Una de las ficciones más importantes que caracteriza el modo en el que nos relacionamos con el trabajo en el siglo XXI consiste en la distinción entre la vida personal y la vida profesional.
Es una ficción que, eso sí, resulta conveniente en determinados casos, pero la realidad es que hay mucho de personal en el trabajo (sin ir más lejos, en la mayoría de los casos nuestra capacidad para mantenernos depende de la capacidad de obtener ingresos mediante un negocio o empleo) y mucho de laboral en lo personal (por ejemplo, los equipos de selección de personal tienden a examinar en las redes sociales lo que subimos a ellas, incluso si no tiene nada que ver con nuestra experiencia profesional).
Quizás porque esta línea imaginaria entre lo privado y lo laboral condiciona nuestra manera de analizar la realidad, hay quienes dan por sentado que los efectos del sentimiento de presión producida por el trabajo se limitan a eso, el trabajo, y que tan pronto como termina el horario laboral logramos desconectar y dejar atrás los conflictos en la empresa, las prisas por llegar a objetivos de ventas, y la tendencia a compararnos con los colegas de departamento. Sin embargo, el estrés laboral se caracteriza por tener efectos tanto o más notables en nuestra vida personal que en el contexto profesional, tal y como veremos en este artículo.
¿Qué es el estrés laboral?
El estrés laboral es, como indica su nombre, la tendencia a sufrir un exceso de estrés generado por contextos vinculados al ámbito del trabajo remunerado.
Por su propia naturaleza, el mudo laboral genera normalmente una cierta cantidad de estrés relacionado con la necesidad de llegar a ciertos requisitos de rentabilidad y eficiencia productiva, así como por la necesidad de predecir en la medida de lo posible amenazas en forma de maniobras de la competencia o cambios rápidos en lo tecnológico, lo económico o lo político.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el estrés no es en sí mismo un problema, y que siempre y cuando sea proporcional en comparación con los posibles riesgos o peligros que se intenta evitar, resulta útil. Cuando hablamos de estrés laboral, sin embargo, nos referimos a un tipo de estrés que supone un problema en sí mismo, ya sea porque su desgaste resulta excesivo para la salud física y mental de quien lo sufre, o porque da lugar a comportamientos perjudiciales en otros sentidos.
Está claro que hay algunos detonantes o causas parciales del estrés laboral que no están bajo el control de la persona o que no se pueden solucionar a corto o medio plazo, como por ejemplo la precariedad laboral; sin embargo, hay otras sobre las que sí se puede intervenir. Lo complicado en estos casos es maniobrar de un modo en el que ese exceso de estrés no conduzca a una tendencia al autosabotaje, en vez de a un modo de vida que ayude a reforzar la salud mental y a alejarse de aquello que alimenta al estrés.
- Artículo relacionado: "Psicología del trabajo y las organizaciones: una profesión con futuro"
¿Cómo nos influye el estrés laboral más allá del trabajo?
Estas son las diferentes ramificaciones a través de las cuales podemos llegar a sufrir estrés laboral cuando estamos dedicándonos a ámbitos de nuestras vidas que, en principio, no tienen nada que ver con el trabajo.
1. Nos hace sentir culpa si dejamos de pensar en el trabajo
Como el estrés “tira” nuestra atención hacia todo aquello que nos preocupa, el simple hecho de no querer pensar en ese y aspirar a desconectar por un tiempo (aunque sea para recuperar fuerzas) nos hace sentir irresponsables. Pero a la vez, como no podemos reponernos, no tenemos la capacidad de afrontar de una manera eficiente el problema que debe ser resuelto. Por ejemplo, si tenemos trabajo pendiente, el estrés laboral nos impedirá disfrutar del fin de semana, y llegaremos al lunes con un desgaste mental que nos impedirá resolver las tareas acumuladas y afrontar las nuevas. Todo ello, además, afectará a nuestra autoestima.
2. Nos vuelve más irritables y predispuestos al conflicto
Las personas que están muy estresadas responden de manera pobre a las interacciones sociales que estiman desagradables o imprevistas, reaccionando con demasiada hostilidad o incluso agresividad. Esto se debe a que esta es la salida más “fácil” cuando se considera que no se puede lidiar con una petición con la que no se contaba, aunque sea tan solo la necesidad de prestarle atención a alguien que inicia una conversación.
- Quizás te interese: "5 formas de resolver un conflicto con eficacia"
3. El exceso de estrés genera problemas para dormir
El insomnio es un problema omnipresente en los casos de personas afectadas por el estrés laboral, tanto por su frecuencia (aparece prácticamente en todos los individuos) como por el calado de sus efectos: la falta de un adecuado descanso genera un efecto en cadena que arrastra todos los demás aspectos de la salud mental: genera problemas de memoria y de concentración, predispone a la aparición de trastornos del estado del ánimo o del control de los impulsos, etc.
4. El hecho de estar siempre en alerta afecta a nuestra digestión
El sistema digestivo es muy sensible a los cambios neuroendocrinos producidos por un exceso de estrés. Los síntomas pueden ir desde una simple tendencia a padecer dolor de vientre hasta verdaderos problemas para absorber adecuadamente buena parte de los nutrientes de la comida.
5. Nos impide disfrutar de las relaciones personales más significativas
Por todo lo que hemos visto hasta ahora, es fácil intuir que las personas estresadas por el trabajo tendrán dificultades para prestar atención a sus seres queridos mientras se dedican a rumiar acerca de sus preocupaciones. Muchas personas que sufren estrés laboral miran hacia atrás y se lamentan de no apreciar esos momentos con sus familiares, amigos y parejas, simplemente porque al formar parte de su día a día y de lo que “dan por sentado” pasan a un segundo plano.
6. Hace aumentar el riesgo de caer en la adicción
Los problemas de ansiedad y estrés muestran una clara asociación con el riesgo de desarrollar trastornos adictivos, ya sea con consumo de drogas (como el trabajo, la cocaína o el alcohol) o sin consumo de sustancias (como pasa con la ludopatía). Esto se debe, en parte, a que este tipo de experiencias capaces de “enganchar” son una de las pocas maneras que muchas personas tienen para evadirse por completo de las preocupaciones vinculadas al trabajo, al menos temporalmente, y además sus efectos vinculados con el placer son a muy corto plazo, con lo que pueden aplicarse en los momentos de mayor vulnerabilidad y crisis emocional.
Estrategias para afrontar y superar el estrés laboral
Una de las particularidades del estrés laboral es que este puede nutrirse de una amplia variedad de situaciones y de maneras de afrontar el trabajo durante el día a día; es por eso que la medida más efectiva para hacerle frente es acudir a psicoterapia, teniendo en cuenta que un profesional del ámbito de la salud mental ofrece un trato completamente personalizado y adaptado a las necesidades de cada paciente (y a sus circunstancias).
Sin embargo, también te puede resultar de ayuda aplicar estos consejos generales que te doy aquí. Para maximizar tu capacidad de superar el estrés laboral debes:
- Mantener un horario de trabajo fijo y claro.
- Dormir las horas suficientes, y sin interrupciones de sueño.
- Si es posible, delegar aquellas tareas menos complejas y en las que aportas menos valor a tu proyecto.
- Asegúrate de que tu lugar de trabajo cumple las condiciones adecuadas de ergonomía y seguridad (comodidad de la silla, iluminación adecuada…).
- Aplicar pausas breves y frecuentes a tus jornadas de trabajo, aunque algunas sean tan solo de cinco minutos.
- No consumir sustancias adictivas (como el tabaco) a modo de “remedio” para relajarte.
- Evita las distracciones en tu espacio de trabajo.
- Practica ejercicios de relajación breves durante las principales pausas para descansar.
- Fuera de tu horario laboral, evita dedicarte al trabajo remunerado o responder mensajes o mails asociados a este.
- Practica la asertividad para no decir que sí a todas las propuestas de asumir más trabajo.
¿Buscas ayuda profesional para gestionar el estrés?
Si necesitas apoyo psicoterapéutico debido al desgaste que sufres por los problemas en el trabajo o en otros ámbitos de tu vida, ponte en contacto conmigo.
Paloma Rey Cardona
Paloma Rey Cardona
Psicóloga General Sanitaria
Mi nombre es Paloma Rey Cardona y soy Psicóloga General Sanitaria; en mi consulta se ofrece atención a personas de todas las edades, y también doy la posibilidad de realizar sesiones de terapia online por videollamada.