Algunas de las causas de ansiedad más habituales tienen que ver con el miedo a afrontar aquello que nos preocupa: nuestras tareas pendientes en el trabajo, las responsabilidades del hogar o de la convivencia familiar, etc. La percepción de afrontar retos que nos desbordan o cuyo cumplimiento supondría tener que esforzarnos mucho (en un momento en el que quizás no nos sentimos al 100%) hace que esta clase de problemas se vayan acumulando a medida que los dejamos desatendidos.
En la actualidad existen muchas estrategias que podemos poner en práctica para controlar nuestros niveles de ansiedad, y una de las más importantes es el establecimiento de micrometas para no dejar que las tareas que tenemos ante nosotros nos intimiden y nos paralicen.
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Así es como las micrometas nos ayudan a gestionar la ansiedad
A continuación encontrarás una serie de beneficios que ofrecen las micrometas en la gestión de las tareas, con las cuales podemos rebajar significativamente nuestros niveles de ansiedad en el entorno laboral o en la vida privada en casa.
1. Nos permite vencer el miedo a acometer tareas complejas
La ansiedad en el trabajo surge habitualmente por el miedo o la intimidación que uno siente ante determinadas tareas que generan incertidumbre o que en un principio no sabemos si vamos a resolver con éxito.
Al ponernos micrometas a corto plazo con el objetivo de subdividir una tarea más extensa en pequeñas unidades, esta nos parecerá menos intimidante una vez hayamos separado sus partes, y eso nos permitirá encarar cada una de esas subdivisiones con mayor fuerza y determinación.
Al dividir un trabajo extenso en pequeñas tareas agrupadas de manera lógica podremos empezar a trabajar con mayor rapidez en cada una de las unidades o compartimentos creados y percibiremos como más asequible un trabajo que al principio nos parecía muy exigente y complejo.
Además, esto es uno de los mejores remedios que existen para superar la procrastinación, ya que si no gestionamos bien el temor a pensar en las tareas pendientes, caemos en la trampa de "dejarlo para otro momento".
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2. Ayuda a motivarnos durante todo el proceso
El establecimiento de pequeñas metas durante un mismo día o durante la semana también nos ayuda a estar más motivados, ya que siempre nos da la posibilidad de sentirnos satisfechos con el trabajo hecho en cuestión de minutos o de un par de horas, una vez realizado.
Las metas nos empujan a hacer aquellas tareas y obligaciones diarias que debemos realizar y el simple hecho de hacerlas y culminarlas con éxito ya supone por sí mismo un golpe de motivación y autoestima que nos ayuda a seguir con un ritmo positivo de trabajo durante toda la semana.
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3. Permite una mayor estructuración de la jornada
Las pequeñas metas a corto o medio plazo nos ayudan a estructurar temporalmente las tareas y a no dudar en cada momento sobre qué hacer, lo que contribuye considerablemente a disminuir nuestros niveles de ansiedad.
Una vez que nos hemos ocupado de dividir la tarea en muchas micrometas al principio de todo ya no tenemos que volver a preocuparnos por ello y conseguimos que las dudas dejen de paralizarnos ante la indecisión, algo muy positivo porque este último tipo de situaciones elevan el nivel de estrés: nos da la sensación de queno podemos avanzar por esas constantes pausas para reflexionar.
En definitiva, sabiendo en todo momento qué hacer y de qué manera destinar nuestros recursos intelectuales y físicos, tendremos un rendimiento mucho mayor y una mejora en nuestra salud mental.
4. Uso más eficiente del tiempo
Estableciendo una micrometa a corto plazo sabemos que en poco tiempo podremos terminar esa tarea en cuestión y “cerrar” uno de esos mini-ciclos de trabajo, lo que nos permite ocuparnos de otras tareas más laboriosas.
Así pues, si debemos atender a otra responsabilidad posteriormente, nos esforzaremos en terminar primero esa mini-tarea que ya hemos empezado o que podemos terminar en minutos, lo que nos permitirá hacer encajar todos los elementos de nuestro horario y trabajar de manera más eficiente, terminando primero aquellas tareas más ligeras y haciedo encajar los pequeños bloques de trabajo en nuestro horario.
Por el contrario, si no subdividimos nuestras tareas en razón de su nivel de dificultad nos será más difícil adelantar trabajo de manera útil, ya que caeremos en un razonamiento de tipo: “total, no me dará tiempo para terminarlo ahora y en una hora tengo que ir al dentista, mejor que empiece cuando vuelva a casa”.
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5. Ayuda a focalizar la atención
Otra de las ventajas esenciales que nos ofrece el establecimiento de micrometas es la de ayudarnos a centrar nuestros objetivos y en nuestra tarea específica en un momento determinado, sin atender a otras cuestiones ajenas a la misma.
De esta forma, impedimos que nuestra mente vaya dando vueltas pensando en temas que nos preocupan sobre otras responsabilidades u otros trabajos distintos, y nos centramos exclusivamente en la microtarea que estamos realizando en estos momentos.
Podemos decir, en definitiva, que las micrometas “tiran” de nuestra atención hacia ellas y nos mantienen ocupados durante el breve período de trabajo del que constan.
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Javier Ares Arranz
Javier Ares Arranz
Psicólogo especialista en Depresión, Ansiedad y Pareja.
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