar un poco de tiempo para uno mismo.
- Si se trata de un proceso de adopción en pareja, es necesario invertir tiempo en la relación de ambos, puesto que de lo contrario esta también puede verse afectada.
- Perder el miedo a pedir ayuda profesional. Iniciarse en el rol de padre o madre supone un gran cambio y un proceso de adaptación, por lo que la ayuda profesional de un psicólogo o psicóloga puede resultar esencial.