El trabajo es uno de los contextos de nuestra vida donde experimentamos bienestar o, por el contrario, más angustia y estrés. Sentir inseguridad en el trabajo es una sensación desagradable que nos limita y nos hace sentir menos frente a los otros. Pero, ¿por qué nos ocurre? ¿Cómo podemos solucionarla?
La inseguridad es una emoción que puede afectarnos en cualquier ámbito de nuestra vida: pareja, relaciones, trabajo. Cuando sentimos inseguridad en el trabajo es a consecuencia de que nuestra forma de valorarnos depende del contexto. Creemos que somos más o menos en función de cómo nos vemos en el trabajo.
Estas sensaciones provienen del miedo, de la autoexigencia, y con el tiempo se transforma en ansiedad, lo cual lleva a pensamientos intrusivos y desánimo. Son dificultades psicológicas habituales que terminan por ser muy limitantes cuando son muy intensas, frecuentes y desagradables.
El reto de superar la inseguridad en el trabajo
Pero existe una solución y consiste en tu propio cambio y aprendizaje personal. Cuando aprendemos a entender y a gestionar esas emociones y el cambio se da en ti, todo lo demás comienza a cambiar.
Esto es lo que vamos a ver en este artículo. ¿En qué consiste esa inseguridad? ¿Por qué surge? ¿Cómo puedes gestionarla o superarla? Todo lo que voy a contarte en este artículo está basado en la experiencia directa como psicólogo y coach acompañando a personas en sus procesos de cambio personal (en Empoderamiento Humano puedes leer algunos testimonios).
Superar esta dificultad no depende de teorías sin fundamento o técnicas milagrosas (tan frecuentes hoy día) sino en profundizar en ti y aplicar cambios concretos. Es ante todo un aprendizaje personal que luego te ayudará a sentirte mejor en el mundo laboral. Vamos a por ello.
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El significado de la inseguridad
Sentir inseguridad en algún momento de nuestra vida es natural e incluso funcional. Sentimos inseguridad cuando estamos en un contexto nuevo que no controlamos o del cual no podemos predecir nada. Esto nos ocurre en el primer día de trabajo, una primera cita o un primer día de clases. La inseguridad tiene como misión adaptarte a un nuevo contexto y ser prudente.
Sin embargo, si esta inseguridad es demasiado intensa, frecuente y duradera se transforma en un problema mayor, ya que no solo te sirve para adaptarte sino para limitarte más. De ahí, que te sientas menos ante los demás (porque existe una comparación previa que no te funciona) o no te comunicas tal y como quieres.
Consecuencias de la inseguridad laboral
La primera y más importante consecuencia cuando vivimos con un exceso de inseguridad es el malestar que nos ocasiona. El ser humano vive con bienestar cuando toma sus propias decisiones, se comunica de forma asertiva (es decir, dice lo que quiere y necesita, además de lo que no quiere o puede) y se relaciona de forma honesta.
Una inseguridad excesiva nos limita y nos impide comportarnos de forma natural. A su vez, nos lleva a construir una autoestima que no funciona, ya que con frecuencia nos comparamos con modelos que no nos corresponden.
Además de malestar, ansiedad y desánimo, la inseguridad en el trabajo nos lleva a bloquearnos y a sentirnos cada vez menos. Esto ocurre a causa de tres factores principales.
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Gestión de emociones
Que tu inseguridad sea tan intensa, frecuente y duradera depende ante todo de cómo gestionas esa emoción, así como otras relacionadas (miedo, culpa, frustración). La gestión de emociones es, ante todo, un aprendizaje. Si el problema de inseguridad en el trabajo es emocional, debemos enfocar la solución en la gestión de emociones.
¿Y cómo gestionar estas emociones? Ante todo a través de tus conductas e interpretaciones. Esa inseguridad es consecuencia de cómo te comportas (pueden ser pequeños detalles).
Autoestima dependiente
Una autoestima dependiente es aquella que depende de factores externos que no puedes controlar. Si te condicionan demasiado las expectativas que tienes sobre el trabajo, demasiadas exigencias, comparaciones o juicios de valor (sobre ti o sobre los demás), existirán demasiados factores que no puedes controlar y esto debilita tu autoestima.
Los problemas de autoestima nos llevan hacia el miedo y la inseguridad.
Valoración personal
Como vimos al comienzo del artículo, la inseguridad en el trabajo también es consecuencia de estar valorándote según modelos externos que no puedes controlar. Cuando nos sentimos menos es porque previamente existe una comparación. Tu valoración personal debe estar enfocada solo en ti, en tomar las decisiones que realmente quieras tomar y en comportarte de forma espontánea.
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¿Qué hacer?
Ahora vamos a ver cuáles son los pasos o claves para poder conseguirlo.
Claves para superar la inseguridad laboral
Superar este tipo de dificultades requiere de tiempo, constancia y sobre todo acción. Hoy día vivimos en la era de la sobre información, donde nos venden mil teorías y técnicas mágicas para resolverlo todo fácilmente. Pero nuestra realidad es mucho más compleja, además de bonita.
Si sientes inseguridad en el trabajo es debido a un aprendizaje que se ha mantenido con el tiempo. Solucionarlo depende de un aprendizaje sobre ti, donde apliques cambios concretos y se interiorice con el tiempo. Esto hará que sea una solución permanente y no solo con parche temporal.
Estos son los pasos que utilizamos en un proceso de cambio o terapia para conseguirlo.
Descubrir cómo lo gestionamos ahora
Para aprender a entender y a gestionar la inseguridad, primero necesitamos descubrir cómo entiendes y gestionas tus emociones ahora. Para ello, se trata de profundizar en qué interpretas en las situaciones donde sientes inseguridad, cómo reaccionas, y qué comportamientos validan esa inseguridad. ¿Qué quiere decir esto?
Si cada vez que sientes inseguridad decides no comunicarte, ese comportamiento es el que valida la inseguridad y por este motivo continúas sintiéndola. Por el contrario, si ante la inseguridad te autoexiges demasiado y buscas un resultado perfecto, ese comportamiento será el que valide la inseguridad y deberemos cambiarlo.
Aplicar cambios concretos (contar con un plan de acción)
Una vez que descubrimos cómo gestionas la inseguridad, trazamos un plan de acción concreto que te lleve a los cambios que necesitas. Contar con un plan de acción en cualquier proceso de cambio o terapia es esencial. Un proceso sin acción es solo reflexión, y lo que buscas es cambiar tus sensaciones. Esto no es posible solo desde el deseo, sino desde la propia conducta.
Hacer un plan de acción es complicado, y este es el motivo por el que prefiero trabajarlo junto con la persona siempre en una sesión.
Comunicación asertiva y límites
La comunicación asertiva (saber expresar qué quieres, qué no quieres, qué puedes y qué no) nos ayuda a generar seguridad y límites. Cuando la inseguridad nos conquista es habitual que nos comuniquemos de forma más opaca.
Compañía y apoyo constante
Para que un proceso de cambio de este tipo funcione es necesario contar con compañía más constante, para que en cada momento tengas el apoyo y podamos resolver las dificultades que surgen en el mismo día. Por este motivo mi forma de acompañar no es solo con sesiones sino cada día, sin límite de consulta y para cualquier necesidad que tengas, además de con otras herramientas semanales.
Profundizar para estabilizar
Finalmente, un cambio global debe tener en cuenta todas las partes de tu personalidad: tu gestión de emociones, tu autoestima, tu comunicación, tu forma de relacionarte, tu sistema de creencias e incluso valores. Solo si lo trabajamos todo con profundidad podremos interiorizar los cambios conseguidos para que formen parte de ti.
Esto es lo que permite que tu aprendizaje te ayude no solo a sentir más seguridad en el trabajo, sino para que también se extrapole a otras áreas.
Si es lo que quieres y necesitas, recuerda que puedes contactarme en para agendar una primera sesión, conocernos, ver qué ocurre y cómo podemos solucionarlo. Te envío muchos ánimos!
Gracias por pensar en ti, Rubén Camacho Psicólogo y coach